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OMS

17/05/2023@13:06:07
La agencia de la ONU para la salud declaró hace unos días que el coronavirus SARS-CoV-2 ya no es una emergencia pública internacional, lo cual no significa que el COVID- 19 haya dejado de ser una amenaza para la salud pública. Durante los primeros días de mayo, la enfermedad se cobró una vida cada tres minutos, miles de personas ingresadas en las unidades de cuidados intensivos.

Un nuevo informe revela que alrededor del 17,5% de la población adulta en todo el mundo experimenta infertilidad. La condición afecta a personas de todas las regiones del mundo, y a pesar de ello, muchas de ellas no pueden acceder a tratamientos por los altos costos, la falta de financiación pública, el estigma social o la baja disponibilidad.

Las sacudidas telúricas en ese país y la vecina Siria continúan causando nuevos muertos, heridos y afectados. La ONU sigue desplegando toda la ayuda de la que dispone distribuyendo artículos básicos para la supervivencia de cientos de miles de personas.

Los productos se venden sin receta médica y habrían provocado la muerte de más de 300 menores en tres países. La agencia sanitaria solicita la detección y retirada de la circulación de los medicamentos contaminados y aumentar la vigilancia y la eficiencia en las cadenas de suministro.

Ante el aumento de los contagios por COVID-19 en la nación asiática, los expertos de la agencia sanitaria en coronavirus se reunieron hoy en la sede de la Organización para analizar cuáles son los siguientes pasos para seguir. El director general de la OMS subraya la importancia de ser transparente y compartir regularmente datos para elaborar evaluaciones de riesgo.

Aunque la capacidad de fabricación ha aumentado en todo el mundo, sigue estando muy concentrada, con diez fabricantes produciendo el 70% de las vacunas. El año pasado se suministraron unos 16.000 millones de dosis de vacunas por un valor de 141.000 millones de dólares, casi tres veces el volumen de mercado de 2019.

Dos años después del brote del coronavirus, la respuesta mundial no ha hecho más que evidenciar las diferencias entre países ricos y pobres, y en los propios países entre los más vulnerables, según muestra un estudio de la agencia de la ONU para el desarrollo. La inequidad en las vacunas, además de prolongar la pandemia, ralentiza la recuperación económica de países enteros, pone en peligro los mercados laborales mundiales, los pagos de la deuda pública y la capacidad de los países para invertir en otras prioridades.

Tras el fuerte terremoto que sacudió el sur de Turquía en la madrugada del lunes, que hace temer una crisis humanitaria, los organismos de ayuda de la ONU se han movilizado para asistir a los miles de víctimas, incluidas las que se cree que siguen sepultadas bajo los escombros.

La OMS muestra un moderado optimismo ante el actual panorama epidemiológico que presenta “una transmisión intensa en varias partes del mundo”, aunque confía en que este año termine la emergencia de salud pública. También pide a China más datos sobre la enfermedad en el país y advierte que la subvariante de ómicron XBB.1.5 es la más transmisible detectada hasta la fecha. No obstante, los expertos recuerdan que todos los países han ofrecido datos muy por debajo en algunos casos de los índices de exceso de mortalidad, que dejaban en evidencia el intento de rebajar la importancia de la pandemia.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha confirmado que la semana pasada se registró el menor número de fallecimientos por coronavirus desde marzo de 2020 en todo el mundo e instó a los gobiernos a aprovechar la oportunidad para seguir poniendo en marcha medidas de prevención contra la enfermedad.

Las nuevas infecciones aumentaron un 8% en todo el mundo en comparación con la semana anterior, con 11 millones de nuevos casos. El mayor aumento se produjo en la región del Pacífico Occidental.