Un inquietante juego de poder corporativo se desarrolla en el corazón de América, amenazando con despojar a los ciudadanos de sus derechos constitucionales mientras protege a un gigante farmacéutico de la responsabilidad por su producto letal. Bayer, la poderosa empresa agroquímica que heredó el legado tóxico de Monsanto, está llevando a cabo una guerra de cabildeo en múltiples estados para asegurar inmunidad legal para Roundup, su herbicida a base de glifosato vinculado al linfoma no Hodgkin. Con miles de millones en veredictos y acuerdos acumulándose, Bayer no está reformulando su producto ni advirtiendo a los consumidores; está reescribiendo la ley.
No se trata solo de pesticidas. Este conflicto aborda la tiranía corporativa, la erosión de la soberanía estatal y la traición hacia agricultores, paisajistas y consumidores que confiaron en un producto que creían seguro. La estrategia de Bayer refleja las tácticas utilizadas por la industria farmacéutica: cabildear a los legisladores, eludir los tribunales y silenciar a las víctimas. Sin embargo, la reacción pública está creciendo, revelando una empresa desesperada por evadir la justicia, sin importar el costo para la salud pública.
Puntos clave del conflicto
- Bayer impulsa legislaciones a nivel estatal para bloquear demandas que alegan que Roundup causa cáncer, despojando efectivamente a las víctimas de su derecho a un juicio por jurado.
- Los tribunales de Missouri ya han fallado en contra de Bayer, otorgando miles de millones en daños, pero la compañía ahora presiona para anular las leyes estatales mediante preempción federal.
- Las regulaciones obsoletas sobre pesticidas de la EPA dejan una brecha significativa que permite a Bayer explotar una débil aplicación mientras evita responsabilidades.
- Agricultores, defensores de la salud y legisladores bipartidistas están luchando contra estas tácticas oscuras y manipulaciones corporativas.
- El desenlace de esta batalla determinará si las corporaciones pueden envenenar a los ciudadanos sin consecuencias o si prevalecerá la justicia.
Bayer muestra una desesperación palpable. Tras adquirir Monsanto en 2018, no solo heredó Roundup sino también una pesadilla legal—más de 54,000 demandas vinculando el glifosato con el cáncer. Con veredictos del jurado que suman casi 20 mil millones de dólares, la respuesta de Bayer no ha sido reformular su producto ni añadir advertencias sobre el cáncer. En cambio, ha desplegado un ejército de cabilderos para convencer a las legislaturas estatales de que la aprobación de la EPA debería protegerla de toda responsabilidad.
Missouri, sede del headquarters norteamericano de Crop Science de Bayer, se convirtió en el epicentro de esta lucha. La compañía inundó el estado con cabilderos promoviendo el Proyecto de Ley del Senado 14 y el Proyecto de Ley 2763—ambos diseñados para bloquear reclamos por “falta de advertencia”. Sin embargo, Bayer subestimó la reacción adversa.
La brecha regulatoria: Cómo Bayer explota una aplicación débil
La Ley Federal sobre Insecticidas, Fungicidas y Rodenticidas (FIFRA), actualizada por última vez en 1972, tenía como objetivo garantizar la seguridad de los pesticidas. Pero presenta un defecto fatal: los ciudadanos privados no pueden demandar bajo FIFRA—solo puede hacer cumplir esta ley la EPA. Y dado que esta agencia revisa los químicos solo cada 15 años, no existe una verdadera rendición de cuentas.
“Las reclamaciones bajo leyes estatales son la única forma en que los ciudadanos privados pueden responsabilizar a las empresas”, explica Matt Clement, abogado trialista en Missouri que ha representado exitosamente a víctimas del Roundup. “Si la legislación propuesta elimina eso, no queda nada para que una persona lesionada haga.”
Bayer es consciente de esto. En lugar de corregir Roundup, está explotando vacíos regulatorios e invirtiendo millones en grupos cabilderos como Modern Ag Alliance y Protecting America Initiative. En Georgia logró éxito—el SB 144 se convirtió en ley, amenazando un veredicto por 2.1 mil millones para el demandante John Barnes. Pero en Missouri, las tácticas agresivas de Bayer resultaron contraproducentes.
Tácticas oscuras y ataques mediáticos: El fracaso del esfuerzo publicitario
Cuando nueve senadores del Caucus Libertad en Missouri resistieron el proyecto de ley propuesto por Bayer, la compañía respondió con volantes directos acusándolos de “traicionar a los agricultores” y ayudar a China. Los senadores denunciaron lo que llamaron ataques “de dinero oscuro”, iniciando una investigación ética y filibustearon hasta acabar con el proyecto.
La reacción fue bipartidista. Veinticuatro republicanos y 48 demócratas rechazaron el proyecto, señalando un raro momento de unidad contra el abuso corporativo. Los anuncios agresivos y el patrocinio por parte Bayer durante la inauguración del gobernador Mike Kehoe solo alimentaron percepciones sobre corrupción.
El objetivo final es claro: asegurar preempción federal mediante el Farm Bill o ante la Corte Suprema para anular demandas estatales. Sin embargo, el Congreso podría modificar fácilmente FIFRA para proteger los derechos de las víctimas. Además, podría dirigir a la EPA para actualizar el etiquetado del glifosato, cerrando así cualquier escape posible para Bayer.
Esta lucha trasciende lo relacionado con Roundup; se trata sobre si las corporaciones pueden dañar a las personas sin consecuencias. Agricultores, consumidores y legisladores deben decidir: ¿permitiremos que Bayer reescriba las reglas o exigiremos responsabilidad?
La noticia en cifras
Cifra |
Descripción |
54,000 |
Demandas vinculadas a Roundup y cáncer |
$20,000,000,000 |
Total de veredictos de jurados contra Bayer |
$2,100,000,000 |
Veredicto amenazado para el demandante John Barnes en Georgia |
24 |
Número de republicanos en la Cámara que rechazaron el proyecto de ley de Bayer |
48 |
Número de demócratas en la Cámara que rechazaron el proyecto de ley de Bayer |