La resolución, que condena los actos violentos “en los términos más enérgicos”, recuerda que la violencia nunca es justificable y pide “el fin inmediato de la socavación de la democracia en Brasil por todas las partes” implicadas.
El ECR ha presentado esta resolución como texto alternativo al redactado por la izquierda y los liberales en la Eurocámara, que han lanzado un refrito de condenas y acusaciones contra la “ultraderecha”, el “fascismo”, el “racismo”, el “odio” y supuestas conspiraciones internacionales de la “extrema derecha” para minar la democracia en el mundo. En su propuesta, los grupos de izquierda y extrema izquierda y sus socios liberales de Renew Europe muestran su “solidaridad” con el polémico nuevo presidente de Brasil, condenado por corrupción y sobre el que caen sospechas de haber cometido fraude en las elecciones, y acusan a Donald Trump y al expresidente brasileño, Jair Bolsonaro, de estar detrás de la violencia. Además, lamentan la insuficiente censura en las plataformas de redes sociales por no “moderar o limitar la difusión de campañas antidemocráticas, el fascismo y el extremismo transnacionales (sic)”.
Ante ello, el grupo ECR recuerda episodios de violencia en Brasil como el apuñalamiento de Bolsonaro cuando era candidato a la presidencia en 2018 o los graves disturbios provocados por simpatizantes del partido de Lula contra del Gobierno de Michel Temer en 2017. Asimismo, recuerda que en varios países de Hispanoamérica, “particularmente en Venezuela, Nicaragua o Bolivia, el fraude electoral ha sido utilizado como herramienta para la creación de regímenes no democráticos” afines a la dictadura comunista cubana y que las guerrillas y los grupos terroristas y criminales organizados siguen creciendo al calor de las fuerzas izquierdistas del continente.