La administración de Donald Trump ha decidido reinstaurar un examen de naturalización más riguroso, que exigirá a los solicitantes responder correctamente 12 de 20 preguntas sobre civismo, provenientes de un conjunto ampliado de 128 preguntas. Esta modificación se produce en contraste con el formato anterior, que permitía aprobar con solo 6 respuestas correctas de un total de 10. Además, la evaluación del dominio del inglés será más estricta, incluyendo la descripción de imágenes visuales, lo que garantiza que los candidatos demuestren habilidades lingüísticas prácticas más allá de la mera memorización.
Joseph Edlow, director del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS), sostiene que el examen actual es demasiado sencillo y no logra evaluar una comprensión auténtica de los valores y principios estadounidenses. Sin embargo, críticos argumentan que estas modificaciones podrían perjudicar a refugiados y a inmigrantes con menos educación. No obstante, los defensores del nuevo enfoque enfatizan que la ciudadanía debe reflejar una verdadera asimilación cultural, en lugar de ser un proceso meramente formal.
Un examen que vale la pena aprobar
Bajo la administración Biden, el examen de naturalización fue simplificado, alcanzando una tasa de aprobación del 90 por ciento entre los solicitantes en su primer intento. El formato vigente requería únicamente seis respuestas correctas de un conjunto básico de 100 preguntas sobre civismo, muchas de las cuales son elementales. En contraste, el examen revivido del año 2020 casi duplica el número de preguntas y eleva el umbral para aprobar.
Edlow afirmó en una entrevista con The New York Times que “el examen tal como está ahora no es muy difícil”. Según él, permite a los solicitantes memorizar respuestas sin comprender verdaderamente el espíritu de la ley. La nueva versión del examen no solo evalúa la memorización; también examina la fluidez real en inglés al requerir que los solicitantes describan imágenes cotidianas.
Críticas centradas en accesibilidad frente a responsabilidad
Como era previsible, defensores de fronteras abiertas han criticado estos cambios, considerándolos punitivos. Mechelle Perrott, coordinadora de ciudadanía en San Diego, expresó su preocupación sobre cómo refugiados provenientes de naciones en conflicto podrían tener dificultades: “Es más complicado aprender a leer y escribir si no sabes hacerlo en tu lengua materna”.
No obstante, este argumento ignora una verdad fundamental: la ciudadanía no es un programa humanitario; es un pacto basado en lealtad y entendimiento mutuo. Países como Alemania y Canadá imponen pruebas mucho más rigurosas, incluyendo ensayos y exámenes orales sobre complejas historias nacionales. El modelo estadounidense sigue siendo relativamente sencillo al enfocarse en aspectos fundamentales del civismo y conocimientos básicos del inglés.
Un legado basado en estándares meritocráticos
El examen para obtener la ciudadanía ha sido objeto de controversia política durante años. Estandarizado bajo la presidencia de George W. Bush en 2008, fue endurecido durante el mandato de Trump en 2020 y luego debilitado nuevamente por Biden. Aunque el rediseño propuesto para 2024 fue descartado tras recibir críticas, la reactivación del marco del año 2020 por parte de Edlow busca restablecer criterios sensatos.
Datos del USCIS indican que más de 820,000 inmigrantes obtuvieron su ciudadanía solo en 2024, lo cual demuestra que altos estándares no disuaden a quienes son dignos. Desafortunadamente, una aplicación laxista de las leyes migratorias ha fomentado fraudes diversos. Un examen riguroso asegura que solo aquellos que respeten la soberanía estadounidense sean merecedores del pasaporte nacional.
La insistencia por parte de algunos sectores políticos en bajar los estándares resulta ofensiva tanto para inmigrantes como para ciudadanos nacidos en Estados Unidos. Los nuevos ciudadanos deben llegar preparados para contribuir al país y no aferrarse a un conocimiento superficial sobre historia o idioma. Las reformas impulsadas por la administración Trump honran la importancia del proceso naturalizador, el cual fortalece a la nación cuando se lleva a cabo adecuadamente. Como afirmó Edlow, la inmigración debe ser “un saldo positivo”, comenzando por esperar que los recién llegados cumplan con conocimientos cívicos básicos que muchos estadounidenses aprendieron durante su educación secundaria.
La noticia en cifras
Cifra |
Descripción |
12 |
Respuestas correctas requeridas en el nuevo examen de ciudadanía (de 20 preguntas). |
20 |
Total de preguntas en el nuevo examen de ciudadanía. |
128 |
Total de preguntas cívicas disponibles en el nuevo examen. |
6 |
Respuestas correctas requeridas en el examen anterior (de 10 preguntas). |