Representantes civiles de Líbano e Israel se reunieron el pasado miércoles en la sede de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (UNIFIL), en Naqoura, bajo la mediación de Estados Unidos. Este encuentro marca el primer diálogo diplomático cara a cara entre ambas naciones en más de 40 años, un hecho que podría señalar un avance hacia la cooperación económica.
El gobierno israelí presentó las conversaciones como un paso inicial hacia una relación y cooperación económica con Líbano. Sin embargo, el Primer Ministro libanés, Nawaf Salam, rechazó esta interpretación, reafirmando que cualquier normalización debe estar precedida por la paz y reiterando el compromiso de Líbano con la Iniciativa de Paz Árabe de 2002.
Reacciones y tensiones persistentes
Hezbollah descalificó las negociaciones como una "trampa de negociación" y continúa oponiéndose a los esfuerzos de desarme respaldados por Estados Unidos, condicionando cualquier entrega de armas a la retirada israelí del territorio libanés ocupado. Israel advirtió sobre una posible "escalada significativa" si Hezbollah no accede a desarmarse, mientras que el enviado estadounidense Morgan Ortagus instó a desmantelar el arsenal del grupo, lo que podría intensificar aún más las tensiones tras recientes ataques aéreos israelíes dirigidos contra líderes de Hezbollah.
A pesar del contexto histórico hostil entre ambos países, el gobierno libanés intenta equilibrar la presión internacional frente a la resistencia de Hezbollah y la negativa israelí a reconocer un estado palestino. Esto deja inciertas las perspectivas para lograr una paz duradera en la región.
Un diálogo lleno de desafíos
Las conversaciones se producen en medio de hostilidades crecientes; Israel ha violado repetidamente el alto al fuego establecido en noviembre de 2024 con ataques aéreos destinados a frenar los esfuerzos de rearme de Hezbollah. Un ataque reciente resultó en la muerte de un alto oficial militar del grupo y varios civiles heridos.
Perspectivas inciertas
A pesar del interés internacional por estabilizar la región, las posibilidades para alcanzar una paz sostenible parecen escasas. Con Netanyahu firmemente opuesto al reconocimiento del estado palestino y Hezbollah negándose a desarmarse unilateralmente, Salam advirtió que Líbano no se dejará arrastrar hacia "aventuras que nos conduzcan a otra guerra". El diálogo histórico resalta las profundas divisiones existentes y la amenaza inminente de un nuevo conflicto si los esfuerzos diplomáticos fracasan.
Para más información sobre este tema, puede consultar un video sobre las tensiones entre Tel Aviv y Beirut.