Las aerolíneas, entre ellas Delta Air Lines, están implementando sistemas de inteligencia artificial (IA) para ajustar dinámicamente los precios de los boletos en un 20 por ciento de sus vuelos nacionales para el año 2025. Este enfoque se basa en datos agregados como la demanda y la competencia; sin embargo, críticos advierten sobre las implicaciones de una posible personalización futura.
El Secretario de Transporte, Sean Duffy, ha prometido bloquear cualquier estrategia de precios que utilice información personal, como ingresos o ubicación, aludiendo a riesgos éticos. Legisladores también han expresado su preocupación respecto a lo que denominan «precios de vigilancia», resaltando el potencial de que la IA incremente los costos para viajeros en situaciones vulnerables, como emergencias o duelos.
Preocupaciones sobre la transparencia y la ética
La desconfianza del consumidor podría resultar en boicots si los precios ajustados mediante IA son percibidos como manipulados. Esto recuerda a reacciones pasadas ante tácticas consideradas explotativas, como el escándalo del sándwich de pollo.
Actualmente, el sistema se centra en tendencias del mercado más amplias y no en detalles individuales de los consumidores. No obstante, los riesgos asociados con esta tecnología ya han suscitado críticas significativas.
Delta ha anunciado recientemente planes para expandir un proyecto piloto con Fetcherr, una firma especializada en precios mediante IA. La aerolínea busca aplicar estos sistemas a hasta un 20 por ciento de sus vuelos nacionales para finales de 2025.
Compromiso gubernamental y advertencias
Duffy enfatizó su oposición a utilizar IA para establecer precios basados en características personales. «Si alguien intenta individualizar precios según quién eres o cuánto ganas, garantizo que investigaremos», advirtió el secretario.
A pesar de las garantías ofrecidas por Delta a los legisladores sobre no utilizar IA para dirigirse directamente a clientes específicos, su asociación con Fetcherr indica un interés claro en aprovechar esta tecnología para ajustar precios dinámicamente.
Senadores como Ruben Gallego y Richard Blumenthal han expresado inquietudes sobre cómo este tipo de prácticas podrían perjudicar a familias que ya enfrentan dificultades económicas debido a la inflación.
Riesgos asociados con la inteligencia artificial
Los senadores también plantearon escenarios hipotéticos preocupantes: un pasajero que enfrenta el duelo por la pérdida de un familiar podría ser objeto de tarifas más altas al necesitar viajar urgentemente. Esta controversia refleja ansiedades más amplias acerca del papel que desempeña la IA en las transacciones cotidianas.
A medida que las aerolíneas compiten ferozmente por atraer clientes, la percepción de injusticia podría llevar a los viajeros hacia otras opciones disponibles. El CEO de American Airlines, Robert Isom, reconoció este riesgo al señalar que tales estrategias podrían alienar a pasajeros ya resentidos por tarifas elevadas y cargos ocultos.
Peticiones legislativas contra la discriminación por precios
Ante estas preocupaciones, algunos legisladores están impulsando acciones preventivas. Senadores como Blumenthal y Warner apoyan proyectos destinados a prohibir sistemas basados en IA que establezcan precios o salarios vinculados a datos personales.
Por su parte, Delta parece buscar navegar cuidadosamente por este complejo panorama regulatorio al enfatizar su enfoque en datos agregados. Sin embargo, persiste el escepticismo público debido al historial de manipulación de precios dentro de la industria aérea.
A medida que las aerolíneas apuestan por optimizar sus operaciones mediante IA, surge una pregunta fundamental: ¿puede la innovación coexistir con la transparencia? Por ahora, el programa piloto de Delta sigue siendo limitado mientras otras aerolíneas observan atentamente este desarrollo.
Con creciente presión para asegurar que la IA fomente equidad y no solo beneficios económicos, el futuro del ajuste dinámico de precios permanece incierto.