Busca así que se reduzca la dependencia del petróleo, para cumplir con los objetivos climáticos y para evitar una escalada de la crisis energética y un nuevo aumento de precios.

Según un análisis reciente de Greenpeace Europa las medidas a corto plazo en el sector del transporte, como la prohibición de los jets privados y los vuelos de corta distancia con alternativas razonables, o la introducción de “billetes climáticos” asequibles para el transporte público podrían reducir el consumo total de petróleo en la UE en casi un 10%, lo que ahorraría a los consumidores 63.000 millones de euros en gastos energéticos relacionados con la movilidad y evitaría emisiones de gases de efecto invernadero equivalentes a las de 120 millones de coches al año.

Klara Maria Schenk, responsable de la campaña de movilidad de la UE de Greenpeace, ha declarado: “La prohibición del petróleo ruso por parte de la UE, aunque llega con mucho retraso, es un paso importante para apoyar la paz en Europa. Sin embargo, la respuesta a la adicción al petróleo de Europa no puede ser encontrar nuevos proveedores, sino llegar a la raíz del problema: reducir el consumo de petróleo y acelerar la transición a un sistema de transporte limpio. La UE debe dejar de hacer la vista gorda ante la próxima escalada de la crisis energética, cuando deberíamos haber empezado a ahorrar petróleo ayer mismo. Prohibir ahora los jets privados y los vuelos de corta distancia que no son necesarios son unas de las medidas más fáciles de implementar para ahorrar petróleo, para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la factura energética de la ciudadanía”.

El petróleo y sus derivados representan la mayor parte de todos los tipos de energía utilizados en la UE, de los cuales el transporte consume casi el 70%. Aunque el precio del petróleo se ha mantenido relativamente estable en los últimos meses, el entorno actual del mercado es totalmente impredecible. De hecho, numerosos factores amenazan con hacer subir de nuevo los precios del petróleo: la demanda de petróleo para calefacción está aumentando, cada vez más industrias se pasan del gas al petróleo para la producción de energía, hay pocas reservas, la OPEP puede variar su producción en cualquier momento y hasta las huelgas en las refinerías francesas. Todo ello puede crear una tormenta perfecta que amenaza con agravar la crisis energética y la inflación. Como resultado, los operadores del mercado del petróleo apuestan ahora por precios del petróleo Brent para marzo de 2023 de hasta 200 dólares por barril.

Las reservas de gasóleo de carretera, de calefacción y otros combustibles de tipo diésel en el noroeste de Europa ya están a punto de reducirse a su nivel más bajo en 10 años a esta altura del año. La situación amenaza con agravarse aún más con la entrada en vigor hoy del embargo de la UE a los combustibles refinados rusos, como el gasóleo, el combustible para aviones y la gasolina. Europa depende en gran medida de los suministros de petróleo refinado procedentes de Rusia, por ejemplo, para el diésel agrícola y de camiones. Los países de la UE siguen importando diariamente 560.000 barriles de gasóleo de Rusia. Con la entrada de las sanciones en vigor en diciembre y febrero habrá que sustituir 1,1 millones de barriles adicionales de crudo y 1 millón de barriles de gasóleo y otros productos petrolíferos refinados al día procedentes de Rusia, a menos que se adopten medidas de reducción de la demanda.

Aunque la Comisión Europea ha reconocido el importante potencial de ahorro energético del sector del transporte, no ha propuesto ninguna medida obligatoria a escala de la UE para ahorrar petróleo, a diferencia de las medidas que ha aplicado para ahorrar gas y electricidad. Dado que los Ministros y Ministras de Transporte de la UE tienen previsto reunirse hoy en Bruselas Greenpeace pide al Consejo de la UE que aproveche esta oportunidad e incluya este tema en el orden del día, empezando por el sector de la aviación mediante la prohibición de los vuelos en jets privados y los vuelos de corta distancia inútiles que tienen alternativas de tren. No obstante, Greenpeace ha recordado que el Gobierno español y los gobiernos regionales y locales de todo el Estado también pueden aplicar muchas medidas en el sector del transporte para ahorrar el uso de energía en el corto plazo.