Un estudio reciente ha revelado que realizar estiramientos simples de los hombros y la parte superior de la espalda, mantenidos durante aproximadamente 15 segundos, puede provocar una reducción temporal de la presión arterial. Los investigadores sugieren que este efecto está relacionado con la activación del sistema nervioso parasimpático, el mecanismo del cuerpo conocido como «descanso y digestión», que promueve la relajación.
La respuesta fisiológica observada incluye una disminución de la presión arterial sin un aumento significativo en la frecuencia cardíaca, lo que indica un estado de calma profunda en el organismo. Aunque no se considera una solución única para la hipertensión crónica, los expertos destacan el estiramiento como un componente valioso y accesible dentro de una estrategia integral para cuidar la salud cardiovascular.
El vínculo entre estiramientos y bienestar
La investigación, liderada por el Dr. David Benditt y su equipo en la Escuela de Medicina de la Universidad de Minnesota, descubrió esta conexión casi por accidente mientras estudiaban a pacientes que experimentaban episodios de desmayo. Al observar que los participantes realizaban un estiramiento específico—encogiendo y rotando los hombros mientras extendían suavemente el cuello hacia atrás—se dio cuenta de que su presión arterial disminuía. Curiosamente, sus frecuencias cardíacas no aumentaron en respuesta, como normalmente sucedería cuando el cuerpo intenta compensar una caída repentina en la presión arterial.
Esta combinación única, donde la presión baja sin un corazón acelerado, señala un cambio en el sistema nervioso autónomo del cuerpo. Es comparable a un motor de automóvil que funciona suavemente en lugar de acelerar ruidosamente para mantener la velocidad en una pendiente. En esa posición estirada, el cuerpo parece sentirse seguro como para relajar su defensa interna, permitiendo que sus sistemas se estabilicen en un ritmo más pacífico.
Postura y salud cardiovascular
La relación entre postura y bienestar no es un concepto nuevo; sin embargo, su conexión con la salud cardiovascular añade una nueva dimensión al entendimiento. A lo largo de los siglos, tanto la sabiduría cultural como médica han vinculado intuitivamente la forma física con el estado interno. Prácticas orientales como el yoga y Tai Chi han integrado posturas corporales específicas con control de respiración y búsqueda de armonía interna durante milenios.
Estas disciplinas antiguas se fundamentan en la premisa de que la geometría del cuerpo influye en el flujo de energía y vitalidad. La importancia de mantener una buena postura, especialmente al estar sentado o de pie, se vuelve crítica. Una correcta posición al sentarse implica mantener los hombros hacia atrás, las rodillas ligeramente más altas que las caderas y los pies planos sobre el suelo; esto no solo previene dolores lumbares sino que también permite que los sistemas internos funcionen con menor esfuerzo.
Estiramientos como herramienta complementaria
Para quienes enfrentan desafíos relacionados con la hipertensión crónica, esta investigación ofrece una herramienta suave y complementaria más que una cura milagrosa. Las reducciones temporales observadas en la presión arterial durante el estudio son pasajeras; según el Dr. Benditt, estas breves caídas «probablemente no impactan el control a largo plazo» por sí solas. Sin embargo, cardiólogos como el Dr. Jossef Amirian señalan evidencia más amplia que respalda cómo prácticas consistentes como el yoga pueden ofrecer beneficios más sostenidos.
El verdadero poder del estiramiento podría residir en su función como hábito inicial y técnica para manejar el estrés. En un mundo frecuentemente atrapado en respuestas de «lucha o huida», encontrar maneras accesibles para activar «descanso y digestión» se convierte en un imperativo para la salud pública. El Dr. Grant recomienda integrar estiramientos dentro de un enfoque holístico que incluya actividad física regular, dieta saludable para el corazón y manejo del estrés.
Fuentes incluyen:
EverydayHealth.com
Pubmed.gov
Pubmed.gov