Nuestro marino estaba con la radio, la televisión y los periódicos al mismo tiempo, por lo que cuando llegamos le preguntamos:
—¿Por qué mantienes tanta intensidad con las noticias? ¿Por qué no te relajas?
Nos mostró su mejor sonrisa, dejó los periódicos, sorbió café y empezó a hablar con nosotros.
—Cada día estoy más asombrado con todos los acontecimientos que nos reportan los políticos. Harán pocas cosas sustanciosas, pero parecen que se están ganando el jormal, por lo menos, sino trabajan, al menos dan titulares de prensa. Parecería que están cantando «The show must go on», aquello de que «el espectáculo debe continuar» la canción de Queen escrita para Freddie Mercury. Todo a que el circo se ha traladado a la política. Estamos en el «más difícil todavía».
La joven profesora le espetó:
—Siempre eres muy maximalista, derrotista y negativo, siempre ves la botella medio vacía, pero olvidas que también tiene líquido, y que por esa razón se podría ver medio llena. El mundo está trufado de buenas noticias.
Por su cara parecía que el comentario no terminaba de gustrle a nuestro viejo marino, porque levantando el dedo índice, nos dijo:
—Querida amiga, como quieres que sea optimista cuando no escucho más que mentiras.
Nos miramos sorprendidos, pero sin darnos opción, empezó con su retahila:
—Nos ha mentido la ministra Irene Montero, más conocida como la marquesita de Galapagar, cuando dice que su ministerio es feminista y nombra una mayoría abrumadora de mujeres para su gabinete, y cuando se le pregunta por ello da unas explicaciones extrañas, que se podrían interpretar como que sería una compensación respecto a un pasado machista. Según el diccionario de la RAE el feminismo sería el «principio de igualdad de la mujer y el hombre». Hacer un gabinete feminizado y ese comentario, vislumbra otras intenciones. Para ella feminismo es la preponderancia de la mujer sobre el hombre. ¡Viva el hembrismo! Por eso siempre hablo de igualdad, jamás de feminismo, porque el uso de ese término se ha prostituido, se ha convertido en militante y destapa otros interés bastardos.
—Miente Ábalos cuando explica el movimiento aeroportuario de Delcy. ¿Cuántas versiones nos ha dado? ¿Cuál es la verdadera? ¿Cuándo nos contarán con toda certeza el tema? ¿Cuándo piensa ir al Parlamento para aclarar este truculento y oscuro episodio? ¿Cuándo nos confesarán la tropelía cometida? Porque ya sabemos que ha pisado suelo español, que se han incumplido leyes internacionales y siguen saliendo noticias que lo empeoran. Ábalos dirá que este tema no nos interesa, pero se equivoca. Los ciudadanos estamos interesados en saber lo que hace nuestro gobierno. No nos pueden tratar como bobos y el ministro haría bien en abandonar ese tono chulesco y esos desplantes toreros.
Parecía que estaba embalado y continuó:
—Miente la CEOE al hacer mohines con la subida del Salario Mínimo Interprofesional. Ellos saben perfectamente que en la mayoría de los sectores convenios colectivos el salario supera los 950 euros, por lo que no están afectados por la subida del SMI, y ahí están sus empresas; pero al firmar eso, con la subida del año anterior, han abandonado a los sectores más débiles y sensibles. Ellos saben que eso es condenarlos a la crisis o a la economía sumergida. La CEOE parece no defender a las pymes, microempresas o autónomos. ¿Dónde está su batalla por los menores de dieciocho años y a los jóvenes que acceden al trabajo sin formación? ¿o consideran que ese sólo es el papel del gobierno y de los sindicatos? Al fin, son también empresarios los que los contratan, y éstos son pymes, microempresas y autónomos. Ninguna del Ibex 35 los van a contratar.
—Miente mi chiquiministra preferida, María Jesús Montero, cuando compara la época de la Transición con el infecto tejemaneje que mantiene su presidente Pedro Sánchez con el independentismo y dice «cuando se sentaron el señor Suárez y el señor Carrillo para hablar de temas tan trascendentes como la economía de mercado, los derechos sociales, el papel del Ejército o el papel de la Corona, se encontraban en las antípodas del pensamiento. Pero fueron capaces de trazar puntos de encuentro en donde pudimos alumbrar 40 años de prosperidad. Evidentemente los padres constitucionales, cuando se sentaron en torno a la Constitución, defendían modelos de España radicalmente distintos», miente, porque aquellos comunistas les importaba la democracia, la Constitución, la Corona y que España estuviera unida. Estos no quieren nada de eso, es más lo repudian. En aquellos había lealtad institucional, creían en las leyes y en el diálogo, entendido como que todas las partes debían de ceder, estos son un trágala. Miente al narrar la historia y sobre los padres constitucionales, o lo que sería mucho peor desconoce la historia.
Hizo un lapsus y remató:
—Claro que ahora me dirás que soy muy negativo, que me fijo en temas circunstanciales, que eso es «el chocolate del loro», pero últimamente veo revolotear por encima de mi cabezas bandadas de loros, y tantos loros son una inmensidad. Creo que se miente mucho a nuestro alrededor, y además ya me canso de poner cara de tonto.
La joven profesora, entre seria y divertida, le lanza una pregunta:
—Entonces, para ti, ¿Todo el mundo miente?
Entre risas el marino le contesta:
—Pienso que los políticos mienten siempre, es más creo que solo dicen la verdad cuando se equivocan, pero eso no me extraña; a veces, yo también miento.
Nos dio la risa y pensamos que esas cosas solo pueden suceder en la aldea.
Miramos al frio mar de invierno y nos quedamos pensando.
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