Con la reapertura al turismo internacional y las nuevas medidas migratorias para los viajeros británicos, la situación en los grandes aeródromos españoles se ha desbordado hasta el punto de que en el de Madrid-Barajas más de 6.000 pasajeros han perdido sus vuelos en el último mes a causa de las demoras y largas colas en los controles policiales. La misma secuencia se repite en Málaga, Tenerife, Alicante…
“La imagen que España está transmitiendo como destino turístico es deplorable, además de gratuita, ya que podría solucionarse de la manera más simple. Bastaría con que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en el ejercicio de sus funciones y como se le viene reclamando de forma reiterada desde el sector, incremente la dotación de personal en estos controles policiales ubicados en los aeropuertos con mayor densidad de tráfico internacional”, reclama el presidente de la Mesa del Turismo, Juan Molas.
En las últimas semanas la nueva variante de la Covid, Ómicron, ha acaparado la atención como la principal amenaza a la reactivación del turismo. A pesar de la incertidumbre sobre su alcance, el sector fiaba la paulatina recuperación del turismo extranjero a la amplia vacunación de la población en España y a la confianza que se ha logrado generar en los mercados internacionales desde el verano.
“Con lo que no contábamos era con la inacción del ministro del Interior quien, por no tomar una decisión en tiempo y forma, es el responsable directo de este absurdo que perjudica, en primer lugar, a miles de pasajeros y, en segundo término, a la marca España en un momento especialmente delicado para uno de sus pilares, el Turismo”, añade Juan Molas.
La campaña de Navidad, las previsiones turísticas para 2022 y la temporada turística en Canarias –estratégica para la economía del archipiélago- saldrán inevitablemente malparadas de la triste imagen que se está dando, se lamenta el presidente de la Mesa del Turismo.