Lula enfrenta doble derrota que amenaza la estabilidad fiscal en Brasil

El revés fiscal del presidente Lula en Brasil

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, enfrentó el miércoles una significativa derrota política en Brasilia. La Cámara de Diputados y posteriormente el Senado derogaron por amplia mayoría el decreto que aumentaba el Impuesto sobre Operaciones Financieras (IOF). Esta medida tenía como objetivo recaudar 10.000 millones de reales, equivalentes a casi 1.800 millones de dólares.

La votación en contra del decreto recibió incluso el apoyo de partidos aliados, marcando un hecho inédito desde 1992, cuando el Congreso revocó un decreto presidencial, según lo informado por Folha.

Consecuencias para la administración pública

Este revés no solo tiene implicaciones políticas, sino también fiscales. El ministro de Hacienda, Fernando Haddad, había confiado en esta recaudación para alcanzar la meta de déficit cero en 2025. Con la caída del IOF, el gobierno se enfrenta a un serio riesgo de "apagón" administrativo, advierten analistas citados por G1.

Ante la imposibilidad de aumentar impuestos y con un crecimiento en los gastos públicos, el gobierno podría verse forzado a congelar partidas presupuestarias, suspender programas sociales o vender activos estatales. En un contexto de baja popularidad, esta rebelión legislativa deja a Lula sin herramientas inmediatas para restablecer el equilibrio fiscal.

Estrategias post-derrota

Tras la derrota en el Congreso, el Gobierno está considerando llevar la cuestión ante el Supremo Tribunal Federal (STF) para intentar revertir la derogación del decreto del IOF. La justificación radica en que los valores propuestos en el decreto no eran excesivos, según reporta Poder 360.

El argumento oficial sostiene que una acción presidencial de este tipo —siempre que no exceda sus competencias— no debería estar sujeta a veto legislativo. El gobierno confía en que el STF valide esta interpretación jurídica.

Además, Lula planea comunicarse directamente con los presidentes de la Cámara y del Senado —Hugo Motta y Davi Alcolumbre— para reactivar el diálogo político, tal como señala G1.

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