Tragedia en Hong Kong: incendio cobra 94 vidas por negligencia en construcción

Un devastador incendio en un edificio de gran altura en Hong Kong ha dejado al menos 94 personas fallecidas y ha expuesto una alarmante negligencia en los estándares de seguridad de la construcción. Este trágico evento, que se considera el más mortífero en la historia reciente de la ciudad, se desató en el complejo Wang Fuk Court, ubicado en el distrito de Tai Po. Las llamas fueron avivadas por andamios de bambú altamente combustibles y otros materiales inflamables.

Las autoridades han arrestado a tres individuos relacionados con la empresa constructora encargada de las renovaciones del edificio, bajo sospecha de homicidio involuntario y negligencia grave. Eileen Chung, una oficial de policía de alto rango, indicó que existe evidencia suficiente para creer que los responsables actuaron con una grave falta de cuidado, lo que facilitó la rápida propagación del fuego y provocó un número tan elevado de víctimas.

Condiciones catastróficas

El complejo Wang Fuk Court estaba cubierto por una red de andamiaje de bambú y mallas debido a trabajos de renovación exterior. Aunque el uso del bambú es común en la construcción en Hong Kong, su naturaleza altamente inflamable representa un riesgo conocido. Esta situación se vio agravada por el uso presunto de materiales subestándar, como tableros de poliestireno expandido que actuaron como combustible adicional para las llamas.

El incendio comenzó en uno de los andamios y rápidamente se convirtió en un infierno que afectó simultáneamente siete de los ocho edificios del complejo. La estructura del andamiaje permitió que el fuego escalara verticalmente mientras que los materiales inflamables facilitaron su propagación horizontal entre los edificios. Esta violación básica de las normas contra incendios transformó lo que podría haber sido un incidente manejable en una catástrofe incontrolable.

Desafíos para los rescatistas

Los residentes atrapados dentro del complejo enfrentaron una situación desesperante. Los bomberos encontraron obstáculos significativos durante sus esfuerzos por rescatar a las víctimas. Derek Armstrong Chan, director adjunto del Servicio de Bomberos, describió las condiciones adversas: “Los escombros y el andamiaje están cayendo”, comentó. “La temperatura dentro de los edificios es muy alta, lo que dificulta nuestra entrada para llevar a cabo operaciones de combate al fuego y rescate.” Las heroicas acciones de los primeros respondedores se vieron trágicamente obstaculizadas por las mismas condiciones creadas por la empresa constructora.

Este desastre recuerda tragedias pasadas donde la falta de atención a la seguridad tuvo consecuencias fatales. En 2010, un incendio similar en un rascacielos en Shanghái causó 58 muertes debido a prácticas inseguras durante renovaciones realizadas por soldadores no autorizados. A pesar del aprendizaje potencial derivado de ese evento, parece que las lecciones no han sido aplicadas adecuadamente en Hong Kong.

Consecuencias humanas devastadoras

El costo humano es impactante y continúa aumentando. Más allá de las 94 muertes confirmadas, cerca de 300 personas siguen desaparecidas, lo que podría elevar aún más el número total de víctimas. Al menos 76 personas resultaron heridas en este incidente que afectó a una población densa compuesta por más de 4,600 residentes. La búsqueda entre los edificios carbonizados sigue siendo una tarea angustiante para las familias que buscan información sobre sus seres queridos.

A raíz del desastre, figuras prominentes desde el líder hongkonés John Lee hasta el presidente chino Xi Jinping han expresado sus condolencias y prometido investigaciones exhaustivas. Sin embargo, para las víctimas y sus familias, estas declaraciones ofrecen poco consuelo ante la magnitud del desastre que nunca debió ocurrir. La permisividad hacia riesgos conocidos como el uso masivo del bambú junto con materiales inflamables revela una inquietante indiferencia hacia la seguridad pública.

El incendio en Wang Fuk Court no es solo un accidente trágico; representa una acusación profunda contra un sistema que falló a su población. Este evento pone al descubierto las graves consecuencias derivadas del descuido y la ignorancia respecto a normas básicas de seguridad en aras del beneficio económico.

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