Tras los atentados del 11-S, Estados Unidos invocó el artículo 5 del Tratado la OTAN, que suponía la respuesta de todos los miembros de la alianza atlántica ante el ataque contra uno de ellos. Esta decisión se tradujo en la operación ‘Libertad Duradera’, que tenía como objetivo derrocar al régimen talibán en Afganistán y terminar con las bases de los terroristas de Al Qaeda en el territorio.
Nuestro país participó en dicha operación a través de misiones de apoyo médico, aviones de transporte, buques y helicópteros. Estas dos misiones fueron la ISAF y la RSM, con las que se lograron asistir, asesorar y ayudar a las Fuerzas Nacionales de Defensa y Seguridad afganas.
España puso fin el pasado mes de mayo a casi dos décadas de presencia en Afganistán con una participación de 27.100 militares, un coste de 3.500 millones de euros y un balance de 102 personas muertas, entre las que se encuentran militares, guardias civiles, policías e intérpretes. Durante todos estos años, nuestro país también ha destinado 500 millones en programas de cooperación para reconstruir Afganistán, llevar agua y luz a los hogares y construir hospitales.
Pese a que el conflicto ha sido desfavorable para los intereses españoles y de nuestros aliados, “no podemos dejar de rememorar la participación de los militares españoles en esta campaña”, señalan los diputados firmantes de la iniciativa.
Por todo ello, el Grupo Parlamentario VOX ha solicitado al Gobierno que aplique el Real Decreto 336/2018 -en el que se recoge la creación de una medalla de campaña, de carácter nacional, que se dará para operaciones militares y campañas, en coaliciones multinacionales- y se conceda a nuestras Fuerzas Armadas, así como a las FCSE y cualquier otra persona civil que haya participado en las operaciones realizadas por España, en el marco de la guerra de Afganistán.