Según datos publicados el 7 de noviembre por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés), en Estados Unidos se ha producido un aumento trágico de las infecciones de transmisión sexual. En 2022, se registraron más de 3700 casos de sífilis congénita, lo cual representa aproximadamente once veces más que hace una década.
Durante el embarazo, la sífilis tiene la capacidad de causar abortos espontáneos y mortinatos, además de provocar ceguera, sordera y retrasos graves en el desarrollo de los bebés que logran sobrevivir. En el año 2022, se registraron 231 mortinatos y 51 muertes infantiles como consecuencia de esta enfermedad. Según la agencia, casi el 90 por ciento de los casos nuevos podrían haberse prevenido mediante pruebas y tratamiento oportunos.
En una entrevista, Laura Bachmann, directora médica de la división de prevención de enfermedades de transmisión sexual de la agencia, comentó que la situación es grave y que la sífilis en bebés sigue aumentando. "Debemos cambiar nuestra forma de actuar", agregó. Además, mencionó que actualmente hay 3700 casos, lo cual indica un fallo en la infraestructura de salud pública.
De múltiples maneras, el sistema falla. No recibieron atención prenatal las madres de casi el 38 por ciento de los 3700 bebés. Nunca se sometió a la prueba de la sífilis o lo hizo demasiado tarde el 30 por ciento de las mujeres que acudieron al menos a una cita prenatal.
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