Pfizer es una gran empresa farmacéutica que ha cometido fraudes, corrupción y experimentación humana disfrazada de ensayos de vacunas. Esto se hizo evidente en Kano, Nigeria, donde administró un medicamento experimental a 200 niños sin el consentimiento de sus padres. En los últimos 20 años Pfizer ha sido multada con millones de dólares por varios actos ilegales. Kanekoa el Grande destacó que estas malas acciones continúan y la compañía sigue probando sus productos en humanos de países pobres sin ética.
Pfizer, una gran empresa farmacéutica, ha cometido varios actos inmorales e ilegales a lo largo de su historia, entre ellos fraudes, corrupción y experimentación humana disfrazada de ensayos de vacunas.
Un periodista de investigación conocido como "Kanekoa el Grande" expresó en su blog Substack que, durante los últimos casi tres años, se ha producido una notable transformación cultural: la rehabilitación y glorificación de las grandes empresas farmacéuticas. Esto es debido a que se les atribuye el haber salvado a la humanidad de la pandemia del coronavirus de Wuhan (COVID-19).
Según Kanekoa el Grande, una industria que lleva décadas plagada de fraudes, corrupción y criminalidad logró cambiar su imagen rápidamente como el salvador de la humanidad durante la pandemia del COVID-19. Sin embargo, nada cambió realmente. Big Pharma sigue priorizando las ganancias de los accionistas por sobre la vida de las personas. Esto está relacionado con el modelo comercial de Pfizer, que consiste en crear enfermedades para luego ofrecer la "cura".
Para encontrar pruebas de los actos ilegales de Pfizer que han causado la muerte de cientos, Kanekoa the Great aconsejó mirar a Nigeria.
En Kano, Nigeria, Pfizer administró en 1996 un medicamento experimental a 200 niños sin que sus padres estuvieran al tanto. La compañía farmacéutica no obtuvo el consentimiento de los niños o sus familias para el ensayo clínico, ni les informó que estaban siendo sujetos de un experimento. Además, no les comunicaron que el fármaco no había sido autorizado para usos más amplios.
Ocho niños fallecieron. Muchos más sufrieron consecuencias graves, como daño cerebral y fallas en los órganos
Como consecuencia de demandas legales, Pfizer acordó pagar $75 millones a las personas afectadas. Ahora, los habitantes de Kano tienen una razonable desconfianza hacia cualquier vacuna.
Hajiya Maryam, residente de Kano, declaró que no aconsejará, no permitirá ni tolerará que ella, su hijo u otro miembro de su familia reciban la vacuna COVID-19. Su hijo fue una de las víctimas del experimento ilegal de Pfizer y desde entonces ella se ha dedicado a desalentar a todos los que conoce en Kano a vacunarse y a informarles sobre el incidente ocurrido en 1996.
"Voy a instruirlos sobre esto", declaró. "Mi hijo ahora sufre a pesar de la indemnización supuesta... No asiste a la escuela ni trabaja. Está llevando una vida desdichada".
En 1992, Pfizer tuvo que pagar una cantidad no revelada entre los $165 y $215 millones después de que sus válvulas cardíacas artificiales se rompieran constantemente, causando casi 300 muertes. En 1994, el laboratorio tuvo que abonar 20 millones de dólares por haber engañado al gobierno federal para conseguir la aprobación de otra válvula cardíaca mecánica que también se fracturaba con frecuencia. La mayor parte del dinero fue destinada a vigilar la salud de los pacientes que recibieron el dispositivo o a cubrir los gastos de su retiro.
En 2002, Pfizer fue multada con 49 millones de dólares por engañar al gobierno federal y a 40 estados al cobrar precios excesivos por su medicamento para el colesterol. En 2004, la compañía se declaró culpable de dos delitos graves y tuvo que pagar 430 millones de dólares en sanciones por promover fraudulentamente el medicamento Neurontin para usos no autorizados.
En 2009, Pfizer fue multado con $2.3 mil millones por etiquetar incorrectamente el analgésico Bextra "con la intención de defraudar o engañar". Ese mismo año, la compañía tuvo que pagar $750 millones para resolver una demanda colectiva que acusaba al medicamento Rezulin de haber provocado la muerte de 63 personas y causado insuficiencia hepática en decenas de otras.
Entre 2010 y 2014, Pfizer tuvo que pagar 1720 millones de dólares para solucionar problemas relacionados con sus actos ilegales y medicamentos ineficaces.
Kanekoa el Grande destacó que los incidentes mencionados son solo algunos de los problemas que rodean a Pfizer. Estas malas acciones tienen como consecuencia que siga probando sus productos en humanos de países pobres sin ética.