Megan Willis, profesora de la Universidad Católica Australiana, ha abordado en un artículo publicado en The Conversation cómo los estilos de apego inseguro experimentados durante la infancia pueden influir en el desarrollo de un narcisismo vulnerable en la adultez.
El narcisismo, en su forma más severa, se clasifica como un trastorno mental conocido como trastorno narcisista de la personalidad. Sin embargo, este término también describe una serie de rasgos de personalidad que pueden manifestarse en diferentes grados en los individuos. Willis identifica dos tipos principales de narcisismo: el grandioso y el vulnerable.
Características del narcisismo
El narcisismo grandioso se caracteriza por comportamientos de superioridad y agresión. En contraste, el narcisismo vulnerable se manifiesta a través de la introversión, una notable sensibilidad a las críticas y una actitud defensiva que intenta ocultar una autoestima frágil.
Particularmente, el narcisismo vulnerable está vinculado a conductas perjudiciales en las relaciones interpersonales. Aquellos con altos niveles de este rasgo son propensos a emplear tácticas de manipulación emocional como el ‘bombardeo amoroso’ y el ‘ghosting’. Además, suelen experimentar menor satisfacción en sus relaciones y tienden a mostrar mayor tolerancia hacia la infidelidad, así como a cometer actos violentos contra sus parejas.
Impacto de la infancia en el desarrollo personal
Según la teoría del apego, las experiencias tempranas con los cuidadores principales establecen las bases para nuestras creencias sobre nosotros mismos y sobre los demás. Esto influye directamente en cómo vivimos y gestionamos nuestras relaciones en la adultez.
Las personas que han sufrido vínculos parentales inconsistentes, negligentes o impredecibles pueden desarrollar estilos de apego inseguros. Se reconocen tres tipos de apego inseguro: preocupado, desdeñoso y temeroso. Un metaanálisis realizado por Willis asoció el narcisismo vulnerable con estos estilos inseguros, especialmente con los tipos preocupado y temeroso, mostrando vínculos moderados.
Los individuos con un estilo de apego preocupado suelen sentirse indignos de afecto y buscan validación constante debido a un temor persistente al rechazo o al abandono. Por su parte, aquellos con apego temeroso desean conexiones íntimas pero también las temen, lo que resulta en relaciones marcadas por la inseguridad.
A pesar de que estos hallazgos sugieren que el apego inseguro puede ser un factor predisponente al narcisismo vulnerable, Willis subraya que no todas las personas que han carecido de vínculos seguros durante su infancia desarrollan altos niveles de este rasgo psicológico.
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