Crisis de hambre en Gaza: 29 muertos en dos días por el bloqueo israelí

La situación en Gaza se ha tornado crítica, ya que al menos 29 niños y ancianos han fallecido por malnutrición en un lapso de dos días, en medio del asedio impuesto por Israel. Los casos de malnutrición han aumentado drásticamente, alcanzando cifras de 200 diarios, lo que representa un incremento notable respecto a los 50 reportados anteriormente. Esta crisis afecta especialmente a los más vulnerables, con un alarmante 34.3% de los niños menores de dos años sufriendo sus consecuencias.

Las autoridades palestinas han denunciado que Israel está bloqueando la ayuda humanitaria, permitiendo la entrada de tan solo 90 camiones cuando se estima que son necesarios entre 500 y 600 para satisfacer las necesidades básicas de la población. Esta escasez ha llevado a actos desesperados de saqueo entre los ciudadanos, quienes luchan por sobrevivir en condiciones extremas.

Una política de hambre sistemática

El Gobierno de Gaza ha calificado la estrategia israelí como una "política de hambre sistemática", acusándolo de obstruir el acceso a alimentos, medicinas y combustible durante más de 80 días. Este comportamiento es considerado por muchos como un crimen que podría constituir genocidio. La situación se agrava aún más con el colapso del sistema sanitario, donde se han reportado muertes de pacientes renales y un alto número de abortos espontáneos debido a la falta de atención médica adecuada.

Los datos proporcionados por el Ministerio de Salud de Gaza son alarmantes: el 34.3% de los niños menores de dos años padece malnutrición y el 72.8% sufre anemia. Las tasas de retraso en el crecimiento y bajo peso rondan el 31%, lo que indica una crisis nutricional sin precedentes.

Ayuda insuficiente y saqueos desesperados

A pesar del clamor internacional por una respuesta humanitaria efectiva, Israel ha permitido únicamente la entrada de unos pocos camiones con ayuda, muy lejos del número necesario para aliviar la situación. Esto ha generado un ambiente propicio para el saqueo, donde grupos desesperados intentan acceder a los escasos recursos disponibles. La Sociedad Palestina de la Media Luna Roja ha advertido que las restricciones impuestas por Israel son "una invitación al caos", mientras que las Naciones Unidas reconocen que varios camiones destinados a asistencia alimentaria han sido robados.

Las voces desde Gaza reflejan un profundo desamparo. Umm Ammar Jundiyea, una mujer desplazada, expresó su desesperanza: "El mundo no le importa si todos morimos". En este contexto crítico, más de un millón de personas enfrenta lo que la ONU describe como "hambre catastrófica", mientras los precios básicos se disparan fuera del alcance económico para la mayoría.

A pesar del ocasional reproche verbal hacia Israel por parte del gobierno estadounidense, este continúa financiando su maquinaria bélica. Figuras políticas como el senador Bernie Sanders han señalado que Estados Unidos está contribuyendo a esta devastadora crisis humanitaria. Incluso voces dentro del propio Israel han comenzado a cuestionar estas acciones bélicas contra civiles inocentes.

Con cada vez más muertes relacionadas con la hambruna, Sudáfrica ha presentado un caso ante la Corte Internacional de Justicia contra Israel por genocidio, mientras que la Corte Penal Internacional ya ha emitido órdenes de arresto contra altos funcionarios israelíes por crímenes relacionados con esta crisis humanitaria.

Los rostros más afectados son los niños, como Suwar Ashur, cuya imagen ha circulado ampliamente en redes sociales junto con un llamado urgente a líderes mundiales para evitar que miles más sufran las consecuencias del hambre extrema. Sin embargo, el bloqueo continúa vigente y las acciones internacionales parecen ser insuficientes frente al sufrimiento generalizado en Gaza.

A medida que aumentan las cifras trágicas —con más de 53 mil palestinos muertos y decenas de miles heridos— surge una pregunta apremiante: ¿cuándo actuará realmente el mundo? Por ahora, solo hay silencio y el eco desgarrador de estómagos vacíos en una región donde la comida se ha convertido en una herramienta bélica.

La noticia en cifras