El reconocido cantante Michael Bublé enfrentó una situación complicada durante su reciente visita a Buenos Aires, cuando un vuelo que lo llevaría de regreso a Estados Unidos fue cancelado. El artista canadiense se encontraba en la ciudad para acompañar a Luisana Lopilato en la presentación de su nueva película, y antes de poder regresar, quedó varado en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza.
Según informes, Bublé tenía previsto volar desde Buenos Aires a Miami con la aerolínea American Airlines. Sin embargo, el proceso se tornó complicado. La periodista Marcia Frisciotti indicó que el cantante estuvo embarcando durante dos horas y luego permaneció otras dos horas en el aeropuerto esperando la decisión sobre la cancelación del vuelo.
La frustración del artista ante la cancelación
A pesar de viajar en clase ejecutiva, la cancelación del vuelo obligó a Bublé a reprogramar sus planes. Durante este tiempo, se mostró frustrado pero mantuvo un sentido del humor característico. Según fuentes cercanas, el artista comentó: “Lo siento, tengo mucha mala suerte con los aviones. Es mi culpa”.
A medida que transcurría el tiempo en el aeropuerto, Bublé se mantuvo conectado con Luisana mediante videollamadas. La misma fuente reveló que estuvo comunicándose constantemente con ella y con otra persona, posiblemente su madre o mánager, mientras esperaba una solución a su situación.
Manteniendo la calma en medio del contratiempo
A pesar del inconveniente experimentado en Ezeiza, Bublé demostró ser simpático y paciente ante las circunstancias adversas. Su capacidad para mantener una actitud positiva incluso en momentos difíciles resalta no solo su profesionalismo como artista, sino también su carácter humano.
Este episodio pone de manifiesto los desafíos que enfrentan muchas celebridades al viajar y cómo deben adaptarse a situaciones imprevistas que pueden alterar sus agendas programadas.
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