Una reciente serie de mesas redondas lideradas por el Secretario de Salud de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., ha puesto de manifiesto los desafíos urgentes que plantea el long COVID y sus similitudes con los síndromes post-vacuna asociados a las vacunas de ARNm contra la COVID-19. Estos eventos reunieron a expertos médicos, funcionarios federales, senadores y pacientes para abordar lo que Kennedy describió como una crisis nacional que sigue siendo ignorada.
El exdirector de los CDC, Robert Redfield, junto a otros especialistas, destacó las diferencias entre el long COVID derivado de la infección y los síndromes post-vacuna, señalando que los casos relacionados con la vacuna muestran menos mejoría con el tiempo; algunos pacientes permanecen enfermos incluso cinco años después. Kennedy enfatizó el impacto del long COVID en aproximadamente 20 millones de estadounidenses y abogó por una investigación más efectiva, tratamientos adecuados y validación de los pacientes.
Long COVID y síndrome post-vacuna: Llamados a la reconocimiento, investigación y tratamiento
Robert Redfield subrayó una distinción crítica entre el long COVID causado por la infección y las enfermedades crónicas posteriores a la vacunación. Aunque muchos pacientes con long COVID mejoran gradualmente, Redfield observó que aquellos afectados por lo que él denominó "lesión post-ARNm" suelen mostrar poca o ninguna recuperación incluso después de cinco años. Hizo hincapié en la necesidad de reconocer estas condiciones, señalando que los síntomas se superponen con otras enfermedades complejas como lesiones por vacunas y enfermedad de Lyme.
Kennedy organizó estas discusiones bajo el título “Enfermedad Invisible: Liderando el Camino sobre Long COVID”, en respuesta a la frustración generalizada entre los pacientes que se sienten desestimados o ignorados por el establecimiento médico. Agradeció a los senadores Roger Marshall (R-Kan.) y Todd Young (R-Ind.) por su defensa de los aproximadamente 20 millones de estadounidenses que viven con long COVID. La primera sesión se centró en las experiencias de los pacientes, mientras que la segunda analizó la investigación científica y las políticas.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) definen el long COVID como una condición crónica que aparece al menos tres meses después de la infección por SARS-CoV-2 y puede persistir o fluctuar con el tiempo. Sin embargo, investigaciones emergentes, incluido un preprint de la Universidad de Yale, sugieren que algunos pacientes diagnosticados con long COVID pueden estar experimentando en realidad síndromes relacionados con la vacuna a largo plazo. El estudio documentó proteínas espiga persistentes en la sangre de un paciente casi dos años después de la vacunación, lo cual genera preocupaciones compartidas por epidemiólogos independientes.
Desafíos en la investigación y atención médica
A pesar de miles de millones invertidos en la Iniciativa RECOVER del NIH, críticos argumentan que el progreso ha sido mínimo. Un informe del 2023 reveló poco beneficio medible para los pacientes. El director del NIH, Jay Bhattacharya, admitió que la investigación no ha avanzado al ritmo necesario para satisfacer las necesidades de los pacientes.
Los panelistas enfatizaron la importancia de enfoques prácticos centrados en el paciente sobre investigaciones teóricas. Kennedy criticó la dependencia en “ciencia desde torres de marfil” y subrayó la necesidad de involucrar a médicos en primera línea y a pacientes que ya han encontrado éxito con medicamentos reutilizados. Redfield y otros clínicos informaron que medicamentos existentes, aunque no aprobados oficialmente para long COVID, han producido mejoras significativas en muchos de sus pacientes.
Los expertos advirtieron sobre las expectativas respecto a encontrar una cura universal. “No hay una solución mágica”, afirmó el Dr. David Putrino, quien señaló que el tratamiento debe adaptarse a patrones individuales de síntomas. Los panelistas hicieron un llamado a una colaboración estructurada, procesos regulatorios simplificados y validación de terapias reutilizadas ya disponibles.
La búsqueda de validación para los pacientes
Un tema recurrente fue la importancia de validar a aquellos pacientes que se sienten desestimados. Redfield compartió la historia conmovedora de una paciente que rompió en llanto cuando él reconoció su enfermedad, expresando que nunca antes había sido creída. Para cerrar las brechas en comunicación y tratamiento, Kennedy propuso un sitio web público donde pacientes, médicos e investigadores puedan compartir síntomas, resultados del tratamiento y terapias prometedoras. Funcionarios federales expresaron su apoyo a esta iniciativa como un paso hacia tanto la validación como soluciones prácticas.
Simultáneamente, HHS anunció nuevos esfuerzos incluyendo una campaña pública para concienciar sobre el tema, un centro online para colaboración clínica y datos actualizados sobre prevalencia. No obstante, los panelistas advirtieron que sin acciones urgentes y apertura hacia enfoques no convencionales, millones permanecerán sin atención efectiva.
Fuentes para este artículo incluyen:
ChildrensHealthDefense.org
Congress.gov [PDF]
HHS.gov
La noticia en cifras
Cifra |
Descripción |
20 millones |
Número estimado de estadounidenses que viven con long COVID. |
$1.15 mil millones |
Inversión federal para la Iniciativa RECOVER del NIH. |
$515 millones |
Anuncio de inversión adicional en 2024 para la investigación del long COVID. |
5 años |
Tiempo que algunos pacientes con síndrome post-vacuna han permanecido enfermos sin mejora. |