La Corte Suprema de Maryland ha emitido un fallo en 2023 que declara la análisis de marcas de herramientas de armas de fuego, utilizado durante décadas para vincular balas con armas, como científicamente no confiable. Esta decisión prohíbe su uso como prueba definitiva en casos penales.
Investigaciones han demostrado que los examinadores no coinciden en las coincidencias de balas más del 50 por ciento de las veces, lo que socava las afirmaciones de «certeza». Los abogados defensores argumentan que este método defectuoso ha llevado a condenas erróneas. Como resultado, cientos de condenas basadas en testimonios balísticos desacreditados deberán ser revisadas, mientras que expertos legales advierten sobre efectos a nivel nacional que podrían desafiar la credibilidad forense.
Un cambio significativo en la jurisprudencia
A pesar de la defensa por parte de los examinadores de armas, quienes acusan a los tribunales de ignorar «décadas de investigación», los críticos citan un creciente escepticismo judicial hacia métodos forenses poco confiables, como el análisis de marcas dentales y las investigaciones sobre incendios.
El fallo resalta fallas sistémicas en la ciencia forense, generando preocupaciones sobre pruebas manipuladas y fraudes institucionales. Esto plantea alarmas respecto a cómo las «coincidencias» pueden ser utilizadas para persecuciones políticas.
En junio de 2023, la Corte Suprema del estado emitió esta sentencia tras una apelación relacionada con la condena en 2012 de un hombre del condado Prince George’s. La decisión revierte décadas de precedentes forenses y expone lo que muchos críticos consideran una fachada de «ciencia basura».
Implicaciones para el futuro del análisis forense
Los abogados defensores cuestionaron la fiabilidad del análisis de marcas en armas, un método central en juicios que van desde el infame caso del francotirador de DC hasta miles de juicios menos conocidos. Sin embargo, esta ciencia defectuosa ha enviado a personas potencialmente inocentes a prisión mientras los verdaderos perpetradores evaden justicia.
Jeffrey Gilleran, jefe de la división forense en la Oficina del Defensor Público de Maryland, reveló que estudios muestran que los examinadores no coinciden en las comparaciones más del 50 por ciento del tiempo. «La reproducibilidad es ciencia básica. Este método falla esa prueba fundamental», afirmó Gilleran.
A medida que los fiscales revisan cientos de casos donde las condenas dependían ahora de afirmaciones balísticas desacreditadas, se anticipa un impacto significativo en el sistema judicial. El fiscal estatal del condado Baltimore, Scott Shellenberger, ya está revisando transcripciones para determinar si testimonios anteriores cruzaron líneas éticas.
Cambio necesario hacia la justicia
Expertos legales advierten que las repercusiones podrían extenderse a nivel nacional. El abogado Stanley Reed, quien ayudó a asegurar la apelación, predice que este fallo resonará en todo Estados Unidos, obligando a los tribunales a confrontar los fundamentos inestables del análisis forense balístico. Steven Howard, experto en balística forense, también expresó su preocupación al señalar que no existen estándares nacionales para tales testimonios.
A pesar del empuje por parte de la Asociación de Examinadores de Armas y Marcas Herramientas al afirmar que el tribunal ignora investigaciones previas sustanciales, esta decisión coincide con un creciente escepticismo judicial hacia métodos antes considerados infalibles.
La Policía Estatal de Maryland ha indicado que continuarán realizando pruebas balísticas pero reconocen que sus conclusiones deben ser presentadas con incertidumbre. Por su parte, los abogados defensores ven este fallo como un paso crítico hacia la corrección de injusticias sistémicas. La profesora Maneka Sinha, del Universidad de Maryland, enfatizó: «Esto se trata de garantizar que las condenas se basen en pruebas fiables».
A medida que los tribunales lidian con las consecuencias, este caso subraya una crisis más profunda dentro de la ciencia forense—una donde el exceso institucional choca con la dura realidad del error humano. Para aquellos condenados erróneamente por testimonios balísticos desacreditados, puede estar llegando finalmente el momento del ajuste necesario.