Alexander Martínez Gómez, un estadounidense de solo 16 años de edad que vivía en Oaxaca, falleció por los presuntos disparos que sin justificación realizó un agente la noche del martes en Acatlán de Pérez Figueroa, una comunidad en el norte del estado.
Tal y como han denunciado los familiares de la víctima, aseguran que el menor y dos amigos salieron a "comprar un refresco a una gasolinería cercana para cenar pizza", cuando fueron tiroteados por los policías, quienes habrían pensado que Alexander estaba armado.
La Fiscalía ha anunciado que "llevará a cabo una exhaustiva investigación para aclarar este hecho y fincar las responsabilidades que correspondan", indicó la institución en su cuenta de Twitter.
Por su parte, el ayuntamiento de Acatlán de Pérez Figueroa se pronunció sobre la muerte de Alexander en Facebook, apuntando a que no fue "un hecho de mala fe". "Con profunda tristeza lamentamos los hechos ocurridos la noche de ayer (martes) ya que en todo momento la misión de la corporación (policía) es preservar la paz y tranquilidad y el estado de derecho de la comunidad. No siendo este un hecho de mala fe y pensando en dañar la comunidad", señaló la alcaldía en un breve comunicado.
"Se ha puesto a disposición ante la Fiscalía general del estado, mediante un informe policial homologado, al elemento, para que sea investigado y se agoten las diligencias necesarias para el esclarecimiento de este lamentable hecho", indicó.
"¡Me han destruido!"
La madre de Alexander ha relatado lo ocurrido en las redes sociales: "Una patrulla se le fue encima pensando que él iba con un arma, que no m***, mi hijo no usa arma (…) No querían ni levantarlo para darle los primeros auxilios. Nada, nada, nada".
"¡Me lo mataron!"
"Mi hijo tenía un sueño. Esos hijos de su p*** madre se lo han truncado (…) Ya me quitaron mi sangre, mi bebé", lamenta rota de dolor en las imágenes. "¡Miren lo que me han hecho! ¡Me han destruido!".