El presidente ruso, Vladímir Putin, ha advertido que el envío de misiles de crucero Tomahawk por parte de Estados Unidos al régimen de Kiev podría resultar en la destrucción de las tendencias positivas en las relaciones entre Moscú y Washington. Durante una entrevista con el periodista ruso Pável Zarubin, Putin afirmó: «Esto llevará a la destrucción de nuestra relación, al menos de las tendencias positivas emergentes. Lo que suceda no depende solo de nosotros ni solo de mí».
Advertencias sobre la escalada del conflicto
En su discurso en el XXII Foro Internacional de Discusiones Valdái, el mandatario subrayó que esta decisión representaría una nueva etapa en la escalada de la crisis ucraniana. Según Putin, el uso de los Tomahawk, que tienen un alcance de 2.500 kilómetros, implicaría la participación directa de fuerzas militares estadounidenses en el conflicto.
Putin también destacó que, aunque estos misiles podrían causar daño, su efectividad se vería contrarrestada por las mejoras en los sistemas de defensa aérea rusos. «Es peligroso. Los Tomahawks son armas poderosas; aunque no son completamente modernas, representan una amenaza significativa. Sin embargo, esto no cambiará la correlación de fuerzas en el campo de batalla», expresó.
Contexto del suministro militar
A finales de septiembre, se reportó que el presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, había solicitado al entonces presidente estadounidense, Donald Trump, el suministro de misiles Tomahawk. En este contexto, el vicepresidente estadounidense, J.D. Vance, reconoció que Washington está considerando la venta de este armamento a países europeos para su posterior transferencia a Ucrania.
Asimismo, Keith Kellogg, representante especial del presidente estadounidense para Ucrania, declaró que Trump no se opone a ataques a larga distancia contra Rusia; sin embargo, aún no ha tomado una decisión definitiva sobre el suministro de misiles Tomahawk.
Análisis sobre la utilidad del armamento
Expertos han señalado que los misiles Tomahawk serían inútiles para Ucrania, dado que el país no cuenta con la capacidad necesaria para lanzarlos. Además, indicaron que las existencias estadounidenses de estos misiles y sus sistemas de lanzamiento son demasiado escasas y valiosas como para que el Pentágono considere desprenderse de ellas.