Temor a la consolidación de la ocupación israelí en Gaza
Una nueva realidad peligrosa se está consolidando en Gaza, amenazando con borrar permanentemente la geografía del territorio y someter a su población bajo un régimen militar israelí indefinido. A medida que el plan de cese al fuego impulsado por la administración Trump enfrenta obstáculos, funcionarios europeos y potencias regionales advierten que una línea defensiva israelí temporal podría convertirse en una frontera internacional de facto, dividiendo la franja y llevando a la ocupación prolongada de aproximadamente el 53 por ciento de las tierras palestinas.
Esta denominada “línea amarilla”, marcada por grandes bloques de cemento amarillo, actualmente separa Gaza ocupada por Israel del resto controlado por Hamas. Según el acuerdo inicial de cese al fuego, esta línea debía ser temporal. Sin embargo, con elementos clave del plan de paz estancados, seis funcionarios europeos con conocimiento directo de los esfuerzos informaron a Reuters que esta línea corre el riesgo de convertirse en una frontera indefinida, perpetuando una separación que podría durar años.
La administración Trump está promoviendo un controvertido plan de reconstrucción que solo aplicaría al lado ocupado por Israel. El medio The Atlantic informó que Estados Unidos considera construir “Comunidades Seguras Alternativas”, alojamientos temporales para miles de palestinos que han sido “evaluados” y aprobados por inteligencia israelí. Esta propuesta subraya un cambio hacia una modificación demográfica permanente en lugar de medidas temporales de seguridad.
Rechazo palestino y control de milicias
Los países árabes han manifestado su preocupación ante este plan, mostrando un profundo escepticismo sobre la posibilidad de que los palestinos acepten vivir bajo el control del poder al que culpan por su sufrimiento. Un diplomático árabe declaró a The Times of Israel: “Los palestinos pueden no querer vivir bajo el dominio de Hamas, pero la idea de que estén dispuestos a mudarse para vivir bajo ocupación israelí y ser controlados por el partido que también consideran responsable de la muerte de 70,000 de sus compatriotas es fantasiosa”.
El desafío demográfico es significativo. Menos del dos por ciento de la población de Gaza reside actualmente en el lado ocupado por Israel. El plan requeriría una migración forzada masiva hacia una zona controlada por el mismo ejército que destruyó sus hogares originales. Esto ha llevado a acusaciones sobre un objetivo real que no es la reconstrucción, sino una fragmentación deliberada de la sociedad palestina.
Además, Israel respalda al menos cuatro milicias anti-Hamas dentro de la zona ocupada. Una de estas agrupaciones está liderada por Yasser Abu Shabab, quien admitió en 2024 que su grupo estaba saqueando camiones con ayuda humanitaria y cuyos miembros tienen vínculos con ISIS. Se ha informado que Estados Unidos ha estado en contacto con estos grupos sobre “hacer cumplir el orden”, lo cual plantea preocupaciones sobre el estado del derecho en un futuro Gaza dividido.
Punto muerto sobre desarme y gobernanza
El núcleo del estancamiento radica en el desarme de Hamas y la gobernanza en Gaza. Hamas ha descartado desarmarse sin antes establecer un estado palestino, una perspectiva que el gobierno israelí rechaza repetidamente. Mientras tanto, los estados europeos y árabes desean que la Autoridad Palestina respaldada por Occidente regrese a Gaza, pero Israel se opone a cualquier participación de dicha autoridad.
Este punto muerto ha dejado efectivamente estancado el plan estadounidense. Un portavoz del Departamento de Estado reconoció “un progreso tremendo”, pero admitió que aún queda mucho trabajo por hacer. Sin un impulso significativo por parte de Estados Unidos para romper este impasse, la realidad actual parece estar destinada a convertirse en permanente. Michael Wahid Hanna del International Crisis Group advirtió que las propuestas estadounidenses sugieren que esta realidad fragmentada corre el riesgo de quedar “atrapada en algo mucho más duradero”.
El costo humano de esta división es incalculable. Salah Abu Amr, residente de Gaza City, expresó los temores compartidos por muchos al cuestionar los criterios para determinar quién podría ingresar a la zona israelí: “¿Todos vamos a poder mudarnos a esa área? ¿O Israel tendrá veto sobre algunos?” preguntó. “¿También van a dividir las familias entre buenas personas y malas personas?”
Lo que se pretendía como una medida temporal de seguridad se está transformando silenciosamente en una potencial frontera permanente, fragmentando una tierra y su gente. Este movimiento no solo abandona el objetivo de un territorio palestino unificado sino que establece un precedente inquietante sobre cómo puede evolucionar silenciosamente una ocupación militar hacia una anexión, todo bajo el disfraz de un proceso fallido de paz y con la aprobación tácita de una superpotencia.
Fuentes para este artículo incluyen:
News.Antiwar.com
MiddleEastEye.net
Reuters.com