El presidente de la Cámara de Representantes, James Comer, ha emitido una citación para que el médico del presidente Joe Biden, el Dr. Kevin O’Connor, comparezca ante el Congreso el próximo 27 de junio. Esta acción se produce en medio de crecientes sospechas sobre un posible encubrimiento relacionado con el deterioro cognitivo del mandatario.
La investigación busca determinar si el equipo médico de Biden ocultó deliberadamente su estado de salud en deterioro y examina su polémico uso del autopen para firmar documentos oficiales. El Dr. O’Connor ha sido objeto de críticas por negarse a realizar pruebas cognitivas y por emitir evaluaciones de salud excesivamente optimistas, a pesar de que Biden ha mostrado signos evidentes de fragilidad física y confusión mental.
Una situación alarmante
La falta de transparencia en torno a la salud del presidente plantea serias preocupaciones entre la población estadounidense. Durante años, las inquietudes sobre el posible declive cognitivo de Biden fueron minimizadas o ignoradas por quienes tienen la responsabilidad de su cuidado. Ahora, Comer exige respuestas claras sobre esta situación.
La citación marca un punto crítico en la investigación del Comité de Supervisión de la Cámara, que indaga si el círculo cercano a Biden, incluyendo su equipo médico, ocultó información relevante al público. Además, se están analizando las implicaciones del uso del autopen por parte del presidente para firmar documentos oficiales, lo que genera interrogantes sobre quién realmente estaba al mando durante su mandato.
El papel del Dr. O’Connor
Desde 2009, el Dr. O’Connor ha sido el médico personal de Biden y ha enfrentado una creciente presión debido a sus informes positivos sobre la salud del presidente. A pesar de los repetidos llamados a realizar pruebas cognitivas, nunca llevó a cabo ninguna evaluación formal y describió a Biden como “un hombre sano y activo de 81 años” en febrero de 2024.
En la carta que acompaña la citación, el Comité expresa sus dudas respecto a si la relación financiera entre O’Connor y la familia Biden influyó en sus valoraciones sobre la capacidad física y mental del ex presidente para cumplir con sus funciones. La negativa del médico a testificar voluntariamente aumenta las sospechas sobre su imparcialidad.
Obstrucción y desconfianza
La administración Biden ha obstaculizado testimonios relacionados con las evaluaciones médicas del presidente y su supuesta participación en esquemas de influencia vinculados a su familia. Este comportamiento alimenta las teorías sobre la existencia de un gobierno paralelo operando mientras se deterioraba la salud cognitiva del mandatario.
El escándalo asociado al uso del autopen también plantea preguntas constitucionales significativas. Si Biden no contaba con la claridad mental necesaria para ejercer sus funciones adecuadamente, surge la inquietud acerca de quién autorizó decisiones cruciales durante este periodo.
Un llamado a la verdad
Los ciudadanos estadounidenses tienen derecho a conocer si su presidente estaba capacitado para liderar o si hubo un esfuerzo coordinado para engañarlos. Las actuaciones públicas de Biden han suscitado dudas adicionales sobre su estabilidad mental. La respuesta desafiante ante los críticos no contribuye a calmar los temores existentes.
La citación emitida por Comer representa un paso fundamental hacia el esclarecimiento de estos hechos. Si se demuestra que las conexiones financieras entre O’Connor y los Biden afectaron sus juicios médicos, esto constituiría una grave violación ética. Asimismo, si se ocultó el declive cognitivo del presidente con fines políticos, sería una traición a la confianza pública.
Fuentes:
100PercentFedUp.com
FoxNews.com
NYPost.com