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Microplásticos en la cocina aumentan el riesgo de Alzheimer y Parkinson

Microplásticos en la cocina aumentan el riesgo de Alzheimer y Parkinson

jueves 11 de diciembre de 2025, 12:22h

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Un nuevo estudio revela que los adultos consumen anualmente una cantidad de microplásticos equivalente a un plato de cena, con concentraciones en el cerebro aumentando un 50% desde 2016. Estos microplásticos pueden dañar el cerebro al interrumpir la barrera hematoencefálica y provocar inflamación crónica, lo que se ha relacionado con enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer y Parkinson. Los utensilios de cocina de plástico son fuentes significativas de contaminación. Para reducir la exposición, se recomienda reemplazar artículos de plástico por alternativas de vidrio o acero y optar por alimentos frescos en lugar de procesados. La investigación destaca la urgente necesidad de cambiar hábitos para proteger la salud cerebral.

Un nuevo estudio científico revela que los adultos consumen anualmente una cantidad de microplásticos equivalente al peso de un plato de cena, lo que ha llevado a un aumento del 50% en las concentraciones de estas partículas en el cerebro desde 2016. Este fenómeno no solo afecta la salud gastrointestinal, sino que también plantea serias preocupaciones sobre la acumulación de microplásticos en órganos humanos, especialmente en el tejido cerebral. Las implicaciones para enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson son alarmantes, lo que sugiere una crisis de salud pública que aún no ha sido adecuadamente abordada por la medicina convencional.

Mecanismos de daño cerebral

Una revisión sistemática publicada en la revista Molecular and Cellular Biochemistry identifica cinco mecanismos biológicos a través de los cuales estos diminutos fragmentos plásticos afectan negativamente al cerebro. Investigadores de la University of Technology Sydney y Auburn University han detallado cómo los microplásticos activan células inmunitarias, generan estrés oxidativo, alteran la barrera hematoencefálica, perjudican las mitocondrias y dañan directamente las neuronas.

El profesor asociado Kamal Dua, coautor del estudio y experto en farmacología, explicó el proceso destructivo: "Los microplásticos debilitan la barrera hematoencefálica, haciéndola permeable. Una vez que esto ocurre, se activan células inmunitarias y moléculas inflamatorias, lo que provoca aún más daño a las células de la barrera". El organismo reacciona ante estas partículas como si fueran invasores extraños, desencadenando un ataque inflamatorio crónico que destruye células cerebrales sanas.

Conexiones directas con neurodegeneración

La investigación establece vínculos específicos con enfermedades cerebrales graves. Se ha demostrado que los microplásticos contribuyen al desarrollo del Alzheimer al aumentar la acumulación de placas beta-amiloides y proteínas tau, características distintivas de esta enfermedad. En el caso del Parkinson, estas partículas fomentan la agregación de alfa-sinucleína y dañan neuronas dopaminérgicas, replicando así la patología observada en pacientes.

Lo más inquietante es la rapidez con que ocurren estos procesos. Estudios indican que los microplásticos pueden cruzar la barrera hematoencefálica comprometida en tan solo dos horas tras su ingestión oral. Las partículas inhaladas pueden viajar directamente a través de la cavidad nasal hasta el bulbo olfativo, eludiendo completamente los sistemas protectores del cuerpo. Análisis del tejido cerebral en individuos con demencia muestran una significativa acumulación de microplásticos concentrados en áreas ya afectadas por inflamación y problemas vasculares.

Cocina: epicentro del problema

La principal fuente de esta contaminación proviene de nuestra vida cotidiana. "Ingerimos microplásticos a partir de diversas fuentes como mariscos contaminados, sal, alimentos procesados, bolsas de té, tablas de cortar plásticas y bebidas en botellas plásticas", señala Dua. Los utensilios comunes en la cocina son grandes responsables; se estima que una tabla de cortar de polietileno puede liberar hasta 50 gramos de microplásticos al año.

El calentamiento de plásticos agrava el riesgo. Calentar alimentos en un recipiente plástico durante tres minutos puede liberar millones de partículas microplásticas y miles de millones de nanoplásticos. Incluso abrir envases plásticos genera una explosión inmediata de contaminación. La antigüedad de los productos plásticos también influye; el desgaste aumenta la liberación de partículas.

Toma control sobre tu exposición

A pesar de que se requiere un cambio sistémico para abordar este problema, los individuos pueden tomar medidas inmediatas para reducir su exposición. Los autores del estudio sugieren un cambio fundamental en nuestros hábitos: "Debemos modificar nuestras costumbres y utilizar menos plástico", afirma el Dr. Keshav Raj Paudel, otro coautor del estudio. "Evitemos recipientes plásticos y tablas cortadoras plásticas; optemos por fibras naturales en lugar de sintéticas y reduzcamos el consumo de alimentos procesados".

Es recomendable priorizar alimentos frescos y enteros sobre productos ultra-procesados, ya que estos últimos tienen más puntos de contacto con plásticos durante su fabricación. Instalar un filtro adecuado para agua puede ser beneficioso, dado que el agua del grifo generalmente contiene menos microplásticos que el agua embotellada. Además, reemplazar recipientes plásticos y utensilios por alternativas en vidrio o acero inoxidable es crucial, especialmente cuando estos artículos presentan rayones o signos visibles de desgaste.

Las evidencias son claras: nuestro entorno moderno saturado por plásticos está contribuyendo a un aumento alarmante en las tasas de enfermedades cerebrales. Esta no es una amenaza futura; es una realidad presente donde las partículas plásticas están alojándose en nuestros cerebros y predisponiéndolos a degenerarse. La capacidad para mitigar este riesgo radica no en medicamentos farmacéuticos sino en nuestras decisiones diarias, comenzando por lo que permitimos ingresar a nuestras cocinas y, finalmente, a nuestros cuerpos.

Fuentes para este artículo incluyen:

NaturalHealth365.com

SciTechDaily.com

Independent.co.uk

BBC.com

La noticia en cifras

Cifra Descripción
250 gramos Microplásticos consumidos anualmente por un adulto.
50% Aumento en las concentraciones de microplásticos en el cerebro desde 2016.
50 gramos Microplásticos liberados por una tabla de cortar de polietileno al año.
2 horas Tiempo que tardan los microplásticos en cruzar la barrera hematoencefálica tras la ingestión.
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