La Unión Europea ha propuesto la creación de un nuevo «hub» de seguridad marítima en el Mar Negro, con el objetivo de proteger la infraestructura submarina crítica, supervisar los esfuerzos de cese al fuego en Ucrania y contrarrestar la flota «sombra» de Rusia que evade sanciones. Este centro utilizará drones, satélites y sensores para realizar vigilancia en tiempo real, y se prevé que esté ubicado en Rumania o Bulgaria, enfocándose en el intercambio de inteligencia y la detección de amenazas.
El control estratégico del estrecho del Bósforo por parte de Turquía es fundamental para la implementación del plan, a pesar de las tensiones existentes entre este país y la UE relacionadas con su membresía y disputas regionales. La financiación del proyecto dependerá de programas existentes de la UE, aunque su aprobación final está sujeta a negociaciones presupuestarias, alineándose además con el impulso de la OTAN hacia un aumento del gasto en defensa.
Un enfoque integral para la seguridad
El hub propuesto servirá como un centro neurálgico para compartir información, detectar amenazas tempranas y proteger los cables submarinos, una vulnerabilidad crítica tras actos de sabotaje ruso en infraestructuras del Mar Báltico en años recientes. Según documentos de la UE, se desplegarán sensores submarinos, drones y monitoreo satelital para rastrear actividades hostiles, incluyendo envíos ilícitos de petróleo por parte de la flota sombra rusa. Estos buques, muchos de ellos antiguos y no asegurados, han suscitado preocupaciones crecientes debido a su potencial para provocar desastres ambientales o incluso recibir escoltas militares desde Moscú.
Kaja Kallas, jefa de política exterior de la UE, subrayó la urgencia de esta iniciativa al afirmar que «la región del Mar Negro es de gran importancia estratégica para la Unión Europea debido a su conexión entre Asia Central y Europa». Sin embargo, reconoció que la guerra en Ucrania ha «manchado» el potencial de la región debido a ataques recurrentes contra puertos y rutas comerciales.
El papel clave de Turquía
A pesar de las relaciones tensas con Bruselas por las conversaciones estancadas sobre su adhesión a la UE, Turquía desempeña un papel central en el éxito del hub. La Comisión Europea ha señalado que Ankara podría contribuir constructivamente a contrarrestar la flota sombra rusa mediante su control sobre el Bósforo, un punto crítico para el tránsito por el Mar Negro. Turquía ya ha expresado su disposición a participar en una «fuerza de reafirmación» europea para Ucrania, que incluiría patrullas marítimas. No obstante, persisten tensiones con miembros de la UE como Grecia y Chipre debido a disputas territoriales.
La Comisionada Europea para la Ampliación, Marta Kos, abordó cautelosamente el hub como una oportunidad para mejorar las relaciones con Turquía. Sin embargo, evitó mencionar directamente la prolongada solicitud de adhesión del país a la UE, reflejando así un delicado equilibrio diplomático que busca cooperación regional pese a divisiones políticas internas.
Desafíos financieros y estratégicos
La iniciativa carece de un presupuesto específico y dependerá en cambio de programas existentes como SAFE, un fondo defensivo europeo valorado en 150 mil millones de euros. Los detalles finales sobre financiamiento y operación están sujetos a negociaciones dentro del presupuesto 2028-2032 de la UE, lo cual podría enfrentar resistencia por parte de estados miembros fiscalmente conservadores. Es importante señalar que este plan está alineado con una estrategia más amplia de la OTAN que contempla objetivos futuros relacionados con el gasto en defensa.
Analistas defensivos destacan que el hub tiene un doble propósito: disuadir las tácticas híbridas rusas mientras se prepara para supervisar cualquier futuro cese al fuego en Ucrania. Kallas mencionó que las discusiones sobre posibles patrullas militares europeas continúan respecto a interceptar embarcaciones pertenecientes a esta flota sombra. Resaltó también las complejidades legales involucradas al citar leyes internacionales que garantizan «el paso inocente» para los buques—una laguna que Rusia ha sabido aprovechar.
Ambiciones estratégicas ampliadas
Más allá de cuestiones inmediatas relacionadas con la seguridad, esta estrategia europea promete mejoras en infraestructura destinadas a fortalecer la movilidad militar alrededor del Mar Negro. Estas mejoras facilitarían los despliegues militares por parte de la OTAN—una prioridad mientras los miembros refuerzan sus defensas en el flanco oriental. El plan también intensifica el escrutinio sobre inversiones extranjeras en puertos críticos ante preocupaciones sobre la expansión china mediante iniciativas como La Franja y La Ruta.
Para socios no pertenecientes a la UE como Ucrania, Moldavia y Georgia, esta estrategia ofrece perspectivas más profundas en cooperación económica y seguridad; sin embargo, los detalles específicos aún son vagos. Con varios estados candidatos a ingresar a la UE ubicados alrededor del Mar Negro, Bruselas espera que este plan logre unir apoyo regional pese a incertidumbres financieras.
El hub de seguridad en el Mar Negro representa una apuesta arriesgada para la Unión Europea al intentar equilibrar disuasión militar con acercamientos diplomáticos bajo restricciones presupuestarias mientras enfrenta una Rusia cada vez más desafiante. Su éxito dependerá crucialmente de la cooperación turca, así como del alineamiento con NATO y disposición por parte de los estados miembros para invertir en defensa a largo plazo.