La fijación de los socialistas y comunistas en el mito de la medicina cubana está sirviendo para que el régimen de Fidel siembre su propaganda por los países que en teoría solicitan ayuda sanitaria.
Tras la huida del dictador Evo Morales de Bolivia, se descubrió que durante 14 años Cuba había enviado a ese país a decenas de supuestos médicos y sanitarios que se hicieron cargo de la sanidad en dicho país. A cambio de cientos de millones que Evo pagaba a Cuba, directamente, llegaron centenares de supuestos sanitarios a los que había que proporcionarle vivienda, manutención y vehículo de alta gama.
Tras la salida de Evo se ha descubierto que la mayoría de estos sanitarios tenían falsos títulos de médicos y en realidad se dedicaban a adoctrinar. Incluso en el registro de algunos de las viviendas de estos médicos se descubrieron depósitos de explosivos. Y en alguna de las clínicas regentadas por médicos cubanos hallaron habitaciones de tortura.
Por supuesto que cuando se empezó a descubrir el engaño, los médicos huyeron con los vehículos de lujo proporcionados por el régimen de Evo, que también huyó primero a México, tras el depósito de mil millones de dólares en la cuenta de López Obrador, presidente del país de acogida, dinero transferido de una de las cuentas mil millonarias que el dictador cocalero mantiene en paraísos fiscales.
Ximo Puig, como otros mandatarios, se exponen a los cantos de sirena del régimen cubano, importando su propaganda bajo la excusa de ayuda sanitaria, a cambio de millones que debe enviar directamente a las cuentas del régimen cubano, dar alojamiento y manutención a los que lleguen y facilitarles un vehículo a cada sanitario.
Recientemente Italia y Andorra cayeron en la trampa y las consecuencias no tardarán en manifestarse.
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