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Los empresarios andorranos Daniel Armengol y Denis Marot, condenados por blanqueo de dinero del narcotráfico colombiano
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Los empresarios andorranos Daniel Armengol y Denis Marot, condenados por blanqueo de dinero del narcotráfico colombiano

miércoles 11 de octubre de 2023, 18:25h

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La Valira.- El Tribunal de Cortes ha condenado a tres años de prisión y a sendas multas de 120.000 euros y 60.000 euros a los conocidos empresarios andorranos Daniel Armengol Mora y Denis Marot, vinculados al grupo constructor Heracles. Han admitido su culpa, han aceptado la condena y han confesado que, en la década de los años noventa del siglo pasado, colaboraron con una trama que se dedicaba al blanqueo de dinero del narcotráfico colombiano de cocaína.

Este procedimiento judicial ha tardado más de 20 años en sustanciarse -¡cosas de la increíble justicia andorrana!- y se ha llevado con extrema discreción, dada la relevancia empresarial y social de los dos empresarios involucrados. Además, se da la circunstancia de que los abogados defensores de estos dos empresarios han evitado que el caso llegara a juicio público, no endeudados son dos antiguos dueños –Xavier Juncotés y Toni Duró– que conocen muy bien cómo funciona el sistema judicial por dentro.

EL VERGONZOSO SILENCIO DE LA PRENSA ANDORRANA

El grupo Heracles, del que Daniel Armengol Mora y Denis Marot son socios fundadores, es la empresa de construcción y servicios más importante de Andorra. La imputación y condena de estos dos empresarios por blanqueo asociado al narcotráfico es una "bomba" y eso explica que la prensa andorrana, en otro fastidioso ejercicio de hipocresía y de autocensura, ha dado la información de la resolución del Tribunal de Cortes sin mencionar en ningún momento el nombre de los dos condenados, como sí hace en muchos otros casos de hechos delictivos sentenciados.

Daniel Armengol Mora y Denis Marot forman parte del reducido clan de andorranos de "pata negra" que controlan y mueven los hilos del Principado. Daniel Armengol Mora fue consejero general y es uno de los "padres" de la Constitución del Principado. Por su parte, Denis Marot es miembrodel Instituto Directivo del Automóvil Club Andorra (ACA), que reúne a la "flor y nata" de la élite del país.

¿QUÉ HARÁ EL AUTOMÓVIL CLUB?

La condena de Denis Marot por blanqueo de dinero del narcotráfico pone en cuestión su continuidad al frente de esta entidad, que preside Enric Tarrado. Y es que, según pregona la web de la ACA, "tanto los miembros del Consejo Directivo como empleados y colaboradores de ACA CLUB deben tener una actuación ética como eje de su comportamiento y una visión social responsable en todas sus actividades y compromisos".

Que los nombres de Daniel Armengol Mora y Denis Marot aparezcan vinculados con una trama del narcotráfico colombiano de cocaína es muy fuerte y muy lindo. La "omertá" andorrana ha vuelto a funcionar y la identidad de estos dos empresarios ha sido escrupulosamente silenciada... hasta que LA VALIRA la hace pública en este artículo.

MÁS DE 600 MILLONES DE PESETAS

En la década de los 90, Daniel Armengol Mora y Denis Marot accedieron a colaborar con una mujer de Tàrrega –Margarita Salvador– que se dedicaba a blanquear el dinero de una banda de narcotraficantes colombianos de cocaína que operaba en España. El dinero en cash de esta actividad ilegal se trasladaba a Andorra y se ingresaba en las cuentas particulares y empresariales de estos dos honorables ciudadanos que, tras quedarse una comisión, los cambiaban en dólares y los reenviaban a Estados Unidos, donde acababan en manos de los narcotraficantes.

Según los informes que hizo la Policía andorrana, por este sistema se blanquearon más de 600 millones de las antiguas pesetas (3,6 millones de euros). El principal involucrado en esta trama es Daniel Armengol Mora, que se embolsó una buena pifia de muchos millones de pesetas para colaborar con esta organización de narcotraficantes, mientras que su socio Denis Marot jugó un papel secundario y sólo cobró 200.000 pesetas por hacer dos operaciones de blanqueo.

NO ENTRARÁN EN LA COMELLA

Por ello, las multas que ha impuesto el Tribunal de Cortes a los dos condenados son diferentes: 120.000 euros en el caso de Daniel Armengol Mora, que era quien se lucró más, y 60.000 euros en el de Denis Marot. Por descontado, la pena de tres años de prisión es meramente simbólica y los dos empresarios no pisarán la Comella: son "¡pata negra!"

Según relata la sentencia dictada por el Tribunal de Cortes, Daniel Armengol Mora, "aprovechándose de su calidad de ser un importante empresario del país, y junto con su socio y segundo procesado ingresaron a sus cuentas personales y profesionales dinero en efectivo, mayoritariamente en pesetas pero también en dólares americanos y hasta el total de más de 600.000.000 de pesetas".

DINERO DE ORIGEN DELICTIVO

Este dinero, continúa la sentencia, "o bien los retiraban en efectivo de forma prácticamente inmediata, o bien los transferían a sociedades 'pantalla', a fin de que fueran confundidos con el dinero derivado de sus actividades comerciales, y con el fin de ocultar su origen y dificultar su trazabilidad dado que ese dinero provenía de las actividades delictivas llevadas a cabo por la organización criminal liderada por la mujer targarina y en particular del tráfico de drogas, y por qué actividades de disimulo de los fondos, aquella mujer pagó a los procesados (y ahora condenados) varias comisiones".

Daniel Armengol Mora, afirma el Tribunal de Cortes, "ingresó a sus cuentas personales y profesionales el dinero en efectivo, mayoritariamente en pesetas, de origen delictivo provenientes de la organización criminal liderada por la mujer targarina escondiendo su origen delictivo e impidiendo su trazabilidad, introduciéndolos en el sistema financiero con apariencia de licitud y legitimidad, aprovechando que ese dinero podría ser confundido con los derivados de su propia actividad lícita" .

TRANSFERENCIAS A LOS ESTADOS UNIDOS

Asegura la sentencia que "siguiendo las indicaciones de la organización y el 'modus operandi' para blanquear dinero antes mencionado, tras ingresar el dinero en efectivo en pesetas que la organización criminal entregaba al empresario andorrano, éste lo convertía a dólares americanos por ser estos inmediatamente transferidos a cuentas de Estados Unidos a través de operaciones financieras sin lógica comercial o económica más allá de la simple confusión del verdadero origen del dinero. ingresados".

De esta manera, continúa, "el dinero en efectivo ingresado permanecía breves periodos de tiempo en las cuentas del constructor andorrano, actuando éste como persona interpuesta de dicha organización criminal con la intención de que el dinero en efectivo proveniente del narcotráfico fuera confundido con el dinero proveniente de su actividad comercial, dificultando su trazabilidad y escondiendo su verdadero origen".

LA FISCALÍA LO AFINA

La Fiscalía ha jugado en este "delicado" procedimiento judicial de blanqueo de dinero un papel muy destacado. Ha negociado un pacto con los dos empresarios para evitarles el escarnio público de retratarse en un juicio y, con posterioridad, este acuerdo ha sido elevado al Tribunal de Cortes, que lo ha ratificado y ha dictado la sentencia correspondiente.

Que un affaire de blanqueo de dinero del narcotráfico colombiano de 3,6 millones de euros se salde con leves condenas de prisión que no se cumplirán y con unas multas que suman 180.000 euros (¡sólo el 5% de la cantidad blanqueada!) es un escándalo muy grueso. Contrasta esta actuación extremadamente benévola de la Fiscalía con la sádica persecución contra los exdirectivos y exempleados de la BPA, acusados de blanqueo agravado de capitales por tener como cliente al empresario Rafael Pallardó, que comercializaba objetos de marroquinería (bolsas, cinturones...) con China, no cocaína de narcos colombianos!

PUBICADO EN EL LIBRO ANDORRA CONECCTION

En el noveno caítulo del libro Andorra Conecction publicado en el año 2019, se describe bajo el titulo 1983 De Galicia al Principado, novelado, la historia, uno de cuyos protagonistas es el empreario Daniel Armengol Mora. El capítulo es el siguiente:

Por supuesto que el viaje de los narcos fue aprovechado para planificar la entrada de cocaína en España y Europa, así como el método de lavado de dinero que generaba dicho tráfico. El efectivo debía ser trasladado a lugares considerados paraísos fiscales, como Suiza, Gibraltar y sobre todo Andorra, donde ya habían situado a más de un agente que planificaría las operaciones desde dentro, como era el caso del narco almeriense Francisco Iribarne.

Se dieron instrucciones de que el dinero por la venta de droga a través de la organización de contrabandistas gallegos debía ser trasladada a Andorra oculta en electrodomésticos que una vez en el Principado serían depositados en los bancos locales a nombre de testaferros que, a su vez, ordenarían transferencias a otras entidades internacionales. También debería organizarse una red de colaboradores que se encargaran de pasar por la frontera, de forma legal, cantidades de dinero que serían ingresadas en cuentas de bancos españoles y que, posteriormente, deberían ser transferidos a otras entidades en Belice, Panamá, etc.

A los pocos meses del triunfo de Felipe González unos abogados adquieren para sus representados colombianos unas naves industriales en Escoriaza, Guipúzcoa. Bajo el nombre de Electronorte, S.A. empiezan a almacenarse decenas de lavadoras compradas a Orbegozo de forma legal.

Esa noche, una furgoneta blanca con el anagrama de Electronorte entra en el almacén. Se bajan ocho operarios que cuidadosamente proceden a desembalar las cajas que contienen diferentes modelos de lavadoras fabricadas en el País Vasco. Lo hacen despacio, sin romper los precintos. Una vez las lavadoras están libres en el suelo de la nave, las van desmontando hasta dejarlas en el esqueleto. El trabajo de desmontar los 20 aparatos les lleva toda la noche así que, sobre las ocho de la mañana, los operarios suben al furgón y se marchan.

Varios días después son dos furgonetas las que entran en el depósito sobre las doce de la noche de forma silenciosa. Ocho operarios empiezan a sacar paquetes de billetes de banco, envueltos en plástico, y los van adhiriendo con cinta adhesiva de doble cara al interior de las chapas de los electrodomésticos. A las ocho de la mañana con casi todas las lavadoras preparadas llega otra furgoneta con cuatro matones armados con pequeñas metralletas Uzi de 9mm. Saludan a los operarios y estos dejan el trabajo y se marchan. Los recién llegados colocan sus termos de café y bocadillos sobre una mesa y se disponen a pasar todo el día custodiando la mercancía mientras ven la televisión en un aparato portátil.

Por la noche, la operación se repite. Los operarios, casi todos colombianos y algunos vascos, apenas se dirigen la palabra. Trabajan como auténticos robots, en silencio. Las lavadoras son embaladas y adquieren su inicial aspecto. Se distribuyen en varios palés y se envuelven en plásticos. Se les añaden etiquetas que señalan el producto y la cantidad, modelo, y se adjunta un sobre transparente a cada palé con su factura proforma correspondiente.

A las ocho de la mañana llega un camión y se dispone a transportar la mercancía hasta su destino en Andorra ubicado en la avenida Santa Coloma.

El tráiler pasa legalmente los trámites de aduana en La Farga de Moles abonando los impuestos correspondientes al género. A los pocos minutos ya está viajando rumbo al almacén de una conocida empresa de importación-exportación andorrana.

Y la operación entonces es a la inversa. Los mismos operarios llegan de noche y desmontan las lavadoras. Los paquetes con los cientos de millones son guardados en una gran caja fuerte a la espera de instrucciones posteriores. Algunos de los paquetes no son precisamente de billetes. Unos veinte kilos de cocaína de gran pureza son guardados en otra caja fuerte. Las lavadoras son nuevamente armadas y puestas a la venta en el mercado, a un precio inferior al adquirido para deshacerse de ellas de forma inmediata. Como la temporada de nieve estaba próxima, la venta para instalarlas en los apartamentos de alquiler estaba garantizada.

Aleix Badía, reputado abogado andorrano, entra en el despacho de un director de la Banca Reig, del que es amigo y le informa de que sus clientes Moisés Miranda y Gilberto González, dos ciudadanos venezolanos —identidades falsas de los capos colombianos—, quieren disponer de cuentas bancarias donde depositar dinero en efectivo.

—¿De cuántas cifras serían esas cuentas? —pregunta el director—.

—Pues en pesetas 10 cifras. Digamos que cada uno ingresará unos ochocientos cincuenta millones de pesetas, inicialmente.

«Me parece perfecto. Imagino que no habrá inconveniente con mi comisión del uno por ciento. Mañana tengo que atender a Jordi Pujol, que viene en helicóptero a ingresar una importante cantidad de efectivo. Así que te reservo el miércoles para comer y celebrarlo».

El presidente de la Generalitat catalana, andaba muy mosqueado ya que acababa de leer la portada de la prensa de esa mañana. Nada menos que el delegado del gobierno de Felipe González en Sevilla, Tomás Azorín Muñoz, había contado a un grupo de periodistas sevillanos que «el PSOE iba a meter a Jordi Pujol en la cárcel» por el escándalo de Banca Catalana. Y como ya no se fiaba de nadie, decidió que debía trasladar otros cientos de millones que había distraído a las cuentas secretas que tenía en varias entidades bancarias andorranas.

Los propietarios de la Banca Reig, descendientes directos de los tabaqueros, le enviaban su helicóptero al Prat para que el trayecto fuera de minutos, en lugar de horas de carretera infernal. Tras la quiebra de Banca Catalana, Pujol siguió enviando gran parte del dinero que obtenía por las comisiones del 3 por ciento que exigía a los empresarios que querían hacer negocio en Cataluña.

En 1992 la afluencia de políticos y empresarios catalanes que llevaban sus bolsas de dinero a Andorra fue masiva. La celebración de las Olimpiadas en Barcelona proporcionó miles de millones en comisiones que preferentemente se escondieron en cuentas bancarias del Principado. Hasta el propio rey de España, Juan Carlos de Borbón, fue generosamente remunerado con mil millones de pesetas que Pujol le depositó en las entidades que indicó Manolo Prado, su asistente para las mordidas reales.

En el almuerzo celebrado en el ático del edificio de la Banca Reig, en la Avenida de Meritxell, en un lujoso comedor privado, a finales de mayo de 1998, el abogado Aleix le indica al director que sus clientes necesitan que se transfieran a varias cuentas de Estados Unidos, Panamá y Suiza gran parte del dinero depositado en su entidad.

—Si me dices quiénes son los destinatarios veremos cómo proceder.

—Te digo: A Ilejo, S.A., Ignacio Narváez, Maduro Electrónica S.A., Multicredit Bank, James Leaver, Francisco José Posada, en Estados Unidos, y en Panamá a Primer Banco de Ahorros, Agrícola el Palmar, Marlex, S.A. y Banco Continental. En Suiza a Pilar Internacional Corporación Ltd.

—Ya he tomado nota. La semana que viene nos reunimos y procederemos al plan, ya que son varios miles de millones los que hay que transferir y mejor tomamos precauciones. Ya sabes.

Inmediatamente, el director de la Banca entiende que se destinan a narcotraficantes, por lo que llama a su amiga Margarita Salvado Aguilar, que tras haber trabajado como periodista montó su propia oficina inmobiliaria y explotaba una eficiente red de testaferros dispuestos por una pequeña comisión a sacar dinero de Andorra y depositarlo en cuentas bancarias en La Seu d’Urgell, pagando el correspondiente impuesto en la aduana de La Farga de Moles, tras cumplimentar el famos B-1.

—Llama a tu contacto del BBVA en La Seu y planifica la distribución de mil millones de pesetas que habrá que sacar de Andorra en los próximos días.

—No es problema, contactaré con mi gente y ya me irás entregando los paquetes a transportar. Pedro Mar Siurana, del BBVA, ya ha realizado más operaciones y estará encantado de ganarse su comisión del siete por ciento.

En días sucesivos Margarita Salvado va entregando paquetes de varios millones a conocidos empresarios andorranos encantados de transportar a La Seu el dinero, por una pequeñísima comisión, y entregarlo al cajero del BBVA, al que le firmaban en blanco varias órdenes de transferencias internacionales.

El conocido empresario de la construcción de obra pública, muy conectado con el propio gobierno, Daniel Armengol Mora, transportó más de mil quinientos millones de pesetas que depositó en el BBVA de La Seu. Al tiempo, en Crèdit Andorrà, ingresaba casi trescientos millones de pesetas y ordenaba transferir 123.741 dólares USA (más de 18 millones de pesetas) a Gold América, S.A., vinculado con el traficante Víctor Ramón Suárez González, al que se le incautaron 300 kilos de cocaína, y a otras cuentas de narcotraficantes en Panamá, Islas Caimán, Chipre, Suiza y Florida, en Estados Unidos.

Otros testaferros captados por la red de Margarita Salvado fueron los empresarios Miquel Bons Sucarana, Dominique Mariano Bretenet, Marie Pierre Ouros y Manuel Ibáñez Ibáñez, que llevaban cantidades superiores a cien millones de pesetas en cada viaje a La Seu.

Tas un chivatazo, que alertaban del envío de miles de millones a narcos internacionales, la policía española decidió pinchar los teléfonos de la ex periodista, que aparte de lavar dinero del narcotráfico a través de Andorra, negociaba importantes entregas de cocaína. A comienzos del 2000 una redada ordenada por un juez de la Audiencia Nacional terminó con la red de blanqueo, la detención de Margarita Salvador y de algunos testaferros.

En el gobierno de Andorra saltaron las alarmas, dado que si se tiraba del hilo podía ser la debacle. Había que salvar a Daniel Armengol Mora, padre del que luego fue Conseller General, que había blanqueado para los narcotraficantes más de mil quinientos millones de pesetas de la época. Como era andorrano, cualquier petición de la justicia española debía seguir la correspondiente tramitación burocrática y el juez de la Audiencia Nacional, Melchor Gascón, tenía mucha prisa en cerrar el sumario y pasarle la pelota a la sala que debía juzgar un espinoso caso de blanqueo, y que podía salpicar a ciertas autoridades amigas, si se tiraba del hilo.

—Mira si me puedes poner con el juez Gascón —le indicó el presidente del gobierno andorrano a su secretaria.

A los pocos minutos, el superjuez estaba al otro extremo del teléfono.

«Me temo que tenemos un problema y me gustaría que me aconsejaras como solucionarlo», le dijo al juez.

—Ya imagino por dónde vas. Mi consejo es que, en la tramitación de información de Armengol, porque se trata de eso, como hay traducciones por medio a lo mejor se confunden letras y claro, no podéis dar cumplimiento a lo solicitado. Nosotros ya tenemos a Margarita y a un ex miembro de los servicios secretos franceses a los que cargarles el marrón. Esos se van a pasar en la cárcel un montón de años. Y así, con algunas condenas ejemplares, cubrimos el expediente. Ya me entiendes.

—No imaginas el peso que me quitas de encima...

—Pues ya sabes, me invitas a otra conferencia sobre lavado de dinero y estaré encantado de pasar unos días en el Principado.

—Cuenta con ello, y en tu cuenta del Crèdit Andorrà tendrás tus honorarios, como siempre.

—Cuento con ello.

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