No nos engañemos, “La clave fundamental que da pie a que triunfen los populismos mediocres es la ausencia de verdaderas y válidas, Élites”.
Sus propuestas son sencillas, claras y directas. Nunca requieren una gran dosis de formación intelectual. Están destinadas a las mentes más intermedias de esa sociedad, incluso a los menos formados. No caben grandes reflexiones ni contraposiciones ideológicas. Sus salidas son la mar de comprensibles y aplicables.
Con mi labor –como en todos los artículos que escribo- no pretendo otra cosa que establecer claves intelectuales, técnicas, científicas –otra cosa es que lo consiga o no- para entender el mundo que me rodea. Por ello lo que deseo hacer es estudiar la estructura de estos movimientos para extraer las claves que los explique en profundidad y podamos hablar de ellos sin alabanzas o críticas, simplemente sabiendo lo que tenemos delante, y porqué. He intentar analizarlos como lo que son, una manifestación más de las actividades de la Especie Humana para su organización social.
Comenzando por la RAE, por Populismo entiende: Tendencia política que pretende atraerse a las clases populares. Es decir, no nos aclara casi nada. Porque cualquier partido tradicional también pretende atraer el voto de la gran mayoría, y por ende, de todas las clases populares.
|
Lo que no parece comprensible desde cualquier punto de vista, es la actitud de los seguidores –y votantes- de estos movimientos oportunistas. Cabe preguntarse, ¿Cómo podemos ser tan ciegos ante la historia? Si aún humean las hogueras del Nacismo, el Fascismo o el falangismo y, sobre todo, del Estalinismo –veamos Cuba, Corea del Norte, y ahora Venezuela-, ¿Cómo no recordamos los efectos de ese seguimiento ciego de los que prometieron la “Redención y las Eternas Verdes Praderas” para que ante fórmulas calcadas, la gente les siga de nuevo?
Cuando estudiamos la antropología humana, sus grandes organizaciones políticas a las que llamamos culturas o civilizaciones, y observamos la caída de una de esas grandes épocas continuadas y con clara implantación, lo que encontramos siempre es un corto período en el que personas y movimientos desconocidos, y que aparecen al albor del momento, proponen salidas fáciles, simples y con múltiple liderazgos cortos y sin profundidad, hasta que de nuevo renace otra gran época de grandeza y esplendor. A esos pequeños liderazgos es a lo que hoy llamamos, Populismos.
No deberíamos extrañarnos tanto. En el fondo, aunque no suele llamarse así, las claves psicológicas de cualquier religión, ideología política o movimiento social, tanto del pasado como del presente, están todas, sin exclusión alguna, bañadas en su totalidad en las aguas del… Populismo.
|