El auge nuclear en Asia y el colapso de la energía verde
La producción de energía nuclear en Asia ha alcanzado niveles récord, mientras que Occidente enfrenta un colapso debido a políticas energéticas fallidas. La ideología anti-nuclear en Europa ha desencadenado pobreza energética, declive industrial y dependencia del extranjero. A medida que las demandas energéticas de la inteligencia artificial aumentan, las grandes empresas tecnológicas están abandonando las energías renovables en favor de la energía nuclear, evidenciando la infiabilidad limitada de las fuentes verdes.
Este cambio no solo representa un crecimiento significativo; es un verdadero terremoto geopolítico. Los datos recientes confirman que la producción global de energía nuclear alcanzó los 2,817 teravatios-hora en 2024, con China liderando este avance, mientras Europa y Estados Unidos se encuentran atrapados en una pobreza energética autoimpuesta.
La supremacía nuclear de Asia
A lo largo de los años, se ha argumentado que la energía nuclear es demasiado peligrosa, costosa y obsoleta. Sin embargo, mientras Estados Unidos y Europa desmantelaban reactores nucleares, Asia ha intensificado sus esfuerzos. En la última década, la producción nuclear de China se ha más que duplicado, pasando de 213 TWh en 2014 a más de 450 TWh actualmente. Por su parte, Corea del Sur reportó un aumento del 8.7% en su producción nuclear a principios de 2025, superando tres veces las proyecciones oficiales. Japón también está reiniciando reactores a pesar del miedo generado por Fukushima.
En contraste, Europa enfrenta un retroceso alarmante. Francia, antaño modelo de fiabilidad nuclear, ha visto caer su producción un 23% desde 2016 debido a factores políticos más que a cuestiones de seguridad. Alemania ha cerrado todas sus plantas nucleares, optando por apagones y costos elevados en lugar de soluciones sensatas. Bélgica, Suiza y Suecia se debaten entre extender la vida útil de sus reactores o ceder ante extremistas anti-nucleares.
Las consecuencias son evidentes: pobreza energética y declive industrial resultan de esta situación. Mientras tanto, Europa del Este avanza en la expansión nuclear; países como Hungría, Eslovaquia y República Checa están construyendo nuevos reactores. Incluso Ucrania mantiene una producción anual superior a 50 TWh.
La hipocresía nuclear de las grandes tecnológicas
Un giro irónico se presenta con el repentino interés por la energía nuclear por parte del sector tecnológico. Google ha firmado un acuerdo para abastecer sus centros de datos en Tennessee y Alabama con 50 MW de energía nuclear avanzada. Microsoft está reabriendo Three Mile Island—sí, ese Three Mile Island—y Amazon financia experimentos con reactores de sal fundido y fusión.
¿Cuál es el motivo detrás de este cambio? La inteligencia artificial requiere enormes cantidades de energía; se prevé que la demanda en centros de datos estadounidenses aumente un 130% para 2030, algo que ninguna cantidad de paneles solares podrá satisfacer. Las grandes tecnológicas son conscientes de esta realidad al igual que los operadores eléctricos; incluso quienes promueven el cambio climático comienzan a entender que no se puede sostener una civilización únicamente con buenas intenciones.
A pesar del silencio por parte de figuras prominentes como Greta Thunberg y otros activistas ambientales sobre este tema crucial, queda claro que cuando se trata de decisiones críticas, incluso los capitalistas más progresistas priorizan su supervivencia sobre dogmas ideológicos.
El futuro energético: entre el control y la soberanía
El movimiento anti-nuclear nunca fue acerca de la seguridad; su objetivo siempre fue el control centralizado. Las energías eólica y solar requieren subsidios masivos y constante intervención gubernamental. En contraste, la energía nuclear ofrece independencia y descentralización—difícilmente manipulable.
Esto explica el rechazo hacia ella por parte de ciertos grupos globalistas; mientras promueven esquemas engañosos como "net zero", China continúa construyendo reactores a gran velocidad. No desean que las naciones tengan soberanía energética; prefieren mantenerlas dependientes y obedientes.
A pesar del panorama actual donde Estados Unidos enfrenta una parálisis regulatoria—donde construir un solo reactor puede llevar décadas—la tecnología y los recursos están disponibles. Lo que falta es voluntad para combatir a quienes obstaculizan el progreso energético.
¿Permitirá Estados Unidos que Asia domine el futuro nuclear? Es momento crítico para rechazar el fraude asociado a las energías verdes e invertir nuevamente en la energía nuclear para recuperar nuestra independencia energética antes que sea demasiado tarde.
La noticia en cifras
Descripción |
Cifra |
Producción global de energía nuclear (2024) |
2,817 TWh |
Producción de China (actualmente) |
Más de 450 TWh |
Aumento en la producción de Corea del Sur (2025) |
8.7% (tres veces proyecciones oficiales) |
Producción anual de Ucrania |
Más de 50 TWh |