Primero ha de realizar un breve análisis histórico, como acerca de cualquier otra institución pública, para entender nuestro lenguaje y ver su encaje dentro de los conocimientos objetivos sobre los grupos Sociales organizados y su forma de funcionar, y con ello entender lo que está pasando, porqué la gente piensa lo que piensa, y cómo debería entenderse para el futuro.
Iniciado dicho análisis desde el principio, comprueba que en la biología, por ejemplo los herbívoros, los grupos obtienen del exterior su alimento más o menos por igual. En los homínidos, cuando comienzan los grupos de recolectores y cazadores lo que se obtienen es para el grupo, o se divide según familias, lo vimos en la película, Un hombre llamado caballo, o en, Bailando con lobos. Lo obtenido en la caza en para repartir, en todo caso puede que el más débil coma las sobras o lo peor del animal, pero nunca dejarían morir de hambre a uno de sus miembros, sea niño o mujer.
En las épocas de esclavitud la persona era comprada y vendida, y, aunque solo fuese por el precio pagado o por el rendimiento que se esperaba de ella, las mismas eran alimentadas lo mínimo y curadas por los médicos de turno, como cuidamos con el veterinario a los animales por el valor que tienen. Véase hace doscientos años en el propio EEUU.
Ahora, en la sociedad desarrollada actual, que curioso, proclamando a diestro y siniestro todos los derechos, una persona puede verse en una cuneta y morirse allí de hambre, porque legalmente no le mira nadie. Excepto las asociaciones caritativas que por bondad quieran hacerlo. Se habla del pleno empleo –aunque se sabe que nunca se va a alcanzar- pero lo cierto es que en épocas de escasez varias familias pueden perecer sencillamente… De hambre.
En las sociedades que se han querido instaurar de índole Comunista se resolvía ese problema inicial, pero se fracasó estrepitosamente en varios otros, uno de ellos es que no se le quería llamar así pero de hecho los ciudadanos medios eran para el estado, y las élites que lo dirigían, unos simples esclavos. Porque no podían disponer en absoluto de autonomía de voluntad alguna para intentar organizar sus vidas. Todo su desarrollo vital se realizaba… Obedeciendo órdenes.
El dilema que se ha planteado hasta la actualidad es –como siempre en la teoría general de los conflictos- una contraposición de fuerzas que aún no se ha sabido resolver. Por un lado está el deseo y a veces la “Justicia” de querer alimentar a todos los ciudadanos, por otro lado, como el hambre es la que suele mover casi todo, si ya se resolvía esta lo que aparecía –y suele aparecer- es un panda de vagos que ya no les importa un pimiento su sociedad ni los devenires del grupo. Se tumban a la bartola y ahí se las den todas.
Ya en la propia Iglesia católica se tuvo que realizar la reforma de “Ora et labora”. El tema de la obligación de trabajar fue un problema que se encontró la sociedad Soviética a partir de 1.920, que tenía que presionar a la gente para que se esforzase y no quedó más remedio que implantar fuertes y dolorosos castigos, y el “Gulag”.
En estos momentos concretos las dos posiciones políticas que se confrontan se adhieren a una de estas dos fuerzas. Unos dicen no queremos “Vagos y Oportunistas ”, y otros dicen no queremos “Pobreza y Miseria”. Los seguidores y votantes, casi siempre sin mayores razonamientos, simplemente se adhieren a uno de estos dos bandos.
Es por ello que los lenguajes que escuchamos están rebozados de estos argumentos, unos y otros usan los conceptos que les cuadran para defender su voluntad y que triunfen sus tesis políticas, que no es otra que, unos que se implante, otros que… Bajo ningún concepto.
Sobre el autor
Carlos González-Teijón es escritor, sus libros publicados son Luz de Vela, El club del conocimiento, La Guerra de los Dioses, El Sistema, y de reciente aparición Psicología de virtudes y pecados, de editorial, Letras de autor.