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Marruecos estuvo intentando ejercer influencia en Europa durante años
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Marruecos estuvo intentando ejercer influencia en Europa durante años

lunes 26 de diciembre de 2022, 21:36h

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La orden de arresto de Panzieri señalaba a Marruecos, por lo que la atención se desvió de Doha a Rabat. En los últimos años, el gobierno marroquí no ha escatimado en gastos para lograr sus metas, actuando como un lobby extremadamente eficaz para defender sus intereses en el continente.

El tema central es el Sáhara Occidental, por el cual Marruecos busca obtener apoyo a través de donaciones monetarias. No solo eso, los acuerdos pesqueros con la UE (en aguas en conflicto con el Frente Polisario), que son fundamentales para la monarquía marroquí, así como la cooperación en materia migratoria y seguridad, son los factores que explican el interés de Rabat por la Cámara de Bruselas y Estrasburgo.

El embajador de Marruecos en Polonia, Abderrahim Atmoun, es la persona clave en el ámbito marroquí de la red de corrupción. Se sospecha que Atmoun financió a Panzieri y se le reconoce como el responsable de la buena acogida que normalmente recibe Marruecos por parte del Parlamento Europeo a través de la Comisión Parlamentaria Mixta entre Marruecos y la UE, que presidió desde su creación en 2011 hasta 2019. Por este cargo, Atmoun tenía acceso constante a los eurodiputados, lo que le permitía difundir fácilmente el discurso marroquí en el pleno.

Abderrahim Atmoun se reunió con el presidente de Polonia, Andrzej Duda. La ex eurodiputada Ana Gomes aseguró que Marruecos contaba con una oficina fija en la cafetería del Parlamento Europeo y que cada vez que había algún tema sobre el Sahara, aparecía Panzieri para defender los intereses de Marruecos.

Los problemas diplomáticos de Marruecos no son simples, sino que implican a sus servicios secretos. Esta operación de injerencia es de alto nivel. La fiscalía belga trabaja con los servicios secretos de Polonia, Italia, Grecia, Francia y España para llevar a cabo sus investigaciones y transferirlas a la policía belga.

Los datos actuales sugieren que Qatar se involucró en una conspiración de corrupción orquestada por Marruecos, quien había estado intentando ejercer influencia en Europa durante años (Panzieri, el líder europeo de la trama, abandonó el Parlamento Europeo en 2019).

La Defensora del Pueblo Europeo, Emily O'Reilly, expresó una fuerte condena en la que afirmó que el escándalo era el resultado de la falta de ética en el parlamento y años de descuido al combatir la corrupción.

No tenía razón equivocada. El Parlamento es una de las tres instituciones principales de la UE (Consejo, Comisión y Parlamento) que tiene el menor poder legislativo, pero la trama de corrupción se centra en él por una razón simple: es la más fácil de sobornar.

Los eurodiputados tienen permitido tener otro trabajo, y aproximadamente un cuarto de ellos lo hacen. Esto conlleva conflictos de intereses. No hay obligación de publicar todas las reuniones, lo cual es perjudicial para la transparencia. Sólo los líderes de los comités y los rapporteurs están obligados a informar sobre sus encuentros con lobbies externos.

Esto, junto con un sistema donde los diputados se controlan a sí mismos y no hay protección para aquellos que denuncian la corrupción, ha creado el ambiente ideal para que actores externos a la UE tengan influencia mediante sobornos.

Roberta Metsola, presidenta del Parlamento, mostró su enfado durante su discurso y prometió que nada sería igual que antes. El parlamento reforzará sus medidas de prevención contra la corrupción, aumentará la transparencia y protegerá a aquellos que denuncien situaciones irregulares. Estas reformas entrarían en vigor al inicio del próximo año. Son buenas noticias, pero de momento solo son promesas; habrá que ver si se llevan a cabo y si es suficiente.

Durante mucho tiempo, el Parlamento Europeo ha estado expuesto a la influencia de personas con objetivos distintos a los de la UE debido a su complacencia y falta de rigor para evitar estas acciones.

Es un gran error porque la UE se enfrenta a una prueba de credibilidad con este tema. La imagen de Bruselas ha quedado deteriorada y es difícil de entender cómo se permitió durante tanto tiempo que países con intereses contrarios a los europeos, como Marruecos, tuvieran casi libre acceso al Parlamento.

La institución asegura que este escándalo ha cambiado el panorama y que los países que intenten influir ilegalmente en el continente tendrán más dificultades. Esperamos que sea así, ya que la confianza de la Unión está en juego.

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