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El estado del estado (67): El problema de Occidente (VI)
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El estado del estado (67): El problema de Occidente (VI)

Por Carlos González
domingo 22 de noviembre de 2020, 22:11h

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Todas estas reflexiones y apuntes anteriores hacen que para Yony la pregunta sea bastante clara: Cuándo y cómo se resolverá el problema de Occidente. Y resuelto este, el de toda la Especie humana en su conjunto.

La respuesta ha de ser, si se usan conocimientos de la experiencia extraídos de cómo funcionamos los grupos sociales, igual de clara y directa: El problema de Occidente es que debe tener a su frente un liderazgo claro, joven, incontrovertido, ilusionante y que proporcione a todos los ciudadanos, ocupen el lugar que ocupen, esperanza y certidumbre.

Las bases intelectuales ya han sido estudiadas en profundidad -solo que con otro nombre y usando otro lenguaje- en cientos de monasterios en toda la Edad Media, es conocido como La Escolástica. Ellos concluyeron, sin llamarle así, que la Psicología humana necesita que su Líder máximo –para ellos su Dios- les conceda las tres Virtudes llamadas Teologales, porque solo el dios-líder puede otorgarlas. Y eso es siempre cierto porque solo el líder máximo puede conceder Fe en lo que pensamos y hacemos, fe en nosotros mismos y en nuestras instituciones y guías públicos. Esperanza en futuros mejores. Y (Caridad) Solidaridad con nuestros semejantes –al sentirnos seguros y protegidos por ese ambiente de orden y futuro- y disposición a colaborar al máximo.

Por ello el problema de Occidente se resolverá cuando adopte –que ha de hacerlo ya- como único líder de su toma de decisiones al Conocimiento. Cuando se entre de lleno en la Era del Conocimiento y adopte los conocimientos científicos que sobre la Psico-Biología Humana disponemos, y otros muchos que vayamos adquiriendo, y con todos ellos regular la gobernanza técnica de los grupos sociales.

Con esa disposición la toma de decisiones será transparente, explicada, razonada, -eso no quiere decir, ni mucho menos que sea perfecta, al contrario estará llena de errores, pero solo así, al aprender a corregirlos, seguiremos mejorando- también es imprescindible contar con el apoyo y ayuda que los mejores pensadores y científicos quieran aportar. Porque con ello ese grupo social se hará más sabio, y se permitirá la participación de todos.

Al estar solo regidos por el Conocimiento, aquél que mejores conocimientos disponga –aunque cobre su precio- que los ponga a disposición de todos, y con ellos podremos avanzar y regular nuestra supervivencia y convivencia de forma mucho más equilibrada.

Ese nuevo liderazgo indiscutible al que todos debemos someternos y colaborar y cooperar con él al máximo, es El mundo del Conocimiento. En este caso concreto ya hemos comprobado lo bien que le ha ido a la humanidad con la aplicación de la ciencia en Medicina, Agricultura, y ya, desde el inicio de los tiempos, con la Arquitectura. Debemos comenzar a explicar y después aplicar conocimientos de la Psicología, la Sociología, y todas las otras ciencias que puedan apoyar, para resolver los problemas de convivencia y legislación con leyes con criterios técnicos, científicos, transparentes y adoptables por todos los seres humanos, vivan en el territorio que vivan. Tal como ya se hace en las normas de tráfico o en las competiciones Olímpicas.

Esa convivencia de futuro ya no será mágica o fantasmagórica, si no como se hace ahora con las ciencias aplicadas, esto lo conocemos y eso no, y debemos investigar al máximo para dominar lo mejor que podamos esos resortes que nos permitan resolver el problema. Tal como resolvemos los que se nos plantean con la agricultura, el transporte o la logística. Para producir y repartir un producto a nadie se le ocurre rezar a ningún dios ni hablar de palabras míticas como, Espiritualidad, Moral, Libertad o Igualdad.

Para regular los comportamientos humanos, tanto en el terreno individual como en el espacio público, ya debemos recurrir a Conocimientos precisos sobre la higiene, la trasmisión de enfermedades, el equilibrio celular, y uso lo menos frecuente posible de productos tóxicos como el alcohol, los estupefacientes, la mala alimentación, y enseñar el mejor uso del agua potable. Y demostrar que recurrir a la violencia para resolver cualquier problema social es totalmente inadecuada porque no solo no lo resuelve, sino que ocasiona otros mucho mayores.

Con el uso y aplicación del mundo del Conocimiento ya sabremos que conductas son más antisociales que otras, cuales ayudan en la convivencia y cuales son totalmente contraproducentes. Con conocimientos precisos sabremos regular cualquier grupo social en equilibrio. Preveremos sus futuros desequilibrios y también conoceremos cómo y con qué mecanismos lo equilibraremos de nuevo.

Expliquemos y apliquemos conocimientos técnicos y comenzaremos a abordar el problema de forma eficaz y eficiente.

Sobre el autor

Carlos González-Teijón es escritor, sus libros publicados son Luz de Vela, El club del conocimiento, La Guerra de los Dioses, El Sistema, y de reciente aparición Psicología de virtudes y pecados, de editorial, Letras de autor.

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