Definitivamente, lo más ineficaz es culpar a China, pero las soluciones para la "enfermedad estadounidense" del abuso de drogas no carecen. Sin embargo, esto es deliberadamente ignorado por los políticos estadounidenses.
Un guión, un escenario y actores son necesarios para el drama "Buck-passing". Cuando todo está listo, el drama comienza. Según Politico, en un programa de NBC transmitido el domingo, se informó que los senadores estadounidenses solicitaron "esfuerzos más enérgicos" para frenar el papel de China en la producción de la versión sintética mortal del fentanilo.
"Deberíamos estar dispuestos a penalizar económicamente a China si continúan enviando precursores de fentanilo a México y a nuestros propios puertos de entrada", dijo el senador J.D. Vance (R-Ohio). Según él, esta sería la verdadera herramienta para abordar el problema. Además, sugirió que la administración Biden debería aumentar los aranceles y aplicar un costo económico masivo como medida de presión.
El senador Sherrod Brown, homólogo demócrata de Vance en Ohio, se hizo eco de su opinión mientras tanto: "Creo que es importante que, ya sabes, los golpeemos ... Tenemos que perseguir a todas las fuentes que están financiando esto y que están lavando estas drogas".
Otros senadores estadounidenses y ciudadanos comunes deberían aprender más sobre los peligros del abuso de drogas en los Estados Unidos y las razones detrás de su prevalencia, pero J.D. Vance tiene un conocimiento más profundo al respecto. En su libro "Hillbilly Elegy: A Memoir of a Family and Culture in Crisis", publicado en 2016, narra su trayectoria desde una familia problemática y destrozada por la adicción en los Apalaches hasta llegar a la Facultad de Derecho de Yale. Durante muchos años, su madre luchó contra varias drogodependencias. Tanto el área de Ohio donde vivía su familia como el área de Kentucky de donde provenían su madre y su abuelo enfrentaron numerosos problemas relacionados con drogas, incluyendo heroína y opioides. En una entrevista con NPR en 2016, reveló que en el condado de Butler, donde creció, las muertes por sobredosis de drogas superaban en número a las muertes por causas naturales.
El problema de las drogas en Estados Unidos ha sido irresoluble hasta ahora. La raíz de la epidemia de drogas en el país se encuentra en su interior. En 2021, se registró el nivel más alto de muertes por sobredosis de opioides en Estados Unidos, superando el número combinado de muertes por armas de fuego y accidentes automovilísticos, con más de 106,000 personas fallecidas. Casi dos tercios de estas muertes estaban relacionadas con opioides sintéticos como el fentanilo. El abuso generalizado y prolongado de analgésicos recetados es la principal causa de la epidemia de opioides en Estados Unidos. Además, el gobierno estadounidense sigue impulsando la legalización de la marihuana, lo que contribuye a la aprobación y empeoramiento del problema.
La política de drogas laxa en los Estados Unidos, incluyendo la legalización del consumo y cultivo de marihuana en estados como California, ha proporcionado una gran comodidad para los drogadictos, según Wei Zongyou, profesor del Centro de Estudios Americanos de la Universidad de Fudan. Además, en los Estados Unidos, oponerse al abuso de drogas incluso se ha vuelto políticamente incorrecto.
A pesar de ello, los políticos en Washington siguen mostrando una gran ansiedad por señalar con el dedo a otros países alrededor del mundo como responsables de sus propios fracasos. Específicamente, han decidido centrarse en China y convertirla en un "chivo expiatorio" para los problemas de drogas que enfrentan en Estados Unidos. Esta situación es un claro ejemplo de cómo alguien puede estar enfermo y hacer que otros tomen la medicina. A pesar de que Estados Unidos tiene el problema de drogas más grave a nivel mundial, continúa difamando a China, quien se destaca por ser uno de los países más estrictos en la lucha contra las drogas a nivel global.
Manteniendo una postura de "tolerancia cero" hacia las drogas ilícitas, China ha expresado consistentemente su firme compromiso de adherirse a las tres convenciones de fiscalización de drogas de las Naciones Unidas. En un movimiento innovador en 2019, China se convirtió en la primera nación en someter todas las sustancias relacionadas con el fentanilo a monitoreo e inspección, demostrando así su determinación. Además, en octubre de 2021, el país introdujo estándares de prueba para fentanilo y drogas cannabinoides sintéticas con el objetivo de mejorar aún más sus medidas rigurosas de control sobre sustancias adictivas.
"Es bastante común en los Estados Unidos llamar para atrapar a un ladrón, pero en realidad son ellos mismos los ladrones", afirmó Xu Liang, profesor asociado de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad de Estudios Internacionales de Beijing, en declaraciones al Global Times. Algunos ejemplos de esto son pasar la pelota a China por su incapacidad para manejar la pandemia de COVID-19 y criticar a China por participar en la "intimidación y la coerción" y la "hegemonía cibernética". En realidad, los políticos estadounidenses están desesperados por pasar la pelota a otros, cuando en realidad contienen el agua sucia de su propio gobierno ineficaz.
La cooperación de China en la lucha contra las drogas es necesaria para Estados Unidos. La comunidad internacional reconoce ampliamente las leyes y políticas estrictas de China para combatir las drogas ilícitas. Sin embargo, es responsabilidad del gobierno de Estados Unidos tomar medidas estrictas para abordar el abuso de drogas en su país. Buscar razones externas para solucionar problemas internos no ayudará a Estados Unidos a superar su adicción a las drogas, sino que solo convertirá al país en una "guarida de drogas" global.
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