VOX ha definido los planes del gobierno como "liberticidas"

Buxadé ha comenzado su intervención afirmando que VOX no puede apoyar la reforma de la ley educativa (conocida como ley Celáa) porque «agrava las políticas ideológicas de utilizar el sistema educativo para atacar a colectivos» y también por el ataque que supondría a las personas que hacen uso de la educación especial, de la concertada y, fundamentalmente, a aquellos padres que hacen uso de lo que el político definió como «zonificación» o libertad de elección de centro en función de la zona.

El vicepresidente de VOX ha definido los planes del gobierno como «liberticidas» y ha recordado que su partido es el principal defensor de «la unidad nacional, la familia y la libertad». Además ha avanzado que, desde la formación, estudiarán jurídicamente el texto que se presente de cara a posteriores acciones judiciales.

Otro de los temas sobre los que Jorge Buxadé se ha pronunciado ha sido sobre los presupuestos generales del Estado (PGE). El político catalán ha afirmado que «tal y como están redactados, estos presupuestos consolidan la ruina económica y social» de nuestro país y los definió como «un desastre político».

En ese sentido, el jefe de la delegación de VOX en el Parlamento Europeo, ha definido la acción del gobierno de España como una cesión ante «partidos que representan apenas 2 millones y medio escasos de españoles frente a las opciones de defender a la totalidad de los españoles».

Finalmente, y en su condición de diputado europeo y de miembro del ECR, Buxadé fue preguntado sobre los fondos y la actitud de la Unión Europea respecto a España y afirmó que «las cantidades ingentes de dinero que pretenden movilizar tanto el Banco Central Europeo como la Comisión, son cantidades que no van a llegar a los bolsillos de todos los europeos» y se mostró crítico con que la Unión Europea condicione dichas ayudas a la aplicación de programas estrictamente relacionados con una agenda política que trata de imponer una visión del ecologismo y de un fenómeno desconocido como la «transición digital» y se mostró preocupado respecto al conjunto de pequeñas y medianas empresas españolas cuyo desempeño se podría ver, cada vez más, dificultado por motivos ideológicos.