Avanza que hará un “profundo ejercicio de reconstrucción de la unidad nacional” y señala que su objetivo es “pasar página de esta etapa, recuperar el sosiego y dejar atrás los líos, los sobresaltos y las divisiones”.
Resalta que su Gobierno, incluso haciéndolo en solitario, tenderá la mano a todos para construir una España mejor. “Quiero que los grandes retos de Estado lleven a grandes reformas de Estado y se conviertan en grandes pactos de Estado”, afirma.
Aspira a tener “un Gobierno capaz, unido y al servicio de España; de nada y de nadie más, decidido a trabajar como adultos, con la máxima preparación y cero sectarismo”.
“Que nadie cuente conmigo para otorgarle máximas responsabilidades a quien no ha demostrado nunca nada, que nadie cuente conmigo para mantener en sus puestos a quienes cometan aberraciones como la Ley del ‘sólo sí es sí’, y por supuesto que nadie cuente conmigo para nombrar a personas contrarias a la OTAN, al apoyo a Ucrania o a la defensa de la soberanía nacional”, subraya.
Los tres ejes de Feijóo
Indica que su forma de hacer política se basará en tres principios muy sencillos: “La gobernabilidad de España no puede descansar en el independentismo, el voto de Bildu no servirá para nada en nuestro país y la mayoría no se puede dejar secuestrar por la minoría, por ninguna”.
Relata los desafíos que tiene por delante España: “Blindar la Sanidad pública, alcanzar un pacto estable por la educación, aprovechar con eficacia los fondos europeos, mejorar la productividad de la economía, responder a la tragedia demográfica y al reto de la conciliación, velar por el medio ambiente, garantizar una política de agua y que los jóvenes no vivan peor que sus padres”.
Señala que su primer compromiso es acabar con el sometimiento del interés general a las exigencias del independentismo, la sensatez política a los métodos del populismo y las preocupaciones mayoritarias a las urgencias de los gobernantes.
Pide “transparencia en el gasto público” porque cree que “los viajes que los españoles pagan con sus impuestos serán públicos y jamás se usarán los aviones del Estado para actos personales o de partido”.
Promete “independencia judicial blindada legalmente” como una de las medidas del PP para sus cien primeros días, así como la mayor oferta pública de jueces y fiscales.
“No habrá un Tezanos en mi Gobierno”, afirma, prometiendo que “su cese irá al primer Consejo de Ministros”, mientras que, en materia internacional, Feijóo dice que “informará al Congreso sobre el papel y prioridades de España” y “desvelará las razones no explicadas sobre el giro en la cuestión del Sáhara”.
Considera que el Estado “no es negociable” y promete recuperar el delito de sedición en el Código Penal, tipificar el referéndum ilegal y aumentar las penas por malversación.
Felipe González como modelo
Reprocha a Sánchez que tenga como modelo a Zapatero. “Yo preferiría que tuviese a González”, afirma, a la par que se pregunta “de qué escudo social nos hablan” cuando “la población se ha empobrecido”, “las okupaciones de inmuebles no paran de incrementarse” y “la inseguridad y la delincuencia crecen de forma notable”.
Promete “un nuevo impulso” al Estado del Bienestar y recuerda que la clase media es “la gran olvidada” de esta legislatura, acusando al Gobierno de haberse “olvidado de las PYMES y de los autónomos” por estar preocupados en “ir contra las grandes empresas”.
Solicita que España se “sacuda el conformismo de un Gobierno que dice que la economía va como una moto”, para que nuestro país “sea un ejemplo de crecimiento, creación de empleo de calidad y buena gestión”.
Asegura que el equipo del PP tiene “ambición reformista”, señalando como prioridades la reforma fiscal, la reforma de los Fondos Europeos o las reformas encaminadas a “mejorar la productividad y la competitividad”.
Vuelta al "sanchismo"
Subraya que “hay una mayoría de españoles defraudados con el sanchismo que pide un cambio de verdad. Para eso estamos aquí, para ser la alternativa que necesitan, piden y merecen”.
Frente al Gobierno de Sánchez ofrece “fiabilidad, moderación, unidad, diálogo, humildad, mayorías y el regreso del respeto” porque considera que “España no merece un nuevo periodo dominado por la mentira, la maldad y la manipulación”.
“Quiero gobernar para corregir los errores del actual Gobierno, no para practicar revanchas de ningún tipo”, asegura Feijóo, quien señala que “las vendettas, el sectarismo y los egos pretendo que se vayan también con el actual presidente y el actúa Ejecutivo”.
Asegura que buscará volver a encontrarse con el PSOE que fue, que el sanchismo ha anulado, y que ojalá, después de él, vuelva con el sentido de Estado y la capacidad de llegar a acuerdos que España necesita”.
“Quiero ser el presidente de todos los españoles. Es el momento de todos”, asevera.