La oleada comenzó durante las primeras horas del sábado, cuando se produjo la llegada de 16 barcas que transportaban 643 ilegales. Horas más tarde, dos cayucos con 271 personas se adentraban en las costas de Tenerife. El Hierro, recibió al mismo tiempo un cayuco con 159 inmigrantes a bordo. Durante las últimas horas del día, se produjo el desembarco de otra barca, que transportaba 23 ilegales.
La jornada del sábado finalmente se saldó con más de 1.100 inmigrantes llegados a nuestras costas.
El domingo comenzaba muy temprano para los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que, durante la madrugada, recibían el aviso de la llegada de 3 pateras con 600 inmigrantes a bordo a las costas de Gran Canaria. Pasadas las primeras horas del día, 85 ilegales desembarcaban en la playa de Santiago, en La Gomera. Posteriormente, en otra expedición al norte de la isla del Hierro, Salvamento Marítimo tuvo que auxiliar a una barca a la deriva con 45 ilegales. Mas tarde, la Guardia Civil y Salvamento Marítimo recibieron las peores noticias: 115 inmigrantes repartidos en seis pateras, en grupos de 30,29,25,23 y 4 estaban por llegar al muelle de Arguineguín, uno de los puntos más calientes de inmigración ilegal, donde miles de ilegales se encuentran hacinados.
La jornada del domingo concluía con la llegada de 900 inmigrantes ilegales. Sin embargo, el 112 ha confirmado que la madrugada del domingo al lunes no cesó la actividad para los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, que continuaban trabajando en el rescate de pateras y cayucos. En total, alrededor de 2.500 ilegales desembarcaron en Canarias en poco más de 48 horas y 7.000 en las últimas cuatro semanas. Actualmente, las autoridades sanitarias se encuentran haciendo pruebas PCR a los inmigrantes. Hasta el momento, 45 han dado positivo en Covid-19.
Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado desbordados ante la invasión
El sindicato de la Policía Nacional, Jupol, publicaba un comunicado al ser conocedor de los acontecimientos vividos este fin de semana, denunciando la situación en la que se encuentra la policía, que trabaja día a día en la recepción de pateras. En él se condenaba la falta de medios, tanto humanos como materiales, algo que les impide trabajar en buenas condiciones, como es el caso del muelle de Arguineguín, donde se ven obligados a doblar sus turnos.
Por otro lado, la policía denuncia que, mientras que a los inmigrantes se les realizan pruebas PCR de manera totalmente gratuita, a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que se encuentran en continuo contacto con los ilegales, no se les facilitan dichas pruebas, lo que pone en riesgo de contagio tanto a ellos como a sus familias. Afirman que tienen “desbordados, desatendidos y sin capacidad de reacción” a los agentes encargados de la misión.
El negocio de las mafias
A la política ya de por sí permisiva del Gobierno con la inmigración ilegal, hay que sumar también la situación que vive uno de los países de donde más inmigrantes zarpan: Marruecos. Y es que, al existir una especial restricción en la política fronteriza, se hace muy difícil la devolución de los ilegales, algo que las mafias aprovechan.
Santiago Abascal, hace más de un año y siendo consciente del problema, calificaba la oleada de inmigración ilegal como una invasión silenciosa, y afirmaba que se deben tomar medidas de inmediato, ya que resulta una amenaza gravísima a la salud, la seguridad y la convivencia de los españoles.
De hecho Vox exigió hace meses al Ejecutivo un protocolo para la recepción de pateras con el objetivo de identificar los casos positivos y evitar que surjan brotes que puedan no ser controlados.