Los últimos movimientos en Ciudadanos merecen algún comentario.
El café de nuestro viejo marino, esta mañana, debía estar hirviendo porque sin tomar un sorbo empezó con su retahíla.
—No me sorprende lo que dice Valls, resulta patético su ataque a Ciudadanos, aunque era previsible. Un político socialista desgastado. Alcanzó sus máximas cotas de poder como primer ministro francés en el nefasto quinquenio de Hollande del que salió quemado. Perdió las primarias contra Benoît Hamon, y se negó a secundar su candidatura por lo que fue acusado de «traición». Intentó escalar con Macron y quedó relegado a un segundo nivel. Se echa una novia barcelonesa, y llega Ciudadanos, tan cándidos, tan epatados con la grandeur y y lo colocan como fichaje estrella para las municipales. ¡Que torpeza! ¿Quién le vendió ese burro cojo a Rivera?
Intervino nuestra joven profesora:
—Este asunto no ha sido un hecho aislado, se han cometido otros errores de bulto y parece que, las aguas no bajan mansas en Ciudadanos. Garicano se alía con Valls, de fondo está la presión del Ibex35, y se suma Tony Roldán y dimite y renunciando a sus puestos.
—La realidad siempre es poliédrica—comentó nuestro marino—. Ahí debe haber varias causas, unas confesables y otras que se escapan a nuestra información, pero podemos sacar conclusiones para esbozar algunas ideas. Una de ellas es que la presión del Ibex35 no tenía que haber hecho mella en nuestros divinos profesores, pero podían haber defendido que, si bien es bueno dar la gobernabilidad a Sánchez, también lo es que el PSOE lo pida y con una oferta encima de la mesa. Es más, hacer un pacto como el de la Moncloa en el que Sánchez manifieste de forma pública e inequívoca, que se van a afrontar los grandes retos que tenemos: pensiones, deuda pública, contención del gasto y del déficit o converger entre autonomías para que todos seamos más iguales y tengamos los mismos derechos y deberes. Todo lo demás suena a cuento chino y política de salón.
Nuestra amiga medió:
—Es verdad, y la dimisión de Roldán, cuando el PSOE ya ha pactado con Bildu en Navarra, es extemporánea porque ellos han sobrepasado la líneas roja. ¿Cómo vas a dar el gobierno a una persona que se alía con esa fauna? Esa rabieta de los colorines para explicar su dimisión ha sonado a poco creíble y algo infantil.
Le relevó nuestro marino:
—Aunque en Ciudadanos está ocurriendo algo, porque el descontento y las disensiones vienen por muchos frentes, y la respuesta del amado líder nunca puede ser: que monten un partido. Un liberal, aunque no le guste, debe admitir disensiones, reconducirlas y pensar que, en la mayoría de los casos, sirven para la pluralidad y ayudar a crecer el partido. Esta actitud ha sonado más a «jefe» o dueño de franquicia, que a un líder político. Además, no se hace un partido rodeado de una cohorte que acatan con sumisión tus decisiones. Máxime cuando, en este caso, no han demostrado, en estos cinco últimos años, la capacidad de crear una estructura, no solo organizativa, sino también operativa, para convertirse en un verdadero partido, más bien parece una suma de franquiciados, siempre dependiendo del master franquicia.
Aunque vendan como un éxito sus resultados recientes; cuando en unas municipales no se cubre más del 60-70 % de los ayuntamientos, el éxito es limitado. No estamos ante un partido nacional, por mucho que se diga lo contrario. Pueden tener presencia en cada provincia, pero carecen de penetración, estructura e infraestructura sólida que les garanticen la permanencia. Son una «marca electoral», tal como le ocurre a VOX, pero no son un partido.
Con esta forma de gestionar, a que se te cuelen indeseables, a que se utilice la «marca» como una franquicia por algunos hay un paso. Que revisen Rivera, Villegas, Hervías y otros responsables esa circunstancia, ahí seguro que tienen datos que expliquen el malestar interno y las disfunciones que se están viendo.
Además, después de las elecciones autonómicas y municipales, Ciudadanos está inhabilitado para volver a hablar de corrupción, porque en el momento que han dado el pistoletazo de salida para entrar en el gobierno de las instituciones, además de las contradicciones y decisiones inexplicables, han dado el mismo ejemplo que los de la vieja y perversa política. Ha aparecido la codicia, el tacticismo, el chalaneo y hasta han pactado con personas reprobables. Esto, no nos engañemos, también corrompe y de ahí a lo otro solo hay que dejar que transcurra la legislatura, solo hay que ver como se han subido el sueldo en Las Palmas de Gran Canaria. Son unos más de la vieja política.
—No sirve el argumento —añadió nuestro marino—, tan repetido desde Ciudadanos, que han crecido en cada una de las elecciones. Eso dura hasta que se acaba, además la dinámica electoral es endiablada. Al PSOE ya le pronosticaban su defunción, y ahora está en la presidencia del gobierno. El PP puede que después de su proceso de regeneración vuelva a recuperar posiciones. PP y PSOE tienen estructura, infraestructura, penetración y militancia, son realmente partidos. No se puede vender la piel del oso antes de cazarlo. Ciudadanos hará bien construyendo su propio partido.
La joven profesora apostilló:
—Además, las primarias no son la panacea. La realidad ha demostrado que pueden ser un mecanismo endiablado que deja por el camino muchos heridos entre hermanos y malestar interno. Y si se recurre al pucherazo como en Castilla-León —encima para intentar meter a una persona desgastada en su anterior partido— se pierde credibilidad y se quiebra la confianza. Estos, con lo de captar talento, han hecho de coche escoba. ¡Vaya con los de la limpieza democrática y la regeneración!
Nuestro marino, sarcástico, comentó:
—¡Y si das un pucherazo, al menos, que no te pillen!
Nos reímos, pero pensamos que todo esto suena a viejo.
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