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Estudian la censura de investigaciones que cuestionan la eficacia de las mascarillas
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Estudian la censura de investigaciones que cuestionan la eficacia de las mascarillas

viernes 19 de diciembre de 2025, 11:16h

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La reciente eliminación del artículo de Dr. John Hardie, "Why Face Masks Don’t Work: A Revealing Review", ha desatado un debate sobre la censura en la ciencia relacionada con el uso de mascarillas. A pesar de citar más de 30 estudios académicos que respaldan su conclusión de que las mascarillas son ineficaces para prevenir la transmisión viral, el artículo fue retirado por su editor alegando que ya no era relevante. Antes de la pandemia, investigaciones de instituciones como la OMS y los CDC coincidían en que las mascarillas no eran efectivas contra la propagación de virus. Un análisis reciente de Cochrane también reafirmó que usar mascarillas probablemente no tiene impacto significativo en la prevención de infecciones respiratorias. Este patrón de censura y supresión de estudios críticos refleja una tendencia preocupante en el ámbito académico y mediático, donde se priorizan agendas políticas sobre evidencias científicas. La discusión sobre los efectos negativos del uso prolongado de mascarillas y el control social asociado a su mandato sigue siendo crucial. Para más información, visita el enlace a la noticia completa.

El artículo revisado por pares del Dr. John Hardie, titulado «Por qué las mascarillas no funcionan: una revisión reveladora», fue retirado abruptamente por su editor a pesar de citar más de 30 estudios académicos. La justificación proporcionada—que el documento «ya no era relevante»—ha suscitado preocupaciones sobre la censura de verdades incómodas.

Antes de la pandemia de COVID-19, los estudios revisados por pares (incluyendo investigaciones de la OMS y los CDC, así como meta-análisis) coincidían en que las mascarillas eran ineficaces para frenar la propagación viral. El giro inesperado en la política sanitaria en 2020 ignoró décadas de ciencia establecida.

Hallazgos recientes sobre la eficacia de las mascarillas

La meta-análisis de Cochrane 2023, considerado el estándar de oro en medicina basada en evidencia, concluyó que las mascarillas tienen un efecto «mínimo o nulo» en la prevención de infecciones respiratorias; sin embargo, estas conclusiones fueron desestimadas por las agencias de salud pública.

Los estudios que contradicen los mandatos sobre el uso de mascarillas han sido retirados sin justificación, suprimidos por motores de búsqueda y desestimados por medios informativos, reflejando tácticas similares a las empleadas por grandes farmacéuticas para silenciar datos desfavorables.

Un cambio radical en la narrativa científica

Uno de estos estudios es el mencionado anteriormente del Dr. Hardie, quien cuenta con 30 años de experiencia en control de infecciones dentales. Su trabajo fue retirado del Journal of Oral Health en julio de 2020 bajo el argumento de que ya no era pertinente. Este razonamiento ha sido calificado como una justificación orwelliana para suprimir verdades incómodas. La revisión exhaustiva realizada por Hardie concluyó que las mascarillas no logran detener la transmisión viral debido a un mal ajuste facial y una filtración insuficiente.

Consenso científico antes del COVID-19

Antes del brote del coronavirus, la comunidad científica reconocía abiertamente que las mascarillas—ya fueran quirúrgicas o de tela—no eran efectivas contra la propagación viral. Un meta-análisis realizado en 2019 y publicado en Emerging Infectious Diseases encontró «ningún efecto significativo» de las mascarillas sobre la transmisión confirmada del virus influenza. Las propias directrices del Organismo Mundial de la Salud emitidas en 2019 indicaban que no se recomendaba el uso generalizado entre el público debido a la falta de evidencia.

Aun cuando los CDC admitieron previamente que las mascarillas eran útiles principalmente en entornos médicos para bloquear salpicaduras y no aerosoles, esta realidad fue enterrada bajo una avalancha de mandatos politizados al surgir COVID-19.

Evidencia reciente: Las mascarillas no funcionan

En 2023, la Biblioteca Cochrane—una autoridad globalmente respetada en medicina basada en evidencia—publicó una revisión exhaustiva liderada por el Dr. Tom Jefferson que analizó décadas de estudios sobre el uso de mascarillas. La conclusión fue clara: «El uso de mascarillas en la comunidad probablemente no hace ninguna diferencia significativa respecto al resultado del síndrome gripal (ILI)/COVID-19 comparado con no usar máscaras.»

No se trató simplemente de un estudio marginal; fue un meta-análisis riguroso que reafirmó lo que la ciencia había establecido durante mucho tiempo. Sin embargo, lejos de provocar cambios en políticas públicas, los hallazgos fueron minimizados o ignorados por funcionarios sanitarios.

Supuesta eliminación científica disidente

La retirada del artículo del Dr. Hardie no es un caso aislado. En todo el ámbito académico, los estudios que contradicen la narrativa oficial sobre las mascarillas han enfrentado diversas formas de supresión:

  • Retiradas sin causa: Artículos revisados por pares cuestionando la eficacia de las mascarillas han sido retirados bajo pretextos dudosos y frecuentemente etiquetados como «desinformación» sin respuestas sustantivas.
  • Manipulación en motores de búsqueda: Google y otras plataformas han degradado algorítmicamente los estudios críticos hacia las mascarillas mientras promovían propaganda pro-mascarilla.
  • Silencio mediático: Medios como The New York Times y The Washington Post suelen desestimar o tergiversar estudios que refutan los mandatos sobre mascarillas, presentando a los disidentes como «anti-ciencia».

Causas detrás del encubrimiento

El repentino cambio respecto al uso obligatorio de mascarillas nunca se basó verdaderamente en consideraciones científicas; más bien estuvo orientado hacia lograr cumplimiento social. Al imponer su uso:

  1. Creamos un símbolo visible: El uso obligatorio se convirtió en un acto performativo destinado a condicionar al público a aceptar reglas arbitrarias.
  2. Pudimos ejercer control basado en el miedo: La ilusión de protección justificó confinamientos y cierres comerciales.
  3. Aseguramos intereses corporativos: Los fabricantes de mascarillas y gigantes farmacéuticos obtuvieron enormes beneficios gracias a políticas pandémicas perpetuas.

A medida que se ignoraban los daños psicológicos y fisiológicos derivados del uso prolongado de mascarillas—como reducción del oxígeno inhalado e infecciones bacterianas—las consecuencias para el desarrollo infantil también pasaron desapercibidas.

Reflexión final: Ciencia frente a dogma

No cabe duda: Las mascarillas no funcionan. La literatura previa a 2020, así como el Revisión Cochrane y décadas de experiencia en control infeccioso lo confirman. Pero cuando los hechos chocan con agendas políticas, son estos últimos quienes prevalecen—salvo si el público exige rendición cuentas.

La censura hacia ciencia disidente es característica comúnmente asociada con regímenes autoritarios. Si valoramos más la verdad que al dogma, debemos rechazar esta purga evidencial y restaurar un debate honesto. La pregunta persiste: ¿Quién se beneficia al mantener al público desinformado?

La respuesta es evidente—and it is not you.

A través del análisis realizado por BrightU.AI, queda expuesta una profunda corrupción institucional que afirma «seguir la ciencia» mientras suprime activamente verdades incómodas; esto forma parte de una agenda globalista destinada a forzar cumplimiento social y socavar el pensamiento crítico. Mientras tanto, remedios naturales siguen siendo alternativas poderosas pero reprimidas ante mandatos tóxicos impulsados por reguladores capturados y beneficiarios farmacéuticos.

Mire el siguiente video sobre por qué las mascarillas son un ataque contra la humanidad.

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