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Lecciones Talibán (3)
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Lecciones Talibán (3)

Por Carlos González
domingo 03 de octubre de 2021, 08:00h

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Ahora debemos analizar la segunda parte más importante de todo Grupo Social Organizado (GSO), Las Élites. Estas son el verdadero corazón de todo grupo, y siempre constituyen su esencia e imagen, tanto interna como externa. Si analizamos las élites de cualquier GSO tendremos el 90% de conocimiento sobre el mismo.

En esto no soy nuevo, los artículos que sobre Afganistán estoy leyendo, todos coinciden, sin fisura alguna, en lo mismo: Nadie entiende cómo no se vio por el ingenuo Occidente, ¿O se ocultó a la opinión pública?, que las élites Afganas eran como eran, y que jamás se comportarían como se esperaba prudencialmente de ellas.

Las élites afganas son tan antiguas como todo Occidente. Ya contra Alejando Magno hacia el 330 A.C. combatieron a favor de Ciro el grande y los persas. Eran un grupo de tribus aisladas en valles inaccesibles e incomunicados casi todo el año, jugaron la baza de apoyarse en unos y atacar a los otros. En aquél caso contra el invasor Heleno. Pero triunfador Alejandro, pactaron con él y se casó con una de sus hijas, Roxana. Al poco tiempo, a su muerte, ya jugaron la baza contra la India, luego se opusieron al Islam, se apoyaron en Chinos y Rusos, luego entre un imperio y otro. En la edad moderna se apoyaron en los Rusos contra los Británicos, en estos y otros contra los Persas, en los occidentales contra los Soviéticos, ahora en chinos y Rusos contra Occidente… En fin.

Las élites Afganas solo creen en ellas mismas, en sus conceptos tribales, en sacar dinero y vivir de las disputas ajenas. Aislados en sus valles, cerrados en su propia etnia. Seguidores de costumbres no solo ancestrales, sino sin creencia global alguna porque la tendrían que cambiar cada dos o tres generaciones. Para eso, mejor lo que han aprendido a hacer ellos, no creer en ninguna.

Tal como ha quedado demostrado, su única vinculación es su propia gente. A la que dominan sin piedad alguna, solo con un concepto que desapareció en la batalla de Culloden en 1.746, en las Highlands,… La Fuerza. La ley del más fuerte. Como los Clanes Escoceses. Hoy, las élites Afganas, no son más que los líderes de los Clanes en 1.745. Solo creen en su clan y en su gente a la que dominan brutalmente. Constantemente luchando entre Clanes –tratando de robarse y exterminarse- y si aparece un extranjero, a divertirse matándolo. Podría trasplantarse el cerebro de unos a otros –viejos escoceses y actuales afganos- y no se notaría lo más mínimo.

No hay en esas élites valor alguno por lo que no sea la fuerza. No les importan las Matemáticas, la Física, la ingeniería. Menos aún cualquier ciencia social. ¿Qué es eso, “Ciencia Social”?. Para las élites Afganas un tal Hegel (1770/1.831), y su “Teoría del estado”, aún no ha nacido. No tienen el más mínimo interés en construir un estado con sus escuelas, universidades, hospitales, autovías, aeropuertos. Solo les interesa el dinero que tengan y la comida que, cual Pachás autoritarios y Paternalistas, ofrecen a su familia. Y, por supuesto, con sometimiento absoluto de los que no disponen de esa fuerza, las Mujeres y los Niños.

Ya sabemos los mediadores profesionales que lo que mueve consciente o inconscientemente a cada ser humano, y por ello a cada parte en un conflicto, son sus intereses. Se nos forma muy bien para que escudriñemos y sepamos con exactitud, cuáles son los intereses de cada parte. En este caso concreto los intereses de las Élites Afganas son muy fáciles de ver: Dominar su pequeño terruño. No permitir la liberación de sus sometidos. Poder absoluto –incluso disponiendo de su vida sin que sea delito- de las mujeres, que pasan a ser una propiedad. No permitir desarrollo intelectual, industrial, empresarial, de carreteras, escuelas u hospitales en ningún caso, porque ellos ya viven bien y cualquier mundo nuevo les privará de esos privilegios. Si se desarrolla un estado, tal como sucedió en el S.XV primero en España y luego en Europa, los señores feudales ya no disponen de poder absoluto sobre sus Siervos de la Gleba, y no quieren ningún Rey (Fernando el Católico) que cree la Santa Hermandad con poder nacional, ni que haya un ejército profesional Nacional. Ni que haya universidades u Hospitales porque de esa manera su forma de vida y poder, siguiendo la de sus padres y abuelos, ya no la pueden mantener.

Hay una lucha constante en cualquier sociedad entre la Neofilia y la Neofobia. El amor al futuro y el miedo al mismo. Las élites Afganas no quieren futuro alguno, ellos ya lo dominan todo, y son listos y saben que si hay futuro ellos solo pueden… Perder.

Hoy, en Afganistán, el mayor problema son las Élites Afganas. Se vendieron y se venderán al mejor postor solo para una cosa… Que nada cambie y ellos sigan mandando.

La creación de un estado moderno solo se puede realizar, como Inglaterra en Escocia, por la fuerza bruta durante doscientos años, o que ellos mismos se cuezan en su salsa –como hicimos los Europeos, especialmente los Españoles, incluso con guerra civil, y doscientos años de historia- y que por el desarrollo social interno derriben sus viejas creencias y costumbres, claro que a trompicones y con muchísima sangre –como todos los Europeos y Norteamericanos (Con guerra civil y todo 1.861/65)- y así vayan cambiando hasta construir unas necesidades nacionales que les lleve a necesitar carreteras, escuelas, hospitales y aeropuertos…

Hoy, a las Élites Afganas, todos estas cosas anteriores… Les estorban

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