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Malabaristas, redentores y asustaviejas
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Malabaristas, redentores y asustaviejas

Por Jorge Molina Sanz
jueves 09 de junio de 2022, 10:56h

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Ha empezado la campaña electoral en Andalucía, un momento para que partidos y políticos se desmelenen y se retraten.

Nuestro marino con el café todavía humeante comenta:

—No hay nada que no se haya visto en elecciones recientes, pero en éstas se dilucida, según los sondeos, si el PSOE recupera el gobierno andaluz, su granero de votos.

Con un Sánchez cuyo desgaste aumenta día a día, estos comicios pueden ser el pistoletazo de salida para un cambio de ciclo. Los malabarismos, la política «líquida» o «emocional» ya no surten efecto. La inflación se la está cargando de un plumazo.

Resulta desafiante que Pedro Sánchez, en un mitin reciente, afirme que los andaluces «necesitan un presidente como Juan Espadas, con un proyecto autonómico que devuelva a Andalucía al lugar que le corresponde en España». A esa afirmación se le responde reseñando que su partido ha gobernado casi cuarenta años en Andalucía y lo único conseguido fue una Educación deficiente, según los informes PISA; una Sanidad con el menor gasto per cápita, las mayores listas de espera y el menor índice de camas por habitante de España, según las estadísticas del Ministerio de Sanidad en 2018.

Sumemos los índices de paro, los déficits en infraestructuras, las zonas endémicas y la corrupción corrupción sistémica —el propio candidato tiene a su mujer imputada, sin sumar que fue presidente de EGMASA empresa que también fue imputada—.

Por ello, parece que los andaluces rechazan ese eslogan de: «la Andalucía que quieres».

El otro: «Derecha o derechos», al momento, el gracejo andaluz lo ha cambiado por «derecho o torcido». Otra ocurrencia de este PSOE ha sido: «lanzamos de nuevo la iniciativa de microcréditos, para financiar esta campaña electoral con la aportación de las y los militantes y todos aquéllos que deseen colaborar», añadiendo que «las cantidades que puedes aportar oscilan entre los 200 y los 10.000 €»; en minutos una nueva chanza, no exenta de crueldad: «ese problema se resuelve hablando con Juan Lanzas y que no ase más vacas». Esto, además, hará feliz a Felipe Sicilia, por lo de abandonar la corrupción.

Aquella maquinaria electoral que movilizaba a su electorado se ha disipado. En ello contribuye que la realidad andaluza ha cambiado. Ya no sirvan malabarismos, ni redentores que vengan a salvarles. Los mensajes del miedo en las zonas de votos cautivos, aquella vieja política de los «asustaviejas», no surte efecto. El centroderecha está gobernando y no ha llegado el apocalipsis.

Parece que la joven profesora se estaba mordiendo la lengua:

—A esto, habría que añadir el anuncio de que, si el PSOE gana las elecciones, volvería a subir el Impuesto de Sucesiones que tantos infortunios creó en familias andaluzas.

Si hacemos un repaso de otras formaciones, por ejemplo, tenemos a Juan Marín, de Ciudadanos, que ya ha hecho malabarismos en distintas pistas del circo político andaluz, aunque ha contribuido leal y eficazmente a la coalición de gobierno y en esta campaña parece que tiene una venda que no le permite ver su realidad. Ciudadanos fue una marca electoral que suscitó simpatía y esperanza, pero sus propias decisiones los han llevado a la irrelevancia. De ahí solo cabe la resistencia o la desaparición.

La izquierda, extrema y ultra, como les gusta calificar a sus antónimos, se presentan como una sopa de letras. Son como las amebas, se reproducen por partición binaria. Por eso, aunque Yolanda Diaz ha registrado la marca Sumar, mejor llamarles «Dividir», porque esa es su mejor característica. Amigos de soflamas redentoras, parece que quieren división y radicalidad, tanto a nivel de partido, como socialmente.

Con sorna y sonriendo interviene el marino:

—Dentro de los partidos que se presentan a las elecciones está Vox y su esperanza electoral Macarena Olona. No paran de decir que los resultados electorales siempre son mejores de lo que les daban los sondeos, pero en este caso parece interesante hacer un análisis de algunos temas y sensaciones.

Olona ha demostrado ser una excelente parlamentaria, correosa y con una formación jurídica excepcional, por lo que no se entiende que la hayan relegado a Andalucía. Sólo se puede entender como una estrategia interna para aparcarla. A pesar de la metedura de pata del PSOE con la alcaldesa de Salobreña, se está reflejando su escaso y estereotipado conocimiento de la realidad social y política andaluza.

El trazo grueso, las recetas fáciles para problemas complejos, un cierto redentorismo, con proclamas apocalípticas y algo de sobreactuación, puede que acaben afectando a sus resultados electorales. Vox no debería olvidar que todavía es una marca electoral, no un partido y en los últimos tiempos hemos visto el ascenso meteórico de algunas marcas y su posterior descenso.

—Has hecho un análisis audaz de Vox —comenta nuestra amiga—, pero no hemos hablado del PP. Las trazas de Juanma Moreno, con una apariencia pastueña en sus primeros pasos, demostró que era la fórmula para relevar a un régimen que había gobernado durante casi cuatro décadas. Las medidas que han tomado, con la distorsión que ha supuesto el Covid, les permite presentarse a estas elecciones, según todos los sondeos, como caballo ganador.

No obstante, el Partido Popular debería recordar que, a partir de ahora, si revalida el poder, las exigencias van a ser mayores porque la timidez en la toma de decisiones ha sido un hecho. También, en algún momento, en ese intento de ser equidistante, deberá pronunciarse y dejarse de malabarismos porque encima de su mesa hay temas estratégicos, en los que está en juego el crecimiento andaluz.

Con ironía remata el marino:

—Las elecciones, aunque sean autonómicas, nos obligan a pensar demasiado, tanto que nos puede inundar la melancolía. Aunque es temprano, vamos a ir preparando un buen aperitivo. ¡Con pan, las penas son menos!

Risas y se ponen manos a la obra.

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