Impacto de las erupciones volcánicas en la Tierra
Las erupciones volcánicas ejercen un impacto significativo sobre el planeta, que va más allá de las consecuencias destructivas que suelen asociarse a estos eventos. Su influencia se extiende también a la atmósfera, donde las cenizas y el polvo volcánico liberados pueden generar aerosoles en regiones donde habitualmente se forman nubes, lo que tiene importantes repercusiones climáticas.
Las nubes cumplen un papel esencial en la regulación del clima y el equilibrio energético terrestre. Cubriendo aproximadamente el 70 % de la superficie del planeta en cualquier momento, estas pueden reflejar la luz solar y absorber calor. Por esta razón, es crucial que los científicos hayan comenzado a comprender el notable efecto que tienen los aerosoles en la composición de las nubes, un aspecto que había permanecido como un enigma durante mucho tiempo.
Nuevas investigaciones sobre las nubes cirros
Un estudio reciente realizado por investigadores del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, en Estados Unidos, ha revelado que las partículas de ceniza volcánica son capaces de inducir la formación de cirros, un tipo de nubes altas y delgadas compuestas principalmente de hielo.
Al analizar datos obtenidos de las misiones CloudSat y CALIPSO de la NASA, los científicos encontraron que las erupciones volcánicas ricas en ceniza aumentan la frecuencia de estas nubes. Se observó además que este fenómeno provoca que las nubes contengan menos cristales de hielo, aunque estos sean más grandes. Este efecto no se presentó en erupciones con escasa presencia de ceniza.
Mecanismos detrás de la nucleación del hielo
Los investigadores inicialmente plantearon que una erupción podría desencadenar una nucleación homogénea, donde el hielo se forma sin necesidad de una superficie para adherirse. Sin embargo, hallaron que las erupciones con alta concentración de ceniza producen una reacción opuesta conocida como nucleación heterogénea.
Tras una explosión volcánica, las gotas de agua se adhieren a los aerosoles de ceniza antes de enfriarse lo suficiente como para congelarse. Las nubes afectadas por este tipo de nucleación reflejan menos radiación solar y permiten que mayor cantidad de radiación térmica escape al espacio exterior.
«Nuestros hallazgos amplían la comprensión sobre las interacciones entre aerosoles y nubes heladas y ofrecen nuevas perspectivas sobre la geoingeniería relacionada con los cirros», afirmaron los expertos en un artículo publicado en la revista Science Advances.
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