El Gobierno de la República Dominicana ha autorizado el uso de sus bases aéreas por parte de las tropas de Estados Unidos para llevar a cabo actividades logísticas en el marco de la operación del Pentágono en el Mar Caribe, conocida como ‘Lanza del Sur’. Esta información fue revelada por el presidente dominicano, Luis Abinader, durante una rueda de prensa conjunta con el secretario de Guerra de la administración estadounidense, Pete Hegseth.
Abinader indicó que se ha permitido a EE.UU. utilizar espacios restringidos en la Base Aérea de San Isidro y en el Aeropuerto Internacional de las Américas. La finalidad es facilitar la operación logística de aviones destinados al reabastecimiento de combustible y al transporte de equipos y personal técnico.
Objetivo claro y temporalidad del acuerdo
El mandatario dominicano enfatizó que esta decisión tiene un “propósito claro”, que consiste en fortalecer el anillo de protección aérea y marítima establecido por las fuerzas armadas de ambos países. Esto busca reforzar los esfuerzos para impedir la entrada de narcóticos y combatir con mayor eficacia al crimen organizado transnacional.
Abinader también subrayó que esta medida se ejecuta bajo el marco legal vigente y los acuerdos previos con EE.UU., describiéndola como una ampliación temporal de la cooperación binacional destinada a reforzar la vigilancia aérea y marítima contra el narcotráfico. Aseguró que estas operaciones se llevarán a cabo siempre que sean aprobadas por la República Dominicana, destacando su carácter técnico, limitado y temporal.
Afirmaciones sobre respeto a la soberanía
Por su parte, Hegseth afirmó que este acuerdo es “provisional” y respetará las “leyes” y la “soberanía” dominicana. Describió la colaboración como una gran asociación en contra del narcotráfico y el narco-terrorismo, considerándola un modelo para otros países en la región que deseen unirse a Washington en esta lucha.
El secretario de Guerra advirtió que los narcoterroristas deben recibir un mensaje claro: EE.UU. está formando alianzas con más naciones para intensificar sus esfuerzos en detenerlos.
Tensiones geopolíticas en aumento
La llegada del secretario Hegseth ocurre en un contexto marcado por crecientes tensiones entre EE.UU. y Venezuela, así como otros países latinoamericanos. La administración Trump ha incrementado su retórica agresiva hacia Caracas, lo cual ha suscitado preocupaciones sobre una posible escalada militar en la región.
A medida que las fuerzas estadounidenses aumentan su presencia militar frente a las costas venezolanas bajo el pretexto de combatir el narcotráfico, varios países han expresado su rechazo ante lo que consideran acciones provocativas e injerencistas.
Análisis crítico sobre las acciones estadounidenses
- Despliegue militar: Desde agosto pasado, EE.UU. mantiene una significativa fuerza militar frente a Venezuela, justificando su presencia como parte de una lucha antidrogas.
- Operativos letales: Se han llevado a cabo bombardeos contra embarcaciones sospechosas relacionadas con el narcotráfico, resultando en numerosas muertes sin pruebas concluyentes sobre actividades ilícitas.
- Acusaciones infundadas: Washington ha acusado al presidente Nicolás Maduro sin presentar evidencias concretas, duplicando incluso la recompensa por su captura.
- Dificultades legales: Organismos internacionales indican que Venezuela no es una ruta principal para el tráfico hacia EE.UU., sugiriendo que más del 80% del tráfico utiliza rutas diferentes.
- Censura internacional: Diversos países han condenado las acciones estadounidenses, calificándolas como violaciones del derecho internacional.
A medida que se desarrolla esta situación compleja, queda claro que las decisiones tomadas por ambos gobiernos tendrán repercusiones significativas no solo para sus respectivas naciones, sino también para toda la región caribeña.