Los medios de comunicación iraníes han desestimado las afirmaciones del presidente Donald Trump sobre la supuesta destrucción total de las instalaciones nucleares de Irán, asegurando que el daño causado por los ataques aéreos estadounidenses fue mínimo y fácilmente reparable.
Las autoridades iraníes han negado cualquier daño significativo en sus sitios nucleares. Funcionarios y medios estatales han sostenido que los bombardeos estadounidenses solo causaron daños superficiales en instalaciones como Fordow y Natanz, sin fugas radiactivas ni retrocesos importantes. Acusaron a Trump de exagerar el impacto de los ataques.
Retaliación medida y tensiones crecientes
En respuesta a los bombardeos, Irán llevó a cabo un ataque con misiles contra una base estadounidense en Qatar, pero se aseguró de dar advertencias previas para evitar bajas. Este ataque fue calificado por Trump como «débil», mientras que Teherán advirtió sobre posibles represalias si se ve provocada nuevamente.
Por su parte, Israel ha intensificado sus acciones al atacar no solo sitios militares, sino también la prisión de Evin, donde se encuentran prisioneros políticos. El objetivo parece ser debilitar el régimen iraní en medio de la incertidumbre sobre su liderazgo.
Tensiones en aumento y un conflicto inminente
A pesar de que ambas partes evitan una guerra a gran escala por el momento, las tensiones son palpables. Irán enfrenta una presión económica considerable, mientras que Estados Unidos e Israel continúan sus acciones militares, lo que podría llevar a un enfrentamiento prolongado. Los ataques estadounidenses no lograron paralizar el programa nuclear iraní como se había afirmado inicialmente, y la respuesta cautelosa de Irán sugiere que ninguna de las partes desea una guerra total.
El ministro de Salud iraní ha reafirmado que no hay riesgo de contaminación radiactiva tras los bombardeos, reforzando así la narrativa oficial de que los ataques fueron ineficaces. La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) confirmó que no hubo aumento en los niveles de radiación, lo que socava aún más las afirmaciones realizadas por Trump.
Operación Midnight Hammer: ¿Una demostración sin efecto?
La operación militar estadounidense conocida como Operación Midnight Hammer involucró 125 aeronaves y bombas penetrantes diseñadas para destruir bunkers. Sin embargo, si se consideran verídicas las informaciones provenientes de Irán, esta operación no logró su objetivo principal: incapacitar el programa nuclear del país persa. En cambio, podría haber fortalecido la determinación de Teherán.
El Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC) condenó los ataques como ilegales y prometió represalias severas. A medida que avanza la situación, ambos lados parecen estar probando límites sin caer en un conflicto bélico abierto.
Perspectivas inciertas ante un conflicto latente
Con Israel ampliando su campaña ofensiva y Teherán amenazando con más ataques, la situación sigue siendo extremadamente volátil. Las declaraciones del presidente Trump sobre una destrucción total resultan prematuras; ya sea por estrategia o error de cálculo, el ataque estadounidense podría haber endurecido aún más la resistencia iraní.
En este contexto complejo y tenso, es evidente que ambos países están tratando de evitar un enfrentamiento directo mientras continúan intercambiando golpes diplomáticos y militares. La posibilidad de un conflicto prolongado permanece latente en el horizonte.