Presión de Israel sobre Líbano para desarmar a Hezbollah
Israel ha ejercido presión sobre el ejército libanés, a través de mediación estadounidense, para que realice operativos de registro casa por casa con el objetivo de confiscar armas pertenecientes a Hezbollah. Sin embargo, los funcionarios libaneses han rechazado esta solicitud, temiendo que tales acciones puedan provocar disturbios civiles y ser interpretadas como una colaboración con Israel.
El alto al fuego establecido en noviembre de 2024 requería que Líbano desarmara a Hezbollah al sur del río Litani; no obstante, el grupo se niega a hacerlo, argumentando su derecho a la defensa propia. A pesar de que Líbano ha desmantelado túneles y confiscado armamento, Israel sostiene que Hezbollah se está rearmando más rápidamente de lo que Líbano puede llevar a cabo sus esfuerzos de desarme.
Comunicaciones directas y tensiones crecientes
Estados Unidos ha instado a Líbano a establecer canales de comunicación directa con Israel, lo cual contraviene la legislación libanesa y podría generar inestabilidad política. Los funcionarios libaneses temen que tales movimientos sean percibidos como una sumisión ante las demandas israelíes.
Recientemente, ataques aéreos israelíes han resultado en la muerte de civiles libaneses, incluyendo a Samir Faqih. Además, las fuerzas israelíes han realizado incursiones en hogares cercanos a Hula. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha prometido una escalada adicional si Hezbollah no es completamente desarmado, lo que incrementa los temores de un nuevo conflicto armado.
La negativa de Hezbollah a desarmarse mientras continúan los ataques israelíes ha creado un estancamiento peligroso. Estados Unidos promueve la diplomacia; sin embargo, Israel muestra disposición para tomar medidas militares, lo que pone en riesgo la estabilidad del alto al fuego.
Contexto histórico: Un alto al fuego frágil
El actual enfrentamiento se origina en el alto al fuego de noviembre de 2024 que puso fin a un devastador conflicto entre Israel y Hezbollah. Según este acuerdo, Líbano debía desarmar a Hezbollah al sur del río Litani; sin embargo, el grupo resiste esta medida, afirmando su derecho a protegerse contra agresiones israelíes.
La ocupación israelí del sur del Líbano desde 1982 hasta 2000 dejó profundas cicatrices en la sociedad libanesa. Funcionarios locales advierten que las redadas intrusivas podrían ser vistas como una colaboración con un antiguo ocupante.
Mientras tanto, la presión estadounidense sobre Líbano para establecer comunicaciones directas con Israel continúa generando controversia. Recientemente, el enviado estadounidense Thomas Barrack instó al presidente libanés Joseph Aoun a entablar conversaciones directas con Netanyahu.
Aumento de la violencia y riesgos futuros
Este tira y afloja diplomático se desarrolla en un contexto marcado por un aumento renovado de la violencia. El 10 de noviembre pasado, ataques aéreos israelíes impactaron en las afueras de Hmayri y resultaron en la muerte del ciudadano libanés Samir Faqih cerca de Bisariyeh. La noche anterior, fuerzas israelíes realizaron incursiones en una zona cercana a Hula.
El periodista libanés Khalil Nasrallah reportó que soldados israelíes colocaron explosivos cerca de un puesto de control del ejército libanés, lo que plantea interrogantes sobre la capacidad militar para asegurar la frontera.
A medida que más de 40 civiles libaneses han perdido la vida en las últimas semanas debido al conflicto, Netanyahu ha advertido sobre una mayor escalada si Hezbollah no se desarma por completo. Con el incremento de presión por parte de Israel hacia Líbano y la negativa del ejército libanés a realizar búsquedas invasivas, el riesgo de un nuevo conflicto se vuelve cada vez más palpable. La situación sigue siendo tensa mientras se espera ver si la diplomacia podrá evitar otra guerra devastadora o si el frágil alto al fuego colapsará definitivamente.
Mire el video donde se muestra Israel continuando sus ataques sobre Líbano.