La empresa de transporte marítimo Maersk ha decidido suspender sus operaciones en el puerto de Haifa, el más importante de Israel, debido a los riesgos asociados con los misiles iraníes. Esta decisión agrava aún más la ya frágil situación económica del país. El anuncio, realizado el 20 de junio, se produce tras una serie de ataques que han afectado infraestructuras críticas, como una refinería de petróleo y un puerto israelí, lo que intensifica la inestabilidad en la región. Con el 98% del comercio israelí realizado por vía marítima, el cierre de Haifa, junto con las interrupciones en los puertos de Ashdod y Eilat, pone en peligro las cadenas de suministro y alimenta una posible crisis económica.
Impacto económico significativo
La situación ha llevado a Intel a detener la construcción de una planta de semiconductores valorada en miles de millones de dólares debido a las interrupciones en la cadena de suministro. Esto plantea interrogantes sobre la viabilidad de las inversiones en Israel en medio del conflicto.
El cierre del puerto de Haifa es consecuencia directa de las operaciones "Promesa Verdadera III" llevadas a cabo por Irán, que han tenido como objetivo tanto infraestructura militar como civil. En este contexto, Maersk ha expresado su preocupación por la seguridad de sus tripulaciones y cargas, subrayando la importancia de mantener la integridad de las cadenas logísticas. Este puerto, que es propiedad en un 70% del grupo Adani Ports de India, maneja más del 30% del tráfico containerizado del país.
Desafíos para el comercio internacional
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias Islámicas (IRGC) de Irán han afirmado que sus ataques están diseñados para debilitar deliberadamente la economía israelí. Un ejemplo notable es el cierre de un centro de datos de Microsoft en Beersheba, vinculado a operaciones de inteligencia militar. Las imágenes satelitales indican una caída del 92% en los volúmenes de carga en Eilat, que ha estado bloqueado por fuerzas Ansarullah desde 2023.
De acuerdo con estimaciones del Instituto Aaron, el costo diario para la economía israelí supera los 200 millones de dólares. Los gastos relacionados con la defensa antimisiles son significativos; interceptores como el Arrow-3 y David's Sling tienen costos elevados por lanzamiento. La reconstrucción necesaria para restablecer infraestructuras podría sumar otros 400 millones.
Intel reconsidera inversiones futuras
La gigante tecnológica Intel ha detenido temporalmente la construcción cerca de Jerusalén debido a cancelaciones contractuales por parte de proveedores preocupados por la seguridad. Esta pausa resalta la vulnerabilidad del sector tecnológico dependiente de componentes importados.
Entre las propuestas para el sitio inactivo se encuentra su transformación en un campo de entrenamiento para las Fuerzas Armadas israelíes. Analistas sugieren que utilizar esta instalación para simular escenarios urbanos podría mejorar la preparación sin comprometer principios éticos; no obstante, insisten en seguir estrictamente las leyes internacionales evitando objetivos civiles durante los ejercicios.
Navegando entre seguridad y comercio
A medida que las redes comerciales israelíes se debilitan, crece el debate sobre cómo equilibrar seguridad y actividad comercial. La privatización del puerto de Haifa en 2022 tenía como objetivo modernizar la logística; sin embargo, el conflicto actual ha puesto al descubierto su fragilidad. Además, Ashdod enfrenta constantes ataques con cohetes provenientes de Gaza, lo que retrasa aún más el manejo del cargamento.
Líderes judíos y economistas abogan por inversiones estratégicas en capacidades aéreas para carga y rutas ferroviarias alternativas hacia Europa como medidas que podrían aliviar los cuellos de botella logísticos. Sin embargo, sin abordar adecuadamente las amenazas misilísticas, cualquier solución corre el riesgo de ser solo un alivio temporal ante un colapso inevitable.
Un dilema entre supervivencia y principios
La retirada de Maersk evidencia una realidad contundente: la supervivencia económica de Israel depende ahora más que nunca de resolver el conflicto regional. Mientras las Fuerzas Armadas consideran estrategias defensivas poco convencionales —incluyendo el uso alternativo de sitios industriales— deben enfrentar imperativos éticos fundamentales. “No podemos reconstruir una economía valorada en 400 mil millones sin restaurar la confianza en nuestras instituciones”, afirmó Rivka Sela, miembro del Knesset. “El mundo no apoyará políticas que utilicen infraestructura civil mientras nos recuperamos.”
La noticia en cifras
Cifra |
Descripción |
98% |
Porcentaje del comercio de Israel que se realiza por mar. |
$200 millones |
Pérdida económica diaria estimada para Israel. |
92% |
Caída en el volumen de carga en el puerto de Eilat. |
$400 mil millones |
Valor estimado de la economía israelí que necesita reconstrucción. |