El Ayuntamiento de Madrid ya formó parte del programa piloto de gobiernos subnacionales de la Alianza para el Gobierno Abierto (AGA), que ha arrancado en la cuarta cumbre internacional de la AGA celebrada en París. Los principales objetivos del acuerdo, firmado por 15 ciudades de todo el mundo, son avanzar en la reforma del llamado "gobierno abierto" y llevar a cabo iniciativas que impliquen "de forma real" a la ciudadanía.
La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, presidió la firma del acuerdo, a la que acudió el delegado de Participación Ciudadana, Transparencia y Gobierno Abierto del Ayuntamiento de Madrid, Pablo Soto. Asimismo, han suscrito el documento representantes de gobiernos locales de ciudades, regiones y estados de América, Asia, Europa y África. Las 15 ciudades firmantes se han comprometido a llevar a cabo iniciativas que tengan un impacto real en la vida de la ciudadanía.
En el programa de gobiernos subnacionales de la Alianza para el Gobierno Abierto participan, además de Madrid, líderes de Austin (EE.UU.), Bojonegoro (Indonesia), Buenos Aires (Argentina), Elgeyo Marakwet (Kenya), Jalisco (México), Kigoma (Tanzania), La Libertad (Perú), Ontario (Canadá), París (Francia), Sao Paulo (Brasil), Escocia (Reino Unido), Sekondi-Takoradi (Ghana), Seúl (Corea del Sur) y Tbilisi (Georgia).
La cumbre internacional de la Alianza para el Gobierno Abierto, AGA comenzó el pasado 7 de diciembre de 2016 con la participación de más de doce jefes de estado, miles de miembros de la sociedad civil e impulsores de la reforma del Gobierno Abierto de todo el mundo. Éste es el primer encuentro de esta índole que cuenta con el nuevo Programa Piloto Subnacional de la OGP (Open Government Partnership), que se lanzó en abril.
La Open Government Partnership surgió de una importante reforma realizada por la administración Obama: la Iniciativa por un Gobierno Abierto (Open Government Initiative), puesta en marcha desde el primer día del primer periodo presidencial de Barack Obama, en 2009.
Promovidos por las fundaciones del multimillonario George Soros, los supuestos objetivos de esta iniciativa son:
- velar por la transparencia de los gobiernos democráticos;
- hacer que los ciudadanos participen en la toma de decisiones a través de las ONGs –no a través de los Parlamentos.
- luchar contra el soborno, menos en los casos de los cabilderos debidamente registrados;
- generalizar el uso de las nuevas tecnologías.
Quien lanzó la Open Government Partnership en 2011 fue la entonces secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton. Actualmente está compuesta por más de 70 gobiernos nacionales, 15 gobiernos subnacionales, siete organizaciones multilaterales y miles de organizaciones de la sociedad civil.
En aplicación de sus propios principios, esta organización intergubernamental asocia numerosas ONGs tanto a sus debates como a su administración.
La presidencia de la Open Government Partnership está actualmente en manos de Francia y del World Resources Institute. Este último es una asociación estadounidense creada por el Partido Demócrata de Estados Unidos y se promueve el mercado de la ecología, evitando pasar por la ONU. Fue a través de esta ONG que el ex vicepresidente estadounidense Al Gore popularizó la teoría de la actividad humana como causa del cambio climático.
La Open Government Partnership está financiada, en primer lugar, por varias fundaciones creadas por empresas (la Open Society, de George Soros; la Omidyar Network, muy implicada en el golpe de Estado ucraniano; The William and Flora Hewlett Foundation; la Ford Foundation, tradicionalmente vinculada a la CIA) y por los países miembros.
Los países miembros de la Open Government Partnership han sido obligados a debilitarse –supuestamente por el bien de todos– únicamente en beneficio de las «ONGs» y de las fundaciones de las empresas acreditadas.
Al respecto, un analista de Katehon nos da su opnión:
El objetivo final de tinglados como el de la Alianza para el Gobierno Abierto, en el que el ayuntamiento podemita de Carmena participa tan gustosamente, es el de hacer más eficiente el capitalismo y dar una vuelta de tuerca más al control de masas, a la ingeniería social y a la manipulación de los seres humanos, todo ello bajo la excusa de una mayor participación y democratización. Son experimentos que apuntan a consolidar las estructuras transnacionales sacrificando el poder de las soberanías nacionales para dejarlo en manos de gestores y técnicos que gestionarán la "eficiencia" de las ciudades y municipios a una escala "glocal" (local y globalmente) en una suerte de distopía orwellesca.
No en vano, el experimento de Podemos surge de este caldo de cultivo de los movimientos ciudadanos que aparentemente emanan de la voluntad popular y acaban participando, según las necesidades del momento, en revoluciones de colores, cambios de régimen, guerras no convencionales o, como en el caso de España, operaciones de reajuste del régimen, como una suerte de liberador de presión para recoger el descontento, modificar ligeramente el escenario y seguir haciendo probaturas de cara a posibles escenarios futuros. En el caso particular de España, somos un auténtico laboratorio del mundialismo, desde las abracadabrantes legislaciones que favorecen al lobby gay, pasando por el animalismo y la ideología de género, los movimientos del 15M y de Podemos, el federalismo identitario, el laicismo cada vez más agresivo, etc. España es un destacado banco de pruebas de la mafia mundialista, todo siempre bajo la fachada del progreso, la modernización, la igualdad, y que suelen producir una mayor deshumanización, desposesión y uniformización.