Así se pronunció Casado, en una entrevista en Antena 3 recogida por Servimedia, acerca de la predisposición con la que acudirá mañana, miércoles, a la reunión que mantendrá con Sánchez en el Palacio de La Moncloa.
El líder del PP dejó clara la voluntad de su partido para “escuchar, pero cuando nos tengan algo que decir” y reprochó al Gobierno que haya incumplido todos los compromisos alcanzados en materia sanitaria centrando su acción en “insultar” al principal partido de la oposición.
Casado dejó claro que su partido no apoyará los PGE porque en el seno del Gobierno hay un partido –Podemos- que “se declara comunista”, “habla de la III República”, “blanquea a los terroristas” y apuesta por retomar la “mesa de negociación” con los independentistas catalanes.
“Si rompe con Podemos, podremos hablar de los PGE”, retó a Sánchez.
A su vez, consideró “egoísta” que el jefe del Ejecutivo plantee a su partido la posibilidad de apoyar las cuentas públicas, puesto que, de hacerlo, “desaparece el PP, no hay oposición y se acaba la democracia parlamentaria”.
El presidente del PP también descartó la posibilidad de que su partido alcance puntos de encuentro con el Gobierno para renovar los órganos constitucionales refugiándose en la presencia de Podemos en el Ejecutivo. “¿Cómo vamos a renovar las instituciones con un partido como Podemos en el Gobierno?”, se preguntó retóricamente.
A pesar de ello, reafirmó su voluntad de ofrecer mañana a Sánchez pactos en materia educativa y sanitaria y modificaciones legislativas con el fin de que la aplicación del estado de alarma sea el último recurso para atajar la pandemia.
Por su parte, Casado definió como una exhibición de “autobombo” la conferencia que Sánchez pronunció ayer ante representantes de grandes empresas y bancos, de la patronal y sindicatos y de la sociedad civil.
Tras lamentar la presencia en el acto de autónomos y pymes, aseveró que “quien piense que al PP se le puede presionar está muy equivocado”, para, a continuación, presentar a Sánchez como el epítome del caos económico en España, un país en el que “siete millones de españoles quieren y no pueden trabajar” y en el que “hay un problema para la sostenibilidad de las pensiones”.