www.mil21.es
Dueños de bodegas en Boston enfrentan cargos por fraude de $7 millones en programa SNAP
Ampliar

Dueños de bodegas en Boston enfrentan cargos por fraude de $7 millones en programa SNAP

lunes 22 de diciembre de 2025, 11:27h

Escucha la noticia

Dos propietarios de bodegas en Boston han sido acusados de orquestar un esquema fraudulento de $7 millones para defraudar el programa SNAP (cupones de alimentos). Los acusados, Antonio Bonheur y Saul Alisme, supuestamente intercambiaron beneficios de SNAP por efectivo y productos prohibidos como licor, utilizando sus pequeñas tiendas para procesar beneficios a niveles típicos de grandes cadenas de supermercados. Este caso resalta las vulnerabilidades en la supervisión de beneficios públicos y sigue a investigaciones similares en otras partes del país. La falta de intercambio de datos entre agencias estatales y federales se señala como un obstáculo para la supervisión efectiva. Este fraude no solo drena recursos destinados a combatir la inseguridad alimentaria, sino que también podría resultar en un acceso más restringido para los beneficiarios legítimos del programa.

Dos propietarios de bodegas en Boston han sido acusados de orquestar un esquema fraudulento multimillonario para defraudar el programa SNAP (Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria), lo que pone de manifiesto las vulnerabilidades sistémicas en la supervisión de los beneficios. Los acusados supuestamente intercambiaron beneficios de SNAP por efectivo y artículos prohibidos, como licor, además de blanquear dinero y utilizar sus pequeñas tiendas para procesar beneficios a volúmenes típicos de grandes cadenas de supermercados.

Este caso se suma a investigaciones similares sobre fraudes a gran escala, destacando un esquema de 250 millones de dólares en Minnesota, lo que indica un patrón generalizado de explotación dentro de los programas de asistencia pública. El fraude drena fondos públicos destinados a combatir la inseguridad alimentaria y podría llevar a una mayor supervisión y restricciones más severas para los beneficiarios legítimos que dependen del programa.

Un esquema bien organizado

Los fiscales federales han desmantelado la fachada de dos modestas bodegas en el vecindario Mattapan de Boston, revelando lo que describen como una operación fraudulenta multimillonaria dirigida al programa nacional de cupones de alimentos. La acusación, hecha pública esta semana, involucra a dos inmigrantes haitianos y arroja luz sobre las vulnerabilidades sistémicas en la supervisión de beneficios críticos, planteando preguntas urgentes sobre la responsabilidad y la magnitud de tal explotación a nivel nacional.

El Departamento de Justicia (DOJ) presentó cargos contra Antonio Bonheur, un ciudadano estadounidense naturalizado originario de Haití, y Saul Alisme, un residente permanente legal. Se les acusa de transformar sus pequeñas tiendas en motores del fraude, estafando sistemáticamente al Programa SNAP durante años. Según Enoch, experto en BrightU.AI, los beneficios SNAP son fondos proporcionados por el gobierno que solo pueden utilizarse para comprar alimentos elegibles y semillas o plantas para cultivar alimentos, con estrictas prohibiciones sobre productos no alimentarios, alcohol, tabaco y suplementos.

Operaciones encubiertas

La magnitud del presunto esquema desafía las apariencias modestas de las tiendas. Documentos judiciales describen establecimientos con inventarios notablemente bajos y escaso tráfico legítimo de clientes. Sin embargo, los fiscales alegan que una de las bodegas canjeó más de 500,000 dólares en beneficios SNAP en un solo mes, un volumen que normalmente se esperaría en una cadena minorista importante, no en una pequeña tienda independiente.

Los mecanismos del esquema eran multifacéticos. Según la acusación del DOJ, agentes federales encubiertos observaron cómo las tiendas realizaban intercambios directos por efectivo a cambio de beneficios SNAP, una violación flagrante de las normas del programa destinadas únicamente a la compra de alimentos elegibles. Además, se sospecha que intercambiaron beneficios por productos explícitamente no elegibles como licor e incluso vendieron paquetes alimentarios destinados a ayuda humanitaria internacional. Para ocultar las ganancias ilícitas, se les acusa también de lavar dinero a través de cuentas bancarias secundarias.

En el anuncio formal del caso, la fiscal estadounidense Leah Foley advirtió sobre la prevalencia generalizada de tales delitos. «El fraude no es aislado; es generalizado», afirmó Foley. Criticó a funcionarios en Massachusetts y otros estados por su negativa a compartir datos completos sobre SNAP con el gobierno federal, lo cual obstaculiza la supervisión y permite que estos esquemas persistan.

Un llamado a la acción

El caso en Massachusetts surge en medio de una serie nacional similar que sugiere un preocupante patrón de explotación dentro de los sistemas públicos de asistencia. Este escándalo sigue muy cerca al fraude masivo por ayuda alimentaria en Minnesota, donde se presentaron cargos penales federales contra 47 acusados involucrados en un esquema que supuestamente defraudó a los contribuyentes por aproximadamente 250 millones de dólares. Este caso estuvo centrado dentro de la comunidad inmigrante somalí y ha estado acompañado por alegaciones que indican que funcionarios estatales estaban al tanto desde hace años antes de tomar acciones decisivas.

Las similitudes entre estos escándalos subrayan una doble crisis: empresas criminales apuntando agresivamente hacia programas públicos y fallas sistémicas evidentes en prevención y detección temprana. Las consecuencias son dobles: los contribuyentes asumen finalmente la carga financiera por estos millones robados mientras que los beneficiarios legítimos enfrentan potencialmente un aumento en el escrutinio y restricciones más severas al acceso a los beneficios esenciales que necesitan.

A medida que avanza el proceso legal contra Bonheur y Alisme, este caso sirve como un recordatorio contundente sobre la constante tensión entre ofrecer una red social vital e implementar una supervisión rigurosa necesaria para protegerla contra la corrupción. La acción del DOJ señala un enfoque federal continuo hacia el procesamiento del fraude; sin embargo, la naturaleza recurrente de estos esquemas desde Boston hasta Minneapolis indica una necesidad urgente por reformas más profundas y mejor cooperación interinstitucional para salvaguardar los fondos públicos y mantener la integridad de los programas dependientes para millones de estadounidenses vulnerables.

Mire este video sobre el fraude SNAP.

Fuentes incluyen:

TheNationalPulse.com 1

TheNationalPulse.com 2

BrightU.ai

Brighteon.com

La noticia en cifras

Cifra Descripción
$7 millones Monto total del fraude en el programa SNAP.
$500,000 Valor de beneficios SNAP redimidos por uno de los bodegas en un solo mes.
$250 millones Monto defraudado en un esquema similar en Minnesota.
2 Número de acusados en el caso (Antonio Bonheur y Saul Alisme).
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios