El operativo militar de Estados Unidos en Irán: un enfoque estratégico
Un reciente informe del periodista Seymour Hersh revela que el operativo militar estadounidense contra Irán, con el respaldo de Israel, tenía como objetivo principal sellar el complejo nuclear subterráneo de Fordo, más que destruirlo. Esta instalación, situada a aproximadamente 95 kilómetros al sur de Teherán, albergaba más de 400 kg de uranio enriquecido al 60%, según diversas fuentes internacionales.
Hersh sostiene que el ataque no buscaba la destrucción directa del material nuclear ni de las centrifugadoras, sino colapsar las entradas y ductos de ventilación, dejando el programa nuclear iraní en una situación de inaccesibilidad total. Este enfoque se asemeja a una "tumba hermética" para las capacidades nucleares del país persa.
Estrategias y prioridades gubernamentales
De acuerdo con Hersh, la destrucción del complejo nuclear de Fordo ha sido una prioridad constante para los gobiernos estadounidense e israelí desde los últimos meses de la administración Biden. El periodista compara esta estrategia con la excavación realizada por Heinrich Schliemann en su búsqueda de Troya en el siglo XIX. Al no encontrar lo que buscaba directamente, Schliemann decidió abrir una trinchera lateral; una táctica similar fue adoptada por los estrategas del Pentágono.
En lugar de atacar directamente las profundidades fortificadas de Fordo —que incluso las bombas antibúnker más potentes no podrían alcanzar—, optaron por sepultar el complejo bajo escombros. Hersh indica que el éxito se midió cuando «los sensores estadounidenses no detectaron aumento de radiación atmosférica», sugiriendo que el uranio permanece intacto aunque ahora sea inalcanzable.
Dudas sobre la efectividad del operativo
A pesar de la aparente eficacia técnica del operativo, surgieron dudas entre miembros de la delegación israelí respecto a si Irán podría desarrollar en el futuro una operación similar al rescate de los 33 mineros en Chile en 2010, logrando recuperar su uranio. Hersh enfatiza que esta preocupación no es trivial, dado que el uranio enriquecido mantiene su capacidad radiactiva durante cientos de miles de años y sigue representando una amenaza potencial.
La comparación con el rescate chileno plantea interrogantes sobre la posibilidad de que Irán logre desenterrar el material sellado con el tiempo y tecnología adecuadas.
No se trató de una misión letal
El periodista aclara que este operativo no fue concebido como un intento por eliminar figuras políticas o militares, sino más bien como una versión moderna del intento schliemanniano por alcanzar los restos ocultos de Troya. En este caso, el objetivo era la contención nuclear.
Hersh resalta que el éxito se evaluó no por la destrucción física, sino por la imposibilidad futura de acceso al material. La decisión estratégica de dejar el uranio donde estaba pero bloqueado plantea preguntas profundas sobre si puede considerarse un éxito una operación que deja intacto lo que se percibe como una amenaza latente.
Finalmente, Hersh concluye con una metáfora significativa: «Asegúrate de que los muertos permanezcan enterrados». Esto implica que, aunque el uranio siga presente, lo esencial para Israel y Estados Unidos es evitar su resurgimiento.
Toda la información sobre la instalación nuclear de Fordo está disponible en nuestro artículo